Día internacional del té: guía básica (y refrescante) para principiantes
Decir té es prácticamente no decir nada, dada la gran variedad de aromas y procedencias de esta bebida que resulta particularmente versátil en verano, cuando se transforma en refresco o incluso helados.
De los Beatles o de los Stones. Del Real Madrid o del Barça. De café o de té. Si es de los que milita en el variado y fascinante universo del té, este sábado 21 de mayo es su día. Y si no, es la perfecta excusa para acercarse a él o, incluso, desprenderse de algunos prejuicios y mitos con respecto a las posibilidades de esta planta.
Por ejemplo, el de que la preparación del té lleva más tiempo que la del café. "Es una de las falsas creencias más comunes", señala Javier Murillo, experto en esta bebida y dueño de la tienda Espabilaté (Cortes de Aragón, 47). "No es verdad que haya que esperar dos o tres minutos para que infusione, la mayoría de las veces, con diez segundos es suficiente, incluso dejarlo más puede arruinarlo", explica. Otro truco: "En casa se puede reutilizar la planta ya infusionada, la mayoría de los tés de calidad dan para más de una infusión".
Eso sí, como sucede con el café, se deben seguir ciertos procedimientos para lograr un resultado óptimo. "El té siempre debe hacerse en caliente, aunque luego se vaya a tomar frío. Lo ideal es respetar las temperaturas del agua adecuadas para cada variedad, así como usar agua de botella, cuanto menos calcificada mejor". El agua caliente es la manera más eficaz de extraer los "taninos del té, que le dan su sabor característico".
Prácticamente aquí terminarían las exigencias, porque tampoco hacen falta muchos aparatajes. "En realidad, para hacer un buen té basta con una cazuela y un colador", sostiene Javier. Aunque es difícil sustraerse a la panoplia de teteras y herramientas, tan bonitas y diversas como la propia cultura del té. Nada tiene que ver la forma de tomarlo en los países árabes o del Magreb con la tradición china o japonesa, o con la de la India o Sri Lanka, que luego daría lugar a la costumbre del famoso té de las 5 de los británicos.
"Pero el té lo trajeron a Europa los portugueses", puntualiza Javier. "La bebida llegó al viejo continente desde Macao, colonia lusa, y parece demostrado que también gracias a otros grandes comerciantes y navegantes, los holandeses". En España, sin embargo, aterrizó mucho después. Y temporalmente. "Fue Victoria Eugenia de Battenberg, que era británica y muy 'moderna', la que puso de moda el tomar té. Pero con el exilio de Alfonso XIII y las posteriores circunstancias históricas de guerra y dictadura prácticamente se acabó con la costumbre".
Javier sitúa la 'nueva ola' tetera en España en torno a los años 90, gracias a una ciudadanía más viajera y a una franquicia: Tea Shop (con una sede en Zaragoza). La afición no solo no ha descendido sino que va a más con una oferta casi ingente que se dirige tanto a mayorías -con modas como la de los 'té lattes'- como a los más exquisitos. Por el medio, un sinfín de modalidades y procedencias en las que un principiante puede llegar a perderse.
Para iniciarse Javi Murillo recomienda ir a una tienda especializada. No solo por la labor prescriptiva y orientadora de expertos como él (lleva 30 años ligado al té, viajando por distintas zonas teteras) sino porque es donde se van a encontrar los verdaderos sabores y aromas de esta planta. "La trazabilidad de los tés es fundamental", subraya Murillo, que compara las distintas variedades con los vinos. Teniendo en cuenta además hasta qué punto difieren los sabores: entre un té especiado de la India o un matcha japonés no hay nada en común.
Para empezar a familiarizarse con el té, Murillo recomienda apostar por los aromatizados, mucho menos amargos que los puros. Y a partir de ahí subir en intensidad. Además, los tés de sabores o especiados son ideales para estas fechas veraniegas. Servidos en frío, resultan muy refrescantes. Pero, ojo, cuanto menos azucarados mejor. A juicio de Murillo, endulzar mucho acaba con un buen té, no solo organolépticamente, sino también con sus propiedades saludables. "Un té moruno con hierbabuena o uno de frutas del bosque son perfectos para tomarlos muy fríos y tienen tanto sabor que no piden azúcar". Murillo recomienda también variedades con cítricos o una mezcla de su propio recetario, con aromas a melocotón de Calanda o alberges.
Para paladares expertos o para el club de fans que a estas alturas tiene el té matcha, Murillo recomienda lo siguiente: hacerlo en caliente con uno de buena calidad ("como ahora está de moda hay mucho 'matcha' sucedáneo") y añadirlo a un vaso de zumo de naranja con hielo.
Un helado por el Día Internacional del Té
Por si esto fuera poco, con motivo del Día Internacional, Espabilaté se ha aliado con la heladería Tortosa y este sábado presenta un helado de té matcha. Noelia Jericó ha sido la encargada de hacer realidad la idea de Murillo para la que se ha utilizado uno de los mejores matchas que existen: el de Kukicha. Con ese material, Jericó ha preferido respetarlo al máximo por lo que el helado se ha hecho con agua y sin azúcar, si bien es muy cremoso: "Por eso es muy saludable y apto para veganos, celiacos, intolerantes a la lactosa o el huevo".
Para todo el año y también para paladares aún poco expertos, Murillo recomienda varios tipos. "Uno de los más populares ahora es el té azul, que procede de China". También los tés negros, más típicos de la India y que a menudo se presentan con embriagantes mezclas de especias. O los indios Ceylan, una denominación que es la que llegó a Inglaterra. De la isla Murillo recomienda los Earl Grey (con su aroma a bergamota) o el Daarjeling, que tan bien funciona con leche.
