ECONOMÍA

Radiografía del sector funerario en Aragón: empresas, precio de un entierro e incineraciones

En Aragón se registraron 15.353 fallecimientos el año pasado, un 5,77% más que en el ejercicio anterior, convirtiéndose en la sexta región en la que más aumentaron.

Hay una "alta afluencia" de visitantes al camposanto, más que otros años a estas alturas, pero el tráfico sigue fluido y sin atascos.
Cementero de Torrero en Zaragoza.
Francisco Jiménez

La cercanía de la festividad de Todos los Santos se convierte en una época para hacer balance de la evolución de los fallecimientos y del sector funerario en España y Aragón. Pasado el repunte vivido con la pandemia de covid las cifras de defunciones se han ido estabilizando. En España murieron 463.133 personas en 2022, un 2,75% más que en 2021, según los datos provisionales publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

"Si bien las defunciones relativas al covid son un 20% inferiores a 2021 (así como otras causas con menor incidencia enfermedades isquémicas del corazón -0,60% o cerebrovasculares -1,20%) el resto de las causas de fallecimiento aumenta, destacando la neumonía (28,60%) y la demencia (10,80%)", apuntan desde Panasef, la Asociación Nacional de Servicios Funerarios, organización empresarial independiente a la que pertenecen las empresas que prestan el 70% de los servicios funerarios del país.

En Aragón se registraron 15.353 fallecimientos el año pasado, un 5,77% más que en el ejercicio anterior, convirtiéndose en la sexta región en la que más aumentaron, atendiendo a los datos del INE. En el análisis por comunidades, los mayores incrementos en el número de muertes se registraron en Cantabria (11% y 6.765 fallecimientos), Navarra (9,46% y 6.317), Canarias (8,88% y 18.671), Galicia (6,64% y 35.034) y Baleares (5,91% y 9.322).

El peso de las funerarias en la economía

Con la cifra de fallecimientos actual el sector funerario facturó en torno a 1.653 millones de euros en España el año pasado, 23 millones más que en 2021, según la radiografía del sector que elabora anualmente el Instituto DYM para Panasef. Exceptuando el año 2020, se mantiene la tendencia al alza observada durante los años anteriores. La facturación supone un 0,13% del Producto Interior Bruto (PIB) (-0,1 puntos frente a 2021). El informe, 'Radiografía del sector funerario' que elabora anualmente la organización, entra dentro de sus objetivos de llevar a cabo la defensa de los intereses de sus asociados, el fomento de la normalización y de la profesionalización del sector funerario, la realización de buenas prácticas y la defensa de los usuarios de los servicios funerarios, destaca en el documento.

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La evolución del sector depende la tasa de mortalidad y esta se ha venido manteniendo "relativamente constante", excepto en los últimos años por las "situaciones excepcionales como la pandemia de covid-19 vivida en 2020 especialmente, y en 2021", cuando se produjo un aumento de los fallecimientos. El impacto de la crisis sanitaria se ve en los datos mensuales. En el mes de abril de 2020 murieron casi el doble de personas en España (61.025) que en el mismo mes de 2022 (34.364). 

Coste de un funeral y qué se paga en el precio

El precio de un funeral varía entre compañías y entre ciudades. Desde el sector no elaboran estadísticas de precios, que sí publican las organizaciones de consumidores. Un funeral cuesta de media algo más de 3.700 euros, unos 3.600 euros si se opta por la incineración, según el último estudio de la Organización de Consumidores Usuarios (OCU), con datos de 2021. En la comparativa de precios que se llevó a cabo en 29 ciudades, entre ellas Zaragoza, esta última se situó entre las más 'económicas'. En la capital aragonesa el precio de un servicio funerario con inhumación se situó en 2.539 euros y con incineración de 2.872 euros. 

Zaragoza era "un 143% más barata que Vigo", explica Alejandro Marín, delegado de OCU en Aragón, sobre las diferencias de precios de una ciudad a otra de las analizadas. "Muchos de los presupuestos alcanzaban unos niveles de precio muy baratos pudiendo encontrar el entierro por 2.180 euros o la incineración por 2.398 euros", apunta. Teniendo en cuenta que el coste puede varias mucho, Marín aconseja "pedir varios presupuestos para tomar esa decisión". Sin embargo, apunta que no resulta fácil porque "desde OCU hemos criticado la falta de transparencia ya que una de cada tres funerarias analizadas no desglosan ni detallan el coste de cada servicio o concepto, lo que dificulta poder comparar entre presupuestos o excluir alguna partida por innecesaria sabiendo lo que realmente cuesta". 

Además, Marín aconseja "desconfiar de los descuentos aplicados o servicios que se incluyen como gratuitos, que no es sinónimo de encontrarnos con un presupuesto barato o ajustado sobre otras funerarias de la misma ciudad".

Del coste de la incineración a los impuestos

El informe del sector funerario de Panasef no incluye precios de los funerales, pero sí el análisis de a dónde va destinado el dinero que abona el consumidor. Del precio final, el 58% se dirige al pago del servicio funerario, casi 3 puntos más que el año anterior por el incremento de precios, en el contexto de inflación que se vive en los últimos años.

El 12,8% del importe (un 1,1% más que en 2021)  corresponde al gasto en servicios complementarios entre los que se encuentran los certificados y tasas, la iglesia si la ceremonia es religiosa, coronas, lápidas, esquelas, etc.. Un 14,3% se debe a los costes de la inhumación o incineración, los únicos que rebajan su peso en el último año, 2,2 puntos. Un 14,9% corresponde a tributos indirectos, por el pago del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).

El sector viene pidiendo que ser rebaje el actual tipo que se aplica a los servicios máximos ya que se paga el máximo, el 21%, desde que en la anterior crisis económica se elevó la tributación a algunas actividades. Así se puso de manifiesto en la presentación el mes pasado del II Observatorio de los Servicios Funerarios.

Más inhumaciones que incineraciones

El número de incineraciones realizadas en España se mantiene estable respecto a 2021, según el informe de Panasef. El 44,99% de los fallecidos fueron incinerados frente al 55,01% que fueron inhumados. Se dan más  incineraciones en las capitales de provincia (55,2% frente a un 52%). Además, aunque se registra un avance de las ceremonias civiles, las de carácter religioso siguen siendo mayoría con un 85%.

El sector continúa aumentando su infraestructura y considera que su capacidad es "más que suficiente" para responder a la demanda de servicios. España, dispone de 537 hornos crematorios, un 10% más que en 2021, de los que en Aragón hay 16 instalaciones. En total, la capacidad es de 1.833 incineraciones al día en todo el país, para una demanda de 571 diarias.

El número de tanatorios y velatorios es de 2.567 en todo el país, con 7.100 salas para atender una demanda de 1.268 fallecimientos al día. En cuanto al número de cementerios, en España hay 8.131 localidades en las que existen un total de 17.682 camposantos.

Crece el empleo en las funerarias

Las funerarias sumaban 12.433 trabajadores el año pasado en España, lo que supone un incremento del empleo del 1,2%, según los datos de Panasef. Entre las plantillas aumenta la presencia de mujeres, que ha pasado en un año de representar el 30,48% al 34,94%, destaca el informe.

Desde los sindicatos, entre los asuntos pendientes del sector destacan la negociación de un convenio colectivo a nivel estatal. En Aragón tampoco existe un texto que sirva de base a nivel provincial. Según los cálculos de UGT-Aragón, en las funerarias de la comunidad trabajan unas 200 personas. "Muchos salarios están en torno al salario mínimo interprofesional", asegura Angélica Mazo, secretaria del sector de Servicios Sociales y a la Comunidad de la  Federación de UGT de Servicios Públicos. Esto ha hecho que las subidas que se han ido aprobando del SMI hayan beneficiado a parte del colectivo. 

La jornada laboral anual que aplican las empresas es "prácticamente la del Estatuto de los Trabajadores", explica la sindicalista, que es la máxima permitida. En el sector suele ser de 1.800 horas al año, salvo que se haya pactado una rebaja en la empresa. De ahí que de aprobarse la reducción de jornada a 37,5 horas semanales, considera que serían unos de los trabajadores más beneficiados. Las mejoras se van consiguiendo de forma individual o empresa a empresa con acuerdos que no llegan a tener el alcance de un convenio.

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