Diferencias del rebollón con otras setas: características y propiedades
En Aragón abunda esta variedad de otoño y aspecto anaranjado; tiene un sabor muy potente, que mejora o protagoniza recetas deliciosas.
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En Aragón se le dice rebollón; en otras partes, Cataluña sobre todo, robellón, además de recordar que a esta seta anaranjada y deliciosa también se le llama níscalo. Como nombre científico Lactarius deliciosus. La temporada otoñal de recogida de setas ya ha comenzado; de hecho, quienes más saben ya llevan al menos un par de semanas con el tema, debido a que las lluvias del pasado mes han anticipado el proceso, y cada fin de semana el monte aragonés se llena de buscadores más o menos experimentados.
Propiedades del rebollón, cómo limpiarlos y cocinarlos
Esta seta puede conseguirse todo el año ya cocida y envasada, pero la fresca es de ahora. Tiene un alto contenido de minerales y vitaminas; por otro lado, no aporta grasa y muy pocos hidratos de carbono. Se trata de una variedad muy carnosa, de sabor intenso. Los rebollones hay que lavarlos bien con un paño húmedo, uno a uno, desde la superficie al pie; preferiblemente hay que sumar el cepillado al sombrero y el tallo, para eliminar mejor todas las posibles impurezas, aunque los puristas dicen que eso les quita sabor.
Por suerte, sabor tienen mucho; el rebollón se aplica bien a distintas recetas, aunque también están buenos a la sartén o al grill con una gota de aceite de oliva y un poco de ajo y perejil. También le pegan aderezos como el pesto, o incluso el hummus para comer en tostada, y triunfa en guisos con patatas acompañado de hierbas, así como en forma rebozada. Fritos o asados pierden un poco.
Otras setas de temporada: del boletus a la trompetilla amarilla
El boletus edulis (boletus comestible) es otra gran estrella del otoño en el mundillo setero. Pega con todo en la cocina, tiene un sabor suave y una textura agradable. En cuanto al rebozuelo, quizá es la más popular de todas las llamadas setas silvestres; amarilla, con un punto dulce muy intenso y carne consistente, tiene mucho éxito en la restauración de alto nivel y también en los fogones caseros.
La trompeta de la muerte llama la atención por su aspecto negro y alargado, además de por su nombre, pero es una delicia a la que no hay que temer. Se le ha llamado la trufa de los pobres; de carne delicada, tiene un sabor muy agradable, poco agresivo, y se usa mucho en dietas bajas en calorías. En cuanto a la trompetilla amarilla o gula de monte, que tiene forma floral, también presenta un aroma a fruta; es muy flexible y su carne es una exquisitez.