¿Con qué enfermedades puedes solicitar una incapacidad permanente?

El Tribunal Médico decide si concede o deniega la petición de cobro de la prestación, a partir de la dolencia que sufre el interesado.

¿Con qué enfermedades puedes solicitar una incapacidad permanente?
¿Con qué enfermedades puedes solicitar una incapacidad permanente?
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Si un trabajador sufre una dolencia o accidente que reduce o anula su capacidad laboral, puede acceder a una pensión de incapacidad permanente. Esto parece sencillo de comprender, pero lo cierto es que solo podrán optar a esta prestación económica que gestiona la Seguridad Social quienes cumplan una serie de requisitos generales que, además, se encarga de revisar en cada caso específico. De ahí la importancia de conocer con qué enfermedades es posible solicitarla.

Desde el 1 de enero de 2023, la pensión por incapacidad permanente registra un aumento del 8,5%, tal y como aprobó el Gobierno de España y se recoge en los nuevos Presupuestos Generales del Estado. Esta cuantía pretende cubrir la pérdida de ingresos que sufre el trabajador, y llega a cerca de 950.000 personas, de acuerdo con los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que lidera José Luis Escrivá.

La Seguridad Social se ocupa de determinar el impacto de la dolencia en las capacidades, o incluso en la autonomía personal, para decidir si concede o deniega la pensión. Por su parte, para ser beneficiario de ella, el trabajador tiene que estar incluido en cualquier régimen de la administración pública y cumplir las condiciones que se exigen en cada grado de incapacidad: parcial, total, absoluta y gran invalidez. Estas tienen una cuantía mínima y máxima concreta.

Requisitos de la pensión de incapacidad permanente

Como sucede con el resto de prestaciones de la Seguridad Social, para convertirse en beneficiario de una pensión de incapacidad permanente es necesario no haber alcanzado la edad legal de jubilación, estar dado de alta o en situación asimilada al alta, y tener un tiempo mínimo de cotización previa, excepto si la contingencia de la invalidez es una enfermedad profesional o un accidente.

En el proceso de solicitud juega un papel clave el Tribunal Médico, que determina si concede o deniega la petición de cobro de la pensión, en función de la propia enfermedad o dolencia que sufre el interesado. Para ello, los profesionales examinan al afectado, le hacen preguntas y le pueden pedir, incluso, que realice algunos ejercicios para conocer su estado actual y cuáles son sus perspectivas de mejora.

No obstante, la última palabra la tiene la dirección provincial de la Seguridad Social, que comunica la resolución expresa y establece el grado de incapacidad, por reconocimiento de la prestación, la cuantía de la misma y el plazo a partir del cual se puede solicitar la revisión de la incapacidad por mejoría o agravación.

Enfermedades para la incapacidad permanente

Dado que es el Tribunal Médico el que valora la incapacidad del trabajador, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) no cuenta con un listado en el que fija cuáles son las enfermedades por las que se concede la pensión.

Además, cada dolencia afecta de una forma diferente a las personas y su efecto puede ser muy distinto en sus capacidades, en función de su puesto de trabajo. Ejemplo de ello es que una enfermedad que repercute en las extremidades inferiores de un empleado puede tener un gran impacto en aquellos que trabajan de pie, y menos para los que lo hacen en un puesto de oficina.

A pesar de ello, si se sufre alguna de estas enfermedades hay más posibilidades de recibir una pensión de incapacidad permanente:

  • Alzheimer
  • Arterioesclerosis
  • Artritis Reumatoide
  • Artrosis
  • Cáncer
  • Colitis Ulcerosa
  • Demencia
  • Enfisema Pulmonar
  • Epilepsia
  • Esclerosis Múltiple
  • Fibrilación auricular
  • Glaucoma
  • Hernia Cervical
  • Hipertensión Pulmonar
  • Hipoacusia
  • Insuficiencia renal crónica
  • Lumbalgia
  • Eritematoso Sistémico
  • Miastenia Gravis
  • Migraña
  • Parkinson
  • Patologías de Manos
  • Pérdida de visión
  • Síndrome de Arnold Chiari
  • Trasplante de riñón
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