gastronomía

Entalto reivindica a aragonesas ilustres a través de sus bocadillos

Agustina de Aragón, María de Ávila, Nati Cañada o María Moliner dan nombre a las nuevas propuestas de la carta.

El bocadillo dedicado a Agustina de Aragón lleva medallones de solomillo con salsa de boletus y micuit de pato.
El bocadillo dedicado a Agustina de Aragón lleva medallones de solomillo con salsa de boletus y micuit de pato.
A. Toquero

La carta de bocadillos del Entalto (c/ Mayor, 50. 976 391 640), junto a sus croquetones, seguramente es su propuesta estrella, la más aclamada por una clientela fiel que se ha ido renovando desde 1987.

Esta carta no suele cambiar mucho, pero cuando lo hace es a conciencia. Hace unas semanas que se ha renovado y la criba ha sido importante. Tanto como para que solo se mantengan dos clásicos inamovibles: la hamburguesa de longaniza con queso, cebolla morada, tomate y mezclum de lechugas, y el bocata de calamares bravos.

Lo más novedoso a la hora de diseñarla es que la decena de bocadillos y las tres ensaladas que aparecen están asociados a mujeres ilustres aragonesas que han dejado una huella importante por distintos motivos.

Rocío Gracia, Chus Blasco y Maite Monferrer, en la taberna Entalto.
Rocío Gracia, Chus Blasco y Maite Monferrer, en la taberna Entalto.
A. Toquero

La propietaria, Chus Blasco, comenta que “es algo que quería haber hecho hace tiempo y que por fin se ha concretado”. “La carta solemos cambiarla cada dos o tres años –prosigue–, en alguna ocasión la hemos dedicado a lugares de mi pueblo, a juegos tradicionales o a la Constitución española, pero esta de aragonesas ilustres es la más especial”.

Lo primero que se planteó fue la selección de mujeres, para lo que Chus solicitó algún asesoramiento. Al mismo tiempo, las cocineras Maite Monferrer y Ana María Pacheco eligieron los ingredientes de cada bocadillo y, finalmente, todo el equipo decidió las combinaciones más acertadas y los detalles que podían servir para asociarlos con las ilustres protagonistas.

La terraza de Entalto cuenta con siete mesas junto a la torre de la Madalena.
La terraza de Entalto cuenta con siete mesas junto a la torre de la Madalena.
A. Toquero

El clásico de longaniza lleva el nombre de María Moliner “porque de alguna forma se asemeja a un libro y refleja, también, la constancia y la perseverancia de esta escritora ligada a la imagen de un bocata que está con nosotras desde el principio”.

En cuanto al de calamares bravos, la cantante y actriz Raquel Meller representa la bravura, además de la belleza, la elegancia y el talento sobre los escenarios. La bailarina María de Ávila está asociada al de espinacas frescas, aguacate, champiñón y ruedas de tomate. Esta última imagen, la de una rueda, es precisamente la forma que tiene el tul de la artista.

Chus Blasco también tiene claro que a Blanca Catalán de Ocón, la primera botánica española que recolectó y catalogó numerosas especies de la flora aragonesa, le encajaba el vegetariano de hummus de setas, pimiento rojo, cebolla, calabacín y zanahoria.

En la nueva carta de Entalto, tal vez el bocadillo más especial es el que se le asigna a Agustina de Aragón. No lleva muchos productos, pero son muy selectos, como medallones de solomillo con salsa de boletus y micuit de pato. “Vamos a hacer un maridaje de este bocata con la cerveza artesana Artillera, que encaja estupendamente con el trasfondo histórico de esta mujer”.

Para el diseño de la carta se ha contado con la colaboración del ilustrador Francisco Meléndez y de Virginia Martínez. Al lado de la reseña de los bocadillos aparece una imagen de las protagonistas y una breve descripción de los aspectos más relevantes de su trayectoria. Por supuesto, junto a lo más importante: sus ingredientes.

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