ECONOMÍA

Más de 34.500 aragoneses escapan de la tarifa regulada de la luz y se pierden las últimas bajadas

Ventajas e inconvenientes de dejar la PVPC y pasar al mercado libre.

El bono social es un descuento que se hace en la factura.
El bono social es un descuento que se hace en la factura.
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Los precios de la electricidad siguen siendo una de las principales preocupaciones de los hogares, pero el miedo a la escalada de precios que se vivió el año pasado se ha ido reduciendo. En marzo de 2022, el mes siguiente a la invasión rusa de Ucrania se llegó a picos de 700 euros el kilovatio hora, que hicieron buscar fórmulas para ahorrar en la factura de la luz hasta por el Gobierno y la Unión Europea (UE). Una de las más utilizadas por las familias fue cambiar del mercado regulado al libre si no se había hecho ya, buscando tarifas fijas competitivas.

Este año, algunos de los consumidores que tomaron esta decisión se arrepienten, porque los precios se han relajado mucho. Este martes el kilovatio hora se encuentra en 87,45 euros, según el mercado OMIE donde se regula. Más caro que en las últimas semanas, pero muy por debajo de los máximos de 2022. "Lo que estamos viviendo es coyuntural, el invierno está pasando mejor de lo esperado", explica José María Yusta, profesor y experto en mercados energéticos de la Universidad de Zaragoza. Hasta finales de marzo cree que puede haber riesgo de más subidas según evolucionen las olas de frío. La situación del mercado energético sigue siendo de "mucha incertidumbre", asegura.

Las energías renovables abaratan la factura

En estas últimas semanas, el viento ha ayudado a aumentar la generación de energía eólica, que como el resto de renovables tiene un coste menor y abarata el precio del mix energético. Lo contrario que ocurre con el gas, la energía que tira al alza de la factura, pero que también ha evolucionado mejor porque "se ha reducido la demanda del gas un 20% y ha sido más fácil pasar sin gas ruso", reconoce Yusta. Este invierno, junto a las temperaturas más altas, hasta ahora, se ha reducido la demanda de hogares y empresas respecto al  invierno anterior.

En el caso de los hogares, algunos no han encendido la calefacción hasta bien entrado noviembre, bien porque no era necesario o por retrasar el momento por el miedo a las facturas. Todo esto ha hecho que en los últimos meses los precios del gas se hayan reducido, y con ellos, los de la electricidad, pero el experto advierte que "no sabemos en los próximos meses qué va a pasar". 

Esta situación no ha favorecido a muchos de los 34.500 aragoneses que decidieron buscar precios fijos en el mercado libre para esquivar la escalada de la electricidad que vivía la tarifa regulada, el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), sujeta a los vaivenes de los mercados. Se trata del número de clientes de Endesa en Aragón, exactamente 34.482, que han dejado el mercado regulado en el que opera como comercializadora de referencia a través de su filial Energía XXI, en su mayoría para contratar una tarifa fija con una comercializadora libre, bien con la propia de la eléctrica o una de los cientos que existen en el mercado. Endesa cuenta en Aragón con 656.021 clientes, de los que 383.542 se encuentran en el mercado libre y 272.479, en mercado regulado.

"Siempre hemos defendido la bondad del mercado regulado, tanto en electricidad como en gas. Al final los hechos nos dan la razón", considera José Ángel Oliván, presidente de la Unión de Consumidores de Aragón (Ucaragón). Ha venido criticando el llamamiento de las compañías eléctricas durante el periodo de precios máximos para que los clientes dejaran el mercado regulado. "No podemos competir con las campañas publicitarias de las compañías del mercado libre, que aprovecharon el semestre maldito para conseguir miles de contratos" se queja. Así, considera que "los que mantuvimos el tipo, nos vimos afectados muy poco por la compensación al gas que masacró las facturas del mercado libre. Ahora estamos ya en gasto similar a los anteriores a la crisis", calcula.

Previsiones al alza

Con todo, Yusta cree que los precios volverán a subir. "Ahora hay mucha producción eólica e hidráulica por temporales, pero más adelante será necesario quemar más gas y seguimos dependiendo de él", señala. A estas alturas de invierno han desaparecido los temores de cortes de suministro de gas y Europa sigue diversificando el abastecimiento, pero en la difícil ecuación de cuál será el precio de la electricidad en los próximos meses, despejar la incógnita del gas será determinante. "Hay mucha incertidumbre, no sabemos qué punto alcanzarán precios, aunque seguramente no tan elevados como en marzo y agosto de 2022", reconoce.

"Pasar al mercado libre no es una mala elección,  da seguridad de lo que se va a pagar cada mes", añade el experto, pero siempre que se esté atento a la letra pequeña de los contratos. Puede que un precio que era competitivo cuando se contrató deje de serlo al renovar. "Hay que estar atentos a las cláusulas de actualización de precios". 

Los precios de los cientos de comercializadoras se pueden consultar en la web de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que cuenta con un comparador. Actualmente, el precio más bajo corresponde al regulado. Si se tiene una tarifa regulada solo puede ser con una de las compañías autorizadas por el Gobierno desde el inicio del proceso de liberalización del sector hace más de 20 años. Además de la citada Energía XXI de Endesa, en la lista figuran, entre otras, Gas & Power (grupo Naturgy, antigua Gas Natural); Curenergía (Iberdrola) y Baser (Total Energies). Si se ha dejado el mercado regulado para salir a libre se puede dar marcha atrás, aunque los contratos suelen tener una duración mínima de un año y pueden tener penalización. Eso sí, para mantener los descuentos del bono social, si se tiene derecho a ellos, solo será posible en el mercado regulado.

Trasvase de clientes a la TUR del gas por el tope en las facturas

Mientras en el mercado eléctrico se producía un trasvase de clientes del mercado regulado al libre, en el del gas el movimiento ha sido inverso. En este sector, las recomendaciones para rebajar la factura del gas han sido unánimes tanto desde el Gobierno, como desde las comercializadoras y las asociaciones de consumidores. El precio más bajo se encontraba y se sigue encontrando en la tarifa regulada, la llamada de último recurso (TUR).

Prueba de ello es que el Ejecutivo central ha creado una específica para que se puedan acoger las comunidades de vecinos con calefacción central. Además, algunas comercializadoras de gas se han retirado del mercado por no poder competir con la tarifa intervenida, alertando de paso de la pérdida de competencia cuando el Gobierno deje de intervenir en el precio. El Ejecutivo lleva más de un año aplicando un mecanismo especial para limitar el precio del gas ante la escalada tras la pandemia.

En el caso de Endesa, que en Aragón tiene 170.339 clientes de gas, han dado este paso 16.901 en el último año. La compañía cuenta con 131.048 usuarios en el mercado libre (Endesa Energía) y 39.291 en el mercado regulado (Energía XXI), según sus datos de enero. Este movimiento hacia la TUR del gas ha sido "en su mayoría" de clientes procedentes de tarifas de mercado libre.

Similar comportamiento se ha vivido en compañías como Naturgy. A nivel nacional, su comercializadora de último recurso, Gas & Power, gestionó 230.000 altas en la tarifa regulada, 190.000 en el segundo semestre del año, según fuentes del grupo. "Esta cifra supera al conjunto de altas registradas en los años 2019, 2020 y 2021", indicaron. 

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