gastronomía
Un menú para dar la bienvenida al otoño junto al río Ebro en Zaragoza
Restaurante Celebris ofrece una nueva carta, donde apuestan por los productos de kilómetro 0 y de temporada.
Como diría Amaral: "Ya no quedan días de verano". Este sábado comienza el otoño, bienvenido. Emprende a correr por las calles junto a las hojas de los árboles, saca del armario las primeras mangas largas de la temporada y también se sienta a la mesa. Productos como las castañas, la calabaza o las setas dan sabor a esta estación.
Una muestra de ello es la nueva carta del restaurante Celebris, ubicado en el hotel Hiberus y con una romántica estampa de Zaragoza al otro lado del ventanal.
Entre las propuestas del chef Javier Gómez brilla el producto del corredor del Ebro y de kilómetro cero. Por ejemplo, la borraja de Zaragoza con longaniza de Graus y shiitake. Uno de los platos que más cautiva el paladar es una crema de calabaza violina, que baña una bolita de queso de cabra rebozada con cecina de León y acompañada de un crujiente de la misma. Otras opciones son el salteado de hongos y el jamón ibérico de bellota con pan de cristal. Atención al carpacho de akami, una receta que une en un mismo bocado daditos de mango, aguacate y tobiko. Frescas son también las endivias braseadas con codorniz escabechada, granada y frutos secos.
Entre los principales se encuentra una suprema lubina al orio, albóndigas de merluza, wok de chipirón y langostinos, risotto de pulpo, solomillo de vacuno y carrilleras guisadas. El rodaballo con setas, cebolla asada y ‘tagliatelle’ de calamar conquista e invita a jugar con el tenedor para probar todos los sabores en un mismo bocado.
Tal vez haya discrepancias en la mesa por según qué temas, pero el canelón de conejo al Jerez lleva al consenso, con un interior de almendras y pan tostado.
¿Un postre? El ‘strudel’ de manzana y pera con orejones, pasas y nueces es una apuesta segura –tanto que apetece repetir–. Ravioli de piña, con mascarpone y vainilla; mousse de queso de tronchón; coulant de limón yuzu; y, las trufas de chocolate. No falta un vinito dulce para rematar.
Por cierto, Alejandro Martínez, jefe de sala, ofrece de la bodega algunas de las botellas más distinguidas. Sus protagonistas siguen siendo los vinos de las cuatro denominaciones aragonesas, entre las que se incluyen novedades como Anayón Chardonnay fermentado en barrica de Grandes Vinos y Viñedos, sin olvidar los vinos de Pago de Aylés e IGP Valdejalón.
Se pueden elegir los platos de la carta o un menú ejecutivo de lunes a viernes a mediodía –excepto festivos–, que incluye un entrante, un plato principal y postre (todos a elegir) por 32 euros –con bebida incluida–. Otra opción es el menú degustación, compuesto por varios platos de la carta a 45 euros. Esta propuesta se podrá disfrutar hasta mediados de diciembre.
