gastronomía

Beatriz Bernad: "Me encantan las manitas y las escarbaderas"

La cantadora de jota Beatriz Bernad siente pasión por la casquería, las olivas y el champán.

La cantadora de jota Beatriz Bernad, en El Rincón de Sas en la capital aragonesa.
La cantadora de jota Beatriz Bernad, en El Rincón de Sas en la capital aragonesa.
Francisco Jiménez

A la cantadora de jota Beatriz Bernad le encanta cocinar. Y comer. En su pueblo, Lécera, aprendió a manejarse con el recetario tradicional que le enseñaron su abuela y su madre, pero hizo algo más: durante muchos años vivió en primera persona el paso a paso de la matacía. "He sido mondonguera", rememora sonriente. Recuerda el nombre de utensilios como la artesa, "y hasta he limpiado morcales (el intestino grueso del cerdo)".

Tanto le gusta esta tradición, que todavía hoy elabora sus propios embutidos. "No es lo mismo porque ya no se puede sacrificar el cerdo en el pueblo, pero en ocasiones nos juntamos a preparar chorizos y longanizas". Eso sí, en su día a día no abusa del cerdo. Lo de la dieta sana y equilibrada lo lleva a rajatabla: tres días a la semana verdura y, el resto, pasta, legumbres, arroz, sopa...

Desde hace diez años dirige su propia escuela de jota y entre las clases, los bolos junto a su pareja artística, Nacho del Río, y la televisión, la vida no le da para dedicar demasiado tiempo a la cocina, así que la olla express es su aliada. "Me gusta cómo quedan las recetas".

Desde hace tres años tiene la Thermomix en casa, pero no termina de cogerle el punto. "La utilizo como complemento para elaborar sofritos o una salsas que acompañen al ingrediente principal, pero a mi gusto, sin fijarme demasiado en las recetas que sugiere la máquina".

Borrajas con almejas, pierna de Ternasco de Aragón rellena o los arroces que le han enseñado a preparar unos amigos de Alicante, "con su socarrat y el punto al dente", son algunas de sus especialidades. De vez en cuando también elabora la fruta sartén, "una torta dulce típica de Lécera que lleva bastante trabajo y que se suele preparar en Navidades".

Pero si tiene que quedarse con productos y elaboraciones que le apasionan de verdad, elige la casquería. "Lo que más me gusta son las manitas de cerdo asadas o guisadas, y las escarbaderas de pollo, que mi abuela limpiaba con tanto mimo; mientras yo me comía las escarbaderas mi padre hacía lo propio con las crestas". Sesos, lechecillas, callos, hígado, mollejas... Con todo se atreve. "Me encanta su melosidad". En cualquier caso, hay un producto que todavía le gusta más: las olivas. "Todos los días tengo que comer alguna, me da igual la variedad o el aliño".

A la hora del maridaje, el vino no es su bebida preferida. Eso sí, en su casa siempre hay alguna botella de Bodegas Tempore. "Paula y Víctor están elaborando unos grandes vinos", comenta. Ella, sin embargo, se decanta por el champán para disfrutar de la gastronomía en buena compañía.

No es la única bebida con chispa por la que siente devoción. "Tanto Nacho como yo, cuando actuamos, bebemos mucha Coca Cola", confiesa. A la hora de salir a cantar tiene alguna otra costumbre: "No me gusta sentir el estómago vacío, así que normalmente como medio bocadillo".

El Tubo es uno de los lugares donde va de tapeo, "aunque últimamente muy de vez en cuando". Bodegas Almau, para un picoteo rápido, y el restaurante El Rincón de Sas, para comer o cenar y disfrutar de una buena sobremesa, son dos de sus preferidos. "También he ido a conocer novedades como Gente Rara o sitios clásicos de buen producto como La Nueva Karambola". Beatriz Bernad, además de la voz, tiene el paladar bien entrenado.

Algunos de los platos que probó Bernad.
Algunos de los platos que probó Bernad.
Francisco Jiménez

Rincón de Sas, del aperitivo al postre

El jefe de cocina de El Rincón de Sas, Daniel Fernández, le ofrece a Beatriz Bernad durante la entrevista algunos bocados de su propuesta culinaria. En el inicio de cualquier menú o de la carta, Daniel invita a probar un pequeño vaso de consomé de verduras de temporada y soja, y una cucharadita de quinoa con verduras y aceite de gambas. Es su particular forma de dar la bienvenida a los clientes.

También sugiere acercarse a la croqueta de Jamón de Teruel y al tartar de trucha de los Pirineos curada y ahumada con alga wakame y cucurucho de nori con mantequilla de las huevas. La torrija Sas apta para celiacos es un buen colofón. En este restaurante hay mucho donde elegir, pero especialmente recomendable es su menú degustación de 7 tiempos, un resumen del buen hacer de este cocinero.

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