ECONOMÍA

La cuesta de enero se alarga este año: "Ha subido todo, menos los salarios"

Las familias se preparan para otro ejercicio de alzas en sus gastos diarios, más allá de las primeras subidas del año, con menos ahorros y teniendo que afrontar un euríbor al alza.

Antonio Maestro recoge algunos de los productos que ya ha recibido.
Antonio Maestro, pensionista de Morata de Jalón que organiza campañas solidarias.
MACIPE

La llamada cuesta de enero no tiene unas fechas fijas, pero en 2023 parece que se va a alargar más de lo habitual porque aunque algunos precios se han tratado de controlar, el último año de escalada de la inflación sigue pasando factura, el ahorro que generaron las familias en la pandemia ha ido mermando para hacer frente a los precios más altos, los gastos fijos como la factura de la luz o el gas siguen estando por encima de los de otros años y los hipotecados con préstamos a tipo variable siguen temiendo las revisiones al alza por el euríbor disparado. 

Las asociaciones de consumidores han empezado a detectar casos de sobreendeudamiento por el aumento de gastos de las familias. "Desde mediados de 2022 ha sido constante el aumento de casos y en 2023 esperamos un repunte por la subida del euríbor", alerta Luis Manuel Lamata, abogado de Actora Consumo. Calcula que el encarecimiento de una hipoteca variable puede rondar los 200 euros de media para una revisión anual (las hay cada seis meses) "que se suma a gas y electricidad que, aunque con mecanismos de corrección, también han subido", añaden.

Alejandro Marín, delegado de OCU en Zaragoza, explica que "estamos notando que crece el número de personas que se encuentran en una situación difícil", reconoce. "Las familias están empezando a pedir primero préstamos a familias y amigos y crece el número de las que acuden a pedir financiación a bancos", afirma.

Las cuotas de la hipoteca aumentan en cada revisión

Mercedes Abad con su marido, Óscar García, y su hija Estrella.
Mercedes Abad con su marido, Óscar García, y su hija Estrella.
HA

Las personas que están pagando una hipoteca, si en su día la contrataron a tipo variable, volverán a ver este año cómo la cuota mensual sube. Los hipotecados de los años de bonanza en el sector inmobiliario, cuando se vendía pisos con los precios más elevados, los préstamos a tipo variable y a mayor plazo para poder afrontarlos, esperan un nuevo ejercicio en el que habrá que apretarse en el cinturón. El euríbor, el tipo de interés más utilizado en las hipotecas variables, pasó el año pasado de estar por debajo de cero a terminar en el 3%. A estas alturas de enero, su tasa diaria se encuentra en torno al 3,3%.

Mercedes Abad empezó a pagar su hipoteca en 2006. "Entonces los pisos en general creo que fue cuando más caros estaban y los intereses subieron más luego·", recuerda sobre sus primeros años como hipotecada. La contrató por un plazo de 30 años, algo muy habitual en esos años, donde la banca concedía préstamos hasta de 40 años. Este mes le ha tocado revisión, que ha elevado su cuota unos 100 euros al mes y ha pasado de los 703,20 euros que pagaba en diciembre a los 814,84 en enero. La subida no ha sido tan elevada porque se la revisan cada seis meses. Sin embargo, le vuelve a tocar revisión y, no sabe si también al alza, en julio. Durante los primeros años que pasó hipotecada llegó a pagar más cuota que ahora, pero recuerda que el incremento se produjo "poco a poco, no tan de golpe".

Desde OCU calculan que en el último año la subida del euríbor ha sido de 3,520 puntos. En diciembre de 2021 se encontraba en el -0,502%. La asociación estima que de media los préstamos subirán "aproximadamente 163 euros por cada 100.000 euros de capital pendiente, lo que supone pagar unos 1.956 euros más al año por cada 100.000 euros".

El encarecimiento de la cuota de la hipoteca no le ha cogido desprevenida a Mercedes porque reconoce que "sabía que el euríbor estaba subiendo", pero "no sabía cuánto me iba repercutir en mi cuota". Lo peor no ha sido el incremento, aunque puede que no sea el último, sino sumarlo a la escalada de precios general como los de la gasolina (tras el fin en enero del descuento de 20 céntimos del Gobierno), ya que trabaja fuera de Zaragoza y usa el coche, el gas natural y la alimentación. "Ha subido todo, hasta la leche", se queja. En diciembre, con los últimos datos del IPC, los alimentos fueron los productos que más se encarecieron, con un alza alrededor del 15% frente al 5,7% de media. Matiza que "bueno, todo, menos los salarios". El año en Aragón, en los convenios que tocó negociar e incluyeron un alza salarial esta fue de media un 2%. 

Hay hipotecados que han optado por cambiar a un tipo fijo, pero otros no han dado el paso por los gastos que suponía. "Con las condiciones que tengo me cobran comisión por todo, hasta por amortizar", explica Pablo Abad, que está pagando también una hipoteca a tipo variable desde 2005. "En su día tuve que reclamar el suelo de la hipoteca", recuerda, porque tenía cláusulas para limitar las bajadas del euríbor, que luego los tribunales reconocieron que eran abusivas. "Cambié todas mis cosas de banco a uno sin comisiones y la cuenta de las hipotecas la tengo solo para eso. Cada mes hago trasferencia del importe justo de la hipoteca", explica.

Tene 41 años y firmó un préstamo a 35 años. "Nunca pensé que fuese a ocurrir lo de la burbuja. Además era muy joven (23 años) y no sabía mucho, o nada, del tema", cuenta sobre la elección del tipo de interés variable y los primeros años de la crisis inmobiliaria.

Antonio Maestro, pensionista: "Puedo vivir, pero porque soy austero"

Antonio Maestro en una de sus recogidas de gafas, en febrero de 2020.
Antonio Maestro en una de sus recogidas de gafas, en febrero de 2020.
Macipe

Las pensiones han comenzado el año con una subida del 8,5%, comprometida por el Gobierno y que finalmente ha coincidido con lo que subió el Índice de Precios al Consumo (IPC) de media el año pasado. Para muchos trabajadores sus salarios siguen congelados o con subidas muy por debajo de este dato, pero desde el colectivo de pensionistas vienen pidiendo que se luche por alzas salariales más elevadas y recuerdan que hay muchos jubilados con prestaciones bajas.

Antonio Maestro es uno de los pensionistas que vio penalizada su prestación por haber tenido un trabajo con peor salario en sus últimos años de vida activa, los que cuentan para el cálculo de la pensión. Tiene 76 años y se jubiló con 65 años. "Estaba trabajando en el campo porque no había otra cosa", cuenta, después de sumar años de cotización en otros sectores con sueldos más altos. Siempre había pensado trabajar de jornalero los últimos dos o tres años de su vida laboral, en homenaje a su padre, pero terminó trabajando 15.

"Soy de Morata de Jalón, emigré a Barcelona, pero un día volví, decidí que mi sitio estaba aquí", cuenta. Trabajó en Zaragoza en distintas ocupaciones en la industria, de mecánico, chófer, "de todo", asegura. "Entonces había otra cotización más alta. El campo me ha perjudicado mucho porque la cotización era muy baja", confiesa. Sumó 42 años de cotización pero le ha quedado una pensión de unos 700 euros. "Trabajas y cotizas mucho pero los últimos 15 que cotizas poco son los que te cuentan. Me tocó así", explica sobre el cómputo entonces, ahora se ha ampliado a 25 años. Forma parte del colectivo agrupado en la Coordinadora por la defensa del sistema público de pensiones que se concentra a protestar los lunes a las 12.00 en la plaza del Pilar de Zaragoza.

En su caso, asegura que se mantiene con la pensión "porque soy soltero y porque en un pueblo cultivo mi hortaliza, pero ya son 76 años". Además, "no soy persona gastadora. Puedo vivir, porque soy austero. Lo más decente posible, pero justo", detalla. Ha pedido el bono social en electricidad y "todo lo que puedo, para intentar vivir un poco mejor, me salva la propia austeridad", insiste.

Lo que no deja es de ser generoso. En la comarca es muy conocido por sus iniciativas solidarias. El verano pasado llevó a cabo una de sus recogidas de gafas de sol para la ONG Ilumináfrica con la colaboración de comercios de la comarca de Valdejalón. Ahora ya tiene algunas cajas llenas en casa para entregar a alguna ONG. Otras veces ha recogido tapones solidarios, bicis o ayuda para los refugiados mayores del Sáhara. No le preocupa la cuesta de enero más que otras épocas del año. "Si tengo que comer una semana verduras, como verduras, no me asusto", afirma. Ahora, lo que le causa más quebraderos de cabeza es de cara al futuro cómo se organizará con una pensión baja. "Si me veo obligado a ir a una residencia, a ver cómo la pago", plantea.

El riesgo del sobreendeudamiento

Desde OCU, Marín teme que en una situación como la actual de precios elevados "va a haber mayor endeudamiento". La organización recuerda que las personas que no puedan hacer frente a los pagos por la hipoteca pueden recurrir a las medidas a probadas por el Gobierno. Estas requieren cumplir una serie de requisitos. "El conjunto de los ingresos de los miembros de la unidad familiar no debe superar el límite de 29.400 euros anuales", recuerdan desde la organización. "Evitar caer en el sobreendeudamiento con minicréditos o tirando de tarjeta de crédito, porque va a salir mucho más caro", alerta.

Entre los peligros si la deuda aumenta y no se puede hacer frente a ella se encuentra caer en la contratación de financiación que puede salir más cara a la larga como las tarjetas bancarias 'revolving' y créditos rápidos. Desde Actora Consumo alertan de que ya están aumentando estos productos por la época de crisis y habrían aumentado los impagos de estos créditos. "En estos casos procuramos aplicar las medidas aprobadas recientemente para el caso de las hipotecas, el bono social para los servicios de energía y en los casos más graves proponemos la segunda oportunidad", indican sobre las posibles vías para aliviar el peso de la cuesta de enero.

La organizaciones que trabajan con personas con menos recursos son conscientes de que "las crisis siempre generan nuevas situaciones de pobreza", explica Carlos Gomez Bahillo, director de Cáritas Zaragoza. "Trabajamos con gente con márgenes de liquidez tan escasos que viven al día", confiesa, de ahí que para ellos la "cuesta de enero" se alargue todo el año. Tras la pandemia de covid han notado un nuevo perfil de persona que no llega a pagar el alquiler, las facturas u otros gastos diarios: "Antes acceso al mercado laboral te sacaba de la exclusión, pero después de la pandemia hemos observado que no", con la aparición de 'trabajadores pobres' por los bajos salarios o los que han sido excluidos del mercado laboral por la brecha digital.

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