Brochetas de grillos o arroz salteado con saltamontes: ¿se atrevería a probarlos?

Bruselas ha autorizado los grillos como el tercer insecto comestible en la Unión Europea después del gusano y la langosta.

Bruselas ha autorizado los grillos como el tercer insecto comestible en la Unión Europea después del gusano y la langosta.

Salteados, con arroz, en forma de brochetas y hasta en ensalada. Basta con buscar en internet 'Recetas con insectos' para comprobar que hay cientos de ellas, aunque no por ello resulten atractivas para todos los paladares. 

El último bicho en entrar en la lista de los autorizados como comestibles por la Unión Europea es el grillo, que puede ser ingerido en seco como aperitivo o como ingrediente de una serie de alimentos en forma de polvo, como productos proteicos, galletas o productos de pasta o congelado. La autorización sigue las recomendaciones contempladas para la autorización, el pasado julio, del gusano de la harina y de la langosta migratoria, en noviembre de 2021.

Pero, ¿realmente tienen tantas propiedades nutricionales y grasas como presumen? "Sí, pueden aportar proteínas y alguna vitamina, pero nada especial que no pueda tenga cualquier otro alimento", explica la nutricionista Alejandra Bastarós. "Un filete de pollo o cualquier pescado contienen más nutrientes que cualquiera de esos bichos", apunta Bastarós, quien tiene muy claro "que no los comería por nada del mundo".

Sea por "asco" o por "repelús" algunos aragoneses como Maite Caballero apuestan "por un buen ternasco de Aragón ante cualquier plato que contenga insectos, por muy delicioso que se sea". "Culturalmente no puedo ni siquiera plantearme probarlos. Dicen que son muy buenos y crujientes, pero yo prefiero comer lo de siempre".

Tampoco los probaría la zaragozana Mari Marco, "a no ser que fuera por necesidad". "A priori, me da mucho asco. Ni en brochetas ni con nada". Pero hay quien se atreve con todo, como el aragonés José Antonio Plaza quien, debido a que residió durante cinco años en África, asegura haber probado saltamontes tostados. "Saben como almendra con un toque más ácido. También allí comen gusanos como si fueran longaniza, aunque yo no llegué a probarlos".

Quien sí asegura haberlos comido -los gusanos- es otro zaragozano, Bernando Sánchez. "Estaban muy buenos. Los comí con una salsa agridulce y con miel alrededor, al estilo africano. Su sabor me sorprendió mucho". "Aquí no estamos acostumbrados a salirnos de la dieta que consideramos habitual. Pero si lo pensamos, no deja de ser lo mismo que comer caracoles, por ejemplo", comenta Sánchez.

No en vano y según datos de la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), la entomofagia o ingesta de insectos complementa la dieta de aproximadamente 2.000 millones de personas en el mundo y se trata de un hábito que siempre ha estado presente en la conducta alimentaria de los seres humanos. 

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