Cómo elegir el jamón de york o la pechuga de pavo más sanos del supermercado

El etiquetado nutricional, donde se especifica la cantidad de carne o de azúcares añadidos, es la mejor referencia para encontrar un buen producto.

El jamón cocido y la pechuga de pavo son dos alimentos muy cotidianos en cualquier nevera.
El jamón cocido y la pechuga de pavo son dos alimentos muy cotidianos en cualquier nevera.
Pixabay

Son prácticos para la merienda de los niños, para almorzar en el trabajo o para una cena rápida y, en principio, sana. La pechuga de pavo o el jamón de york son dos alimentos muy socorridos en cualquier cocina que se precie, ya que pueden integrarse en un sinfín de recetas o disfrutarse al natural.

Las opciones que existen en los supermercados, en bandejas de plástico, suelen ser alimentos procesados o semiprocesados, por lo que tampoco conviene abusar de ellos en exceso si el objetivo es seguir una dieta sana y saludable. No obstante, si se opta por esta opción en vez de acudir a una charcutería, donde suele ser más natural, hay que prestar especial atención al etiquetado nutricional, pues más allá de marcas y eslóganes, es en listado de ingredientes del paquete donde podremos identificar el mejor producto.

Siguiendo las indicaciones de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), hay que atender a los siguientes aspectos:

¿Pechuga o fiambre? Si queremos comprar un producto lo más natural posible, hay que fijarse si en el paquete aparece la palabra fiambre, pues este concepto ha de utilizarse cuando se les añaden féculas u otras sustancias. Proporción de carne. El primer ingrediente que aparece en el etiquetado es el jamón o pavo, seguido de una cifra en porcentaje. Dicho número indica el porcentaje de carne que tiene el producto, por lo que a mayor cifra, menos añadidos y más natural será. Así, si por ejemplo leemos “pechuga de pavo (50%)”, el filete que comamos será mitad de carne y mitad de almidones y harinas. La sal y los azúcares añadidos. El principal inconveniente de estos productos es el exceso de sal, por mucho que prometan ser ‘light’ o saludables. Hay que recordar que la Organización Mundial de la Salud recomienda la ingesta diaria de 5 gramos, por lo que la ración de pavo o jamón cocido que se consuma no puede superar la mitad de esta cifra.- Ir al suplemento de gastronomía

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