verano
Una ruta gastronómica por fiestas y festivales a ritmo de 'food truck'
Las propuestas de calidad de las gastronetas se van a poder disfrutar en los festivales Brizna y Birragoza o en las fiestas de Huesca.
Una 'food truck' es lo más parecido a un restaurante sobre ruedas, un establecimiento ambulante que habitualmente ofrece comida de calidad. Eso es lo que persigue la Asociación ´Food Truck` Aragón. Su presidente, Fernando Rodríguez, lo tiene claro y reivindica para estos negocios el nombre de gastronetas. “Nos gusta más porque se asocia a la idea de gastronomía, de elaboraciones cuidadas y no de la comida basura que se ofrece en muchos puestos callejeros”.
La asociación funciona desde 2016 y agrupa a una docena de empresarios que, en total, mueven por Aragón –algunos también por el resto de España– entre 20 y 25 gastronetas. Para ellos, el verano es el momento de más ajetreo. “Que el tiempo acompañe es fundamental para que podamos trabajar”, prosigue Fernando.
En esta época es cuando más actividades hay vinculadas a su negocio, tanto públicas como privadas. Entre las primeras, están los festivales y las fiestas de los pueblos y ciudades. En cuanto a las privadas, cabe de todo: bodas, comuniones, aniversarios de todo tipo de entidades o encargos como el que hace unas semanas atendió Fernando en la urbanización El Zorongo. “Cerró el servicio de bar que tenían y he estado allí ofreciéndolo con mi ´food truck` durante diez días”, comenta.
Lo dicho, el verano es un buen momento para acercarse a estos profesionales de la gastronomía. “En nuestro trabajo no se trata de servir cualquier cosa de forma rápida –explica el presidente–, en casi todos los casos viajan dos o tres personas y una de ellas es un profesional de la cocina”.
Además de dar a conocer un poco más su labor, este reportaje pretende dibujar una ruta de algunos de los lugares donde se puede adivinar su presencia en Aragón este verano. Lo más inmediato es el Festival Brizna que se celebra del 5 al 7 de agosto en Ayerbe. Allí estarán presentes las gastronetas Jarana Croquetas y Sabor del Pirineo.
La primera deja claras sus intenciones culinarias en el nombre. Avidey Lalueza es la propietaria. En su carta de presentación asegura que “no se trata solo de croquetas, sino de vivir una experiencia, de generar un sentimiento, de hacer 'tilín'”. El suyo es un auténtico producto gourmet.
Algo parecido podría decirse de Sabor del Pirineo. En este restaurante sobre ruedas, los huevos rotos de las gallinas felices de Marta Laguna y Chema Ramón son un clásico en un gran número de eventos por todo Aragón. Se elaboran con productos como longaniza de Graus, chistorra braseada, pollo de corral marinado con aceite de trufa o foie.
En las fiestas de San Lorenzo de Huesca repetirá presencia Jarana Croquetas, que tiene su centro de operaciones en la capital oscense. Algunos días después, en Zaragoza, se celebrará Birragoza en el Centro de Historias (26 y 27 de agosto). En este escenario ya han confirmado su presencia las gastronetas Sabor a Pirineo, Sabor a Redondo y La Negra.
Esta última se centra en la fusión entre las cocinas del mundo y de Aragón, con recetas como ramen con latón de La Fueva, tallarines teriyaki de arroz con verduritas de temporada, gyozas de verduras con dos salsas, ceviche de esturión de Aragón y poke bol de trucha del Pirineo. Sabor a Redondo, por su parte, ofrece propuestas como salchichas cocinadas a la cerveza, varios tipos de nachos y crepes saladas y dulces.
Una cita estival más será en las fiestas de Movera, del 8 al 10 de septiembre, donde, de momento, ha confirmado su presencia la ´food truck` La Negra. Por las fiestas de muchos pueblos también se suele manejar la sidrería móvil del asador Begiris con el tradicional pincho de chistorra junto a la sidra.
Alrededor de este modelo de negocio, en Estados Unidos se estila más la camioneta, mientras que en España lo normal es que sean caravanas homologadas. “Se dejan en un punto concreto y luego te mueves con el vehículo”, explica Fernando. Eso sí, estos remolques “tienen que cumplir la misma normativa que la cocina de un restaurante o una cafetería; la verdad es que los controles son muy estrictos”.
