Completo y variado menú de trufa negra en La Bodega de Chema

Este clásico renovado del distrito Universidad articula un menú con el hongo hasta el próximo 13 de marzo.

Mini canelón de cabrito y bechamel trufada con queso. Y trufa, claro
Mini canelón de cabrito y bechamel trufada con queso. Y trufa, claro
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Trufa en los entrantes, en los platos principales y hasta en los postres. Más sutil o evidente, pero presente. Eso se encontrarán quienes se acerquen a La Bodega de Chema (Félix Latassa, 34) hasta el próximo 13 de marzo y se inclinen por el menú especial de las jornadas de la trufa, que regresa este 2022 al establecimiento tras un parón de dos años. La pandemia, cómo no, tiene la culpa de esta interrupción.

El menú que plantea el establecimiento es completo y variado. arranca con un sugerente consomé trufado con perlas y galleta trufada. Ese primer acercamiento a la nariz y a la boca da paso a los tres siguientes entrantes.

Le sigue una ligera ensalada templada de brotes de puré de alcachofas a la trufa y su aliño, que da paso a una de las gratísimas sorpresas del menú, el arroz de borrajas con trufa. Tiene la textura idónea y el conjunto de sabores es delicioso. Y si lo malo es que este plato llega a su fin, lo bueno es que el que le toma el relevo no se queda atrás. Hablamos del mini canelón de cabrito y bechamel trufado con queso, que compite con el arroz por el premio de mejor entrante. Difícil elegir uno de los dos.

Tras los primeros pases llega el turno del plato principal, a elegir entre cuatro. Entre las opciones destacamos las manitas de cerdo rellanas de setas shiitake y trufa. Son melosas y sabrosas, y no pecan de grasientas. También el bacalao a baja temperatura con patatas rotas al ajo y perejil y pilpil trufado es un señor plato.

El cuarteto de opciones lo completa la pechuga de pollo campero de Poleniño, una preparación más ligera que se completa con apionabo salteado a la trufa y puré de boniato. Por último, los comensales pueden decantarse por el clásico cabrito lechal, un clásico entre los clásicos de la casa que se sirve con patatas y que implica un suplemento de tres euros sobre el precio del menú, que asciende a los 39 euros.

Una cantidad que incluye la bodega, compuesta por el garnacha blanca de La Miranda de Secastilla (D. O. Somontano), un vino amable, de trago ligero; y el tinto de la misma bodega, aromático y muy acertado en un menú con carnes y trufa.

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