gastronomía
Dulces para los padres más lamineros: de las virutas de San José a los fullatres
En las pastelerías aragonesas se encuentran propuestas más tradicionales que combinan con otras de reciente creación.
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Cada 19 de marzo se celebra el Día del Padre. Este año es domingo, lo que en muchos hogares favorece compartir mesa y mantel en familia. El colofón del festín seguro que será dulce y, como todas las fiestas, esta también tiene sus dulces típicos. En los mostradores de las pastelerías de Zaragoza, Huesca y Teruel se pueden encontrar varios postres que hacen referencia a los progenitores en general o en especial a San José.
Las virutas tal vez sea uno de los más repetidos, en especial por el público más tradicional. Ya en 1896 se tiene constancia de que en la confitería y pastelería Andrés Tomás, que estaba en la calle del Pilar de Zaragoza, se anunciaban "exquisitos postres para el día de San José". Entre la oferta se puede encontrar flanes, pasteles y las famosas virutas, que costaban 1,25 pesetas libra, anunciaron en las páginas de HERALDO.

En cada pastelería guardan una receta, que han heredado de sus antepasados o que se ha mejorado con el paso del tiempo. La básica cuenta con una base de leche, clara de huevo, mantequilla, azúcar, harina, vainilla en rama y zumo de limón. La elaboración es un trabajo manual que se hace al aplicar la masa sobre una superficie caliente y conseguir la forma de los canutillos.
A la lista de los dulces para festejar este día, se suman las varas de San José, un bollo que se suele rellenar de nata, trufa o café. Es una masa de bollería enriquecida, que se elabora a partir de una levadura madre. Consta de huevos, azúcar, sal, manteca, harina y levadura prensada. La masa resultante se parte en porciones de menos de medio kilo, de unos 300 gramos, y se embolan. En otros casos, tienen más forma de bastón.

Tras dejarlo reposar unos minutos, se da forma de vara y se reservan más tiempo, hasta que adquiere el doble de tamaño. El siguiente paso es hornearlo con tiras de crema por encima y almendra laminada. El último paso es abrirlo por la mitad para rellenarlo y engelatinar parte superior.
El día de San José en Tauste es típico comer culecas –que en otros lugares son más típicas de Semana Santa, en este caso con confeti por encima- y fullatres. Esta última es una torta de harina rellena de miel. En apariencia es como una torta redonda con pequeñas bolas sobra la superficie.

Estas propuestas más tradicionales comparten mostradores con las corbatas de hojaldre, en los que se esconden capas de crema tostada y nata, como en Panishop. En Tolosana elaboran unos éclair con forma de traje rellenos de crema pastelera y en Ascaso proponen tartas personalizadas.