gastronomía
Los éxitos de ventas en las tres calles más dulces de Zaragoza de las Fiestas del Pilar
Tupinamba, Capricho, Fantoba, Oro, Cibus y Lalmolda tienen productos especiales más allá de frutas de Aragón y el manto de la Virgen.
Un paseo laminero por la manzana de oro que forman las calles de Don Jaime I, Coso y Alfonso I para conocer cuál es la tarta, pastel, pasta de té, bombón o producto de repostería que más se vende durante las fiestas del Pilar es muy recomendable.
En esta visita a las seis mejores pastelerías y confiterías que uno se puede encontrar en este recorrido es cierto que se repiten algunos argumentos. Sobre todo, las frutas de Aragón y el hojaldre con nata con forma de manto de la Virgen. Sin embargo, hay vida más allá de estas dos propuestas, así que a disfrutar con esta dulce ruta.
Las piedras de río de Tupinamba
En la pastelería Tupinamba (c/ Don Jaime I, 44) hay muchos argumentos para elegir estos días festivos, pero uno de los más singulares y que no se ve demasiado son las piedras de río. Con un paquete en la mano, María Conte explica que “son caramelos de diferentes sabores -naranja, fresa, limón…-; tienen forma de piedra de río y se mastican”.
María comenta que los turistas compran tantos paquetes de piedras de río como adoquines de caramelo. Además, sugiere otra novedad: el bizcocho individual del manto de la Virgen del Pilar de nata, trufa, fresa…
Colección de brevas en Chocolates Capricho
A Luis Paracuellos, propietario de Chocolates Capricho (c/ Don Jaime I, 25), le gusta presentar propuestas diferentes al inicio de la temporada de otoño/invierno y las fiestas del Pilar son un buen momento. En su establecimiento vende muchas brevas y ha pensado en mejorarlas y transformarlas para que tengan un aire más gourmet.
Las brevas más novedosas para estos Pilares son de tarta de queso con melocotón salteado, moscatel y caramelo; de trufa blanca de manzana y compota; de mermelada de higo con miel fermentada, nata de higo y una galleta de especias, y la triple de caramelo (nata, crema y toffe).
Por otra parte, su manto de la Virgen es especial porque va cubierto de chocolate. Este año el hojaldre caramelizado, la nata y las frutas del bosque van recubiertos de chocolate al 70% de cacao.
El guirlache y las frutas de Fantoba
Qué decir de Fantoba (c/ Don Jaime I, 21). En prácticamente todo lo que hacen rozan la excelencia con su forma artesanal de trabajar. Aunque en esta ruta las frutas de Aragón son el producto más vendido, las de Fantoba son muy especiales: desde la selección de las frutas, que cortan a trozos y bañan en chocolate una a una con un tenedor de dos ganchos, hasta la cajita donde las presentan.
El turrón de guirlache lo tienen todo el año, pero estos días las ventas se multiplican. Lo trabajan en una piedra de Calatorao, cuyas propiedades al extenderlo con el aceite de oliva hacen que el azúcar quede abajo y la almendra suba. Por supuesto, es un guirlache con más almendra que azúcar.
Palomica y bombón guirlache de Bombonera Oro
Para las fiestas del Pilar, en la Bombonera Oro sacan a relucir su pasta de té más especial: la palomica del Pilar. Es bastante más grande que una pasta de té normal. Los zaragozanos tienen la costumbre de comprarla en estas fechas, así que se ha quedado como uno de los dulces bocados que más se demandan.
Eso sí, también merece una mención especial el bombón guirlache. Lleva almendra marcona, azúcar y la cobertura de chocolate que emplean en Oro para las frutas. En boca rompe muy bien porque predomina el fruto seco.
Cibus y su hojaldre caramelizado y 'financier'
En la pastelería Cibus (c/ Contamina, 23), todos los años celebran las fiestas del Pilar con un pastel especial. El contenido suele ser muy parecido: una combinación de crema pastelera tostada con hojaldre caramelizado y bizcocho ´financier` de almendra rematado con un poco de nata y una chapa de chocolate de la Virgen del Pilar.
En el pastel de este año el hojaldre va en vertical en lugar de formar capas horizontales. Este detalle complica el proceso de elaboración, pero se corta mejor y es más cómodo a la hora de comerlo.
Lalmolda y sus rosquillas de anís
Durante las fiestas, con un poco de suerte, uno se puede topar con algún puesto donde elaboran rosquillas de anís. No se ven tanto como los de churros, pero alguno queda. En Zaragoza, pocos obradores hacen ya rosquillas, y el de la pastelería Lalmolda (c/ Méndez Núñez, 11) es uno de ellos.
Las tienen en dos versiones: la clásica que solo lleva esencia de anís y la que se prepara con almíbar y se reboza en azúcar. El olor llega hasta la calle y estos días sus ventas se multiplican entre los turistas, pero también se acercan muchos zaragozanos.
