mobility city

Amado Franco: "Vamos a una movilidad sostenible, autónoma, compartida e inteligente"

El presidente de la Fundación Ibercaja confía en el éxito del proyecto ‘estrella’ de la entidad, la reinauguración del Pabellón Puente como Mobility City, y destaca la mirada al futuro del nuevo museo y centro de debate

Amado Franco en el Pabellón Puente de Zaragoza convertido en Mobility City.
Amado Franco en el Pabellón Puente de Zaragoza convertido en Mobility City.
Oliver Duch

Habla Amado Franco (Zaragoza, 1945) del Pabellón Puente con una mezcla de ilusión, orgullo y la satisfacción "por el deber cumplido" después de que la crisis económica de 2008 primero y la pandemia después retrasaran su apertura, según reconoce él mismo en la charla con este diario previa a la inauguración de un equipamiento que fue icono en la Expo 2008. Dedicar este espacio a temas relacionados con la movilidad sostenible, apunta, "es una apuesta ganadora" que se materializa con el apoyo e impulso del Gobierno de Aragón y el aval de más de 40 empresas "líderes en los sectores que están más afectados por la movilidad", reseña.

La DGA, se le recuerda, invirtió 4 millones de euros en poner a punto el inmueble después de estar inutilizado durante más de diez años y la Fundación Ibercaja ha desembolsado después otro tanto para dotarlo de contenido. "Y ahora hay que mantenerlo, hay que seguir innovando constantemente el interior", indica Franco. "No me pregunte cuánto dinero nos va a costar en el futuro porque no lo sé, pero lo haremos con gusto", asegura.

El Pabellón Puente se inaugura por fin. ¿Qué siente en este momento?

Alegría, emoción y el cumplimiento de una promesa que habíamos hecho a la sociedad hace ya bastantes años. Pero es que las cosas no han sido tan fáciles.

Muchos contratiempos en estos años.

En 2004, y han pasado unos cuantos, teníamos la ilusión de que nos concedieran la Exposición Internacional. Había un proyecto muy majo, con el hilo conductor del agua, un tema muy actual, se competía con dos ciudades, Trieste y Tesalónica y se decidía el 16 de diciembre de 2004 en París, me acordaré siempre. El alcalde de Zaragoza era Juan Alberto Belloch, quería ir a París con un argumento que diera fuerza, y qué mayor fiabilidad que tener los terrenos. Se habló del meandro de Ranillas, pero el Ayuntamiento no tenía terrenos ni dinero ni capacidad de endeudamiento. En el verano se vinieron a Ibercaja y nos dijeron que tenían ese problema. Entonces la Caja compra los terrenos, los permuta al Ayuntamiento, se presenta el proyecto en París el 16 de diciembre y se adjudica. Y la Expo fue un exitazo. Siempre digo que cuando se hable de la Zaragoza contemporánea habrá una pre-Expo y otra post-Expo.

"Las ‘smart cities’ van a estar llenas de sensores que pondrán en comunicación al semáforo, con el coche, con la circulación, de tal manera que se pueda conseguir una circulación más fluida de vehículos y de personas"

Terminó la Expo y había que hablar de lo que ocurriría después.

A Ibercaja se le adjudicaba el Pabellón Puente, uno de los iconos, una obra maravillosa de la prestigiosa arquitecta iraquí Zaha Hadid.

¿Por qué estuvo claro desde el principio que el Pabellón Puente era para Ibercaja?

Si quiere que le diga la verdad, nos dieron a elegir entre el Pabellón Puente y la Torre del Agua, y nos quedamos con el pabellón. Aún recuerdo que el alcalde me dijo que las cajas nos teníamos que quedar con los dos y yo me decidí por el pabellón, que ni es pabellón ni es puente. Era un espacio al que había que dar una finalidad. Habíamos tenido éxito con la Expo del agua y yo creo que ahora con el tema de la movilidad también va a ser un exitazo.

¿Por qué?

Caminamos hacia megaciudades, algunos con más de 20 millones de habitantes: México, Nueva Dehli, Tokio... Y manejar y gestionar el tráfico de personas y mercancías en una ciudad de estas es bastante complicado. Al mismo tiempo, habrá lo que llaman ‘smart cities’, ciudades inteligentes. En ellas hay que proveer al ciudadano una movilidad que sea accesible a todo el mundo y que sea sostenible. Estamos hablando de sistemas que no tienen que contaminar, con menor consumo de combustible fósil. Luego damos el paso a la movilidad inteligente, a los coches autónomos. Las ‘smart cities’ van a estar llenas de sensores que pondrán en comunicación al semáforo, con el coche, con la circulación, de tal manera que se pueda conseguir una circulación más fluida de vehículos y de personas. Al final vamos a una movilidad que sea sostenible, autónoma, compartida e inteligente. Yo creo que el futuro va por ahí.

¿Cuándo se pensó que era la temática idónea para el pabellón?

En 2017 empezamos a darle vueltas, hace seis años.

En 2008 usted dijo que el Pabellón Puente será el Puente Vecchio del siglo XXI.

Lo sostengo y lo mantengo, cada día estoy más convencido. El peso que tiene en Zaragoza la movilidad es muy importante. Por el sector del automóvil, y no hablamos solo de Opel-Stellantis sino de todo el sector, y por la logística. El Pabellón Puente no solo es físico, sino que mira el presente de cara al futuro.

En los últimos años se ha insistido en que este es el proyecto estrella de la Fundación Ibercaja. ¿Seguirá siendo así?

Hasta que hagamos el próximo. Yo espero que en unos años nos acordemos todos del magnífico museo Goya y otras cosas, pero indudablemente en este momento este es el proyecto estrella de la Fundación.

"Siempre se dice que un museo debe ser vivo. Pues en temas de innovación tiene que serlo mucho más"

La Fundación no va sola, ha contado con apoyos, socios...

Yo quiero dejar muy claro que este es un proyecto liderado por la Fundación Ibercaja, pero con el apoyo del Gobierno de Aragón. Sin el apoyo de Javier Lambán no hubiésemos podido llegar hasta aquí y sin el apoyo económico de la DGA, que se ha encargado de la puesta a punto de todo el edificio, los techos, los cristales… También el Ayuntamiento de Zaragoza, que desde el principio vio que esto era bueno para la ciudad. E indudablemente al que tengo que agradecer es al equipo humano de la Fundación, liderado por José Luis Rodrigo, que ha hecho realidad esta idea.

¿Tendrá el Pabellón Puente el impacto que ha supuesto el Guggenheim en Bilbao?

Yo espero que sí. Es nuestra ilusión, pero creo que es verdad.

¿Diremos en dos o tres años que es un referente?

Veremos entonces que ha cambiado. No todo será permanente. Hay prototipos que se volverán realidad y saldrán nuevos. Siempre se dice que un museo debe ser vivo. Pues en temas de innovación tiene que serlo mucho más

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión