Jordi Cruz: "Cuando empecé en ‘Masterchef’ me recomendaron que no me volviera idiota"

El juez de 'Masterchef' estuvo este martes en Huesca para ofrecer un taller a alumnos de cocina y hosteleros de la ciudad.

Taller de Jordi Cruz./Foto Verónica Lacasa/ 7-6-22[[[FOTOGRAFOS]]]
Taller de Jordi Cruz, en Huesca.
Verónica Lacasa

Jordi Cruz no necesita mucha presentación. Es un chef que con la chaquetilla de cocinero tiene en su haber ocho estrellas Michelin y más soles Repsol que el cielo. Sin embargo, viste de americana para colarse cada semana en los hogares españoles como juez de ‘Masterchef’ y sus múltiples versiones. Este martes estuvo en Huesca, en la Escuela de Hostelería y Turismo (CPIFP San Lorenzo) para deleitar con su cocina y trucos ante hosteleros y alumnos del centro.

“Cuando empecé con Masterchef, me recomendaron que no me volviera idiota, que la tele tiene esa capacidad - recordó en un encuentro previo al curso-. Yo soy cocinero y lo que me hace sentir realizado es ser cocinero”. Por su paladar han pasado los platos de más de 300 aspirantes en la década que llevan en antena, tiempo en el que señaló que han conseguido transmitir su vocación: “La televisión permite divulgar en cocina”.

"Yo soy cocinero y lo que me hace sentir realizado es ser cocinero"

En su amplio currículo se enumeran reputados restaurantes, pero recordó que su misma pasión, o incluso más, la tienen en bares o restaurantes pequeños, donde un matrimonio trabaja duro para sacar el negocio adelante: “Si se vive como un oficio vocacional y te gusta, te puede dar cotas de placer increíbles”. Así lo ha señalado en el encuentro, titulado 'Huesca, la Magia de la Gastronomía', organizado por la Asociación Provincial de Hostelería y Turismo de Huesca

Con una cocina “divertida y amena”, realizó en directo seis platos, en los que el líquido tuvo un especial protagonismo. Pero esas no fueron las únicas recetas que regaló, intentó trasmitir la receta del éxito a los jóvenes que quieren ser cocineros: “No es otra que currar mucho y ser feliz con lo que se hace”.

"Si se vive como un oficio vocacional y te gusta, te puede dar cotas de placer increíbles"

Ese plato –llamado trayectoria- tiene un fondo muy elaborado: la formación. De sus años de aprendizaje recordó el futbolín de al lado de su escuela y de los amigos – dijo entre risas-. Fuera de bromas dio otro ingrediente: “También recuerdo hablar de cosas que molan mucho porque son la base de la cocina, como saber de dónde vienen las salsas básicas. Son cimientos de nuestro oficio que se tienen que conocer porque a partir de ahí, puedes hablar de otras cosas”. Puso como ejemplo que de qué sirve hacer una esferificación si no se sabe elaborar una buena masa de croqueta. “Cuantos más conocimientos se tienen, de más colores se disponen para matizar el trabajo”, añadió.

En este escenario y con Carmelo Bosque, del Lillas Pastia, a su lado, también tuvo palabras para la gastronomía aragonesa, donde, tal y como señaló, cruza el hilo de lo tradicional para llegar a la cocina de autor.

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