Qué consume más: ¿la vitrocerámica, la cocina de gas o la de inducción?

A la hora de renovar una cocina, es importante conocer las ventajas e inconvenientes de cada uno de estos tipos para evitar sustos en la factura a final de mes.

Descubre cuál consume más: la cocina de gas, la vitrocerámica o la inducción
Descubre cuál consume más: la cocina de gas, la vitrocerámica o la inducción
Kamisoka, via Canva.com

Si estás pensando en renovar tu cocina, seguro que en algún momento te has planteado la gran pregunta: ¿Qué pongo en mi cocina: inducción, de gas o vitrocerámica? A la hora de tomar esta decisión, uno de los factores que más pesan es el consumo energético, ya que ahorrar en la factura de la luz o el gas a final de mes es una prioridad para muchos hogares de España. Por ello, conocer de antemano cuál es más eficiente nos salvará de un apuro y será determinante para escoger qué tipo de cocina queremos.

A pesar de que lo más habitual hoy en día en los hogares españoles es tener una vitrocerámica o una cocina de inducción, hay quienes se resisten y optan por la cocina de gas. Tal y como explican desde Repsol, ambos sistemas emplean electricidad, pero no consumen lo mismo.

Diferencias entre vitrocerámica y cocina de inducción: ¿Qué consume menos?

Si hablamos en términos de eficiencia y seguridad, la placa de inducción es mejor que la vitrocerámica, ya que aprovecha mejor el calor y reduce el riesgo de quemaduras, según Repsol. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) afirma que una vitrocerámica consume de media entre 1200 y 2500 W/h, mientras que la placa de inducción menos, entre 1500 y 2000 W/h.

En resumen, el consumo energético de la placa de inducción es entre un 20 y un 40% menor que el de la vitrocerámica, por lo que puede conllevar a un notable ahorro en la factura de la luz a fin de mes. Eso sí, así como el consumo es menor que el de la 'vitro', el precio es mayor. La cocina de inducción suele ser más cara que la placa vitrocerámica convencional.

Asimismo, otra diferencia que encontramos entre ambos tipos de sistemas de cocción es el uso que podemos darle: la vitrocerámica se puede emplear para todo tipo de recipientes, a diferencia de la de inducción, que necesita de ollas, sartenes o cazos compatibles. Un punto positivo para ambos es la facilidad para limpiarlos, ya que se trata de una placa fácil de limpiar y de mantener. No obstante, el paso del tiempo pesa para todos, y la superficie se puede rayar.

La cocina de gas: una alternativa más barata

Como hemos visto, la vitrocerámica consume más y necesita más tiempo para calentar la placa, y la cocina de inducción tiene un consumo energético menor al de la 'vitro', ya que se calienta más rápido, pero tiene un sistema más seguro y eficiente.

Por otra parte, la cocina de gas es la alternativa más barata si hablamos de consumo: el gas es más económico que la electricidad. Pero también cuenta con otras ventajas, ya que se calienta más rápido y es compatible con todo tipo de recipientes. No obstante, se ensucian más y son menos seguras que la inducción y la vitrocerámica. Por lo tanto, la cocina de gas es la que menos consume y se calienta más rápido, aunque los riesgos que presenta son mayores.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión