gastronomía

Vuelve el 'boom' de las atractivas cerezas: "Se llevan las cajas de dos kilos"

En el mes de mayo comienza la campaña de esta fruta, que es un éxito en las fruterías gracias al producto de Ricla y de Maella, entre otros.

Massiel Navarrete, en la frutería de la calle de San Miguel de Zaragoza.
Massiel Navarrete, en la frutería de la calle de San Miguel de Zaragoza.
Montañés

Un par de lechugas romanas, dos tomates de ensalada, un calabacín, tres pimientos verdes y cuatro kiwis. Esa podría ser la lista de la compra de cualquiera en la verdulería y frutería. "Ay, y un puñadico de cerezas", acaban muchas de las demandas estos días. Como brillantes perlas carmesí, así brillan en el mostrador.

"Traemos las cajas de dos kilos y se las llevan enteras, tal cual", cuenta Massiel Navarrete, de la Frutería Navarrete de Zaragoza. "La gente lo esperaba", reconocen en este establecimiento de la calle de San Miguel, donde las primeras llevaron hace unas tres semanas. "Estas vienen de Ricla y de Maella", concreta Massiel.

En el pueblo de la localidad de la comarca de Valdejalón están en "plena producción", recalca Javier Mené, mayorista de frutas y verduras. "Este año han venido más tarde -cuenta Mené-. Pero son de calidad, de un calibre bueno, muy dulces y crujientes". En Frutas Javier Mené señalan que las primeras en llegar procedían de Caspe y Castellón, después de la zona de Tamarite de Litera.

Cerezas de Ricla, en una frutería de Zaragoza.
Cerezas de Ricla, en una frutería de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Tras estas atractivas frutas también brillan sus bondades nutritivas. "La cereza es rica en hidratos de carbono, principalmente azúcares simples como fructosa, glucosa y sacarosa, si bien su valor calórico es moderado respecto al de otras frutas", reseña el Ministerio de Alimentación. Más conocidas son sus propiedades para mejorar el tránsito intestinal. Cuenta con pequeñas cantidades de vitaminas, pero tiene gran aporte de potasio, añaden fuentes ministeriales.

Además de frescas como remate a las comidas, las mermeladas son otra salida laminera en momentos de mucha producción, ya sea para acompañar helados, relleno de tartas, yogures... También se pueden integrar en platos salados, una muestra podría ser el gazpacho de cereza.

No como ingrediente principal, pero sí como un acompañante, se puede hacer una vinagreta de cerezas con anchoas: se pican muy bien ambos, muy pequeñas, y se añade vinagre, aceite y una pizca de sal. Una vez conseguido, puede ser condimento de pescados o piezas de carne, por ejemplo, carrilleras.

Otra opción es encurtirlas en vinagre de Jerez y especias. En primer lugar, es una mezcla de varios vinagres, agua, azúcar moreno, una cucharita de canela molida, otra de extracto de vainilla, una hoja de laurel, cáscara de naranja, pimienta negra y las cerezas. Para su elaboración, se disponen los vinagres en una sartén a baja temperatura con el agua, el azúcar, la sal y la canela.

A los pocos minutos, la sal y el azúcar han quedado diluidos, entonces se retira del fuego y se añaden el resto de ingredientes (la vainilla, la hoja de laurel, los granos de pimienta y la cáscara de naranja). Ya solo queda juntarlas con las cerezas y dos semanas después ya se pueden consumir porque estarán en el punto justo. Es buena pareja de baile de carnes de caza u opciones de charcutería, pero el licor que se consigue también puede ser un buen aderezo de ensaladas.

Precisamente, en el mercado se encuentran productos similares ya elaborados, como Zireza, un licor que se consigue en base a cerezas de montaña de Aniñón, de la Cooperativa del Niño Jesús. Es el resultado de combinar la fruta con aguardiente y su creación ha supuesto recuperar una bebida alcohólica tradicional que se hacía en muchas localidades de la comarca para brindar los días de fiesta.

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