La taberna Pata Negra, 10 años haciendo comunidad en el centro de Zaragoza

Este bar ha conseguido llegar a una clientela fiel en un pequeño local que mira a un callejón estrecho.

Rubén Sanjuán y Mariángel Cuartero
Rubén Sanjuán y Mariángel Cuartero
Alejandro Toquero

La taberna La Pata Negra de Zaragoza  (c/ Azoque, 37) cumple diez años de actividad, que celebró a finales de septiembre con amigos y clientes en una fiesta muy concurrida. Tiene mérito lo de este establecimiento, que ha sabido encontrar su hueco y sobrevivir durante todo este tiempo en una calle difícil y en un local complicado de gestionar.

Al frente de La Pata Negra están Rubén Sanjuán y Mariángel Cuartero. Entre los dos se organizan para llevar el negocio en un horario casi interminable, desde que abren a las siete y media hasta el cierre cerca de la medianoche. Mariángel muestra el panorama desolador de tiendas, bares y restaurantes cerrados que tiene frente a su local, en la acera de los números pares de la calle Azoque. “No hay ni uno solo abierto de los muchos que han pasado estos años”, comenta.

A ellos, cuando eligieron el suyo, tampoco les auguraban un gran futuro. “Venían los distribuidores y nos decían que dónde nos habíamos metido, en una esquina casi invisible junto a un callejón estrecho que da a la calle Cádiz”, explica Rubén.

El local de La Pata Negra es pequeño y está junto a un callejón.
El local de La Pata Negra es pequeño y está junto a un callejón.
Alejandro Toquero

Pues bien, a estos escasos mimbres les han sacado mucho partido. En el interior hay más de media docena de mesas, y los taburetes del exterior, en el callejón, están muy codiciados. Una gran cristalera que hace las veces de pared lateral es que aporta luminosidad al establecimiento y hace que parezca más grande.

Rubén y Mariángel no tienen muy claro el secreto de su éxito, pero enseguida se nota: han conseguido hacer comunidad. Son algo así como el bar de barrio que cada día se llena de fieles parroquianos. “En el entorno no hay muchas viviendas, son casi todo oficinas y negocios; la mayoría de nuestros clientes trabajan en la zona y cuando tienen un rato libre vienen a tomar el café, el mini o la tapa”, aseguran.

Mariángel, con una bandeja de pata-ticas durante la fiesta del aniversario.
Mariángel, con una bandeja de pata-ticas durante la fiesta del aniversario.
A. T.

Conseguir esta fidelidad en el centro de Zaragoza no es fácil, ya que los bares y restaurantes viven más de la gente de paso, así que esta pareja está contenta. Su propuesta de tapeo ha evolucionado con el paso del tiempo, y este es otro aspecto que creen que les ha hecho fidelizar a muchos clientes. “Empezamos con vinagrillos y embutidos, pero hemos evolucionado bastante”.

Han huido de las patatas bravas y de las raciones de calamares y la gente se lo ha agradecido. La pata-tica es uno de sus bocados más populares, una pequeña patata de guarnición asada rellena de jamón y dos quesos y se termina gratinada al horno. También son muy populares las mini hamburguesas de vaca ahumada con cecina y los tacos picantes. Además, Rubén confiesa entre risas lo que le dicen muchos clientes: “que nuestra ensaladilla rusa es la mejor del mundo”.

Muchos amigos y clientes acudieron a la celebración del décimo aniversario.
Muchos amigos y clientes acudieron a la celebración del décimo aniversario.
A. T.

Las posibilidades que este establecimiento tiene de crecer son nulas, pero hay un detalle que en breve va a hacer que resulte más acogedor. “Tenemos los permisos para pintar un graffiti en la pared del callejón, justo en frente de la barra; se va a ver a gente sentada en mesas, como si fuera una prolongación más de nuestro bar”. Eso es lo que ellos buscan: que al entrar se tenga la sensación de que La Pata Negra es más grande.

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