Heraldo del Campo

La agroalimentación toma posiciones

Un estudio de Cajamar y el instituto valenciano Ivie radiografía el sector agroalimentario aragonés. Y para demostrar la realidad de su dimensión lo compara con los del resto de las comunidades españolas .

El sector agroalimentario aragonés representa el 12,9% del valor añadido bruto (VAB) de la Comunidd y el 13,9% del empleo de Aragón.
El sector agroalimentario aragonés representa el 12,9% del valor añadido bruto (VAB) de la Comunidd y el 13,9% del empleo de Aragón.
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Con un volumen de negocio de 4.396 millones de euros y 83.275 ocupados, el sector agroalimentario aragonés representa el 12,9% del valor añadido bruto (VAB) de la Comunidad y el 13,9% del empleo de Aragón. Tiene un perfil eminentemente primario, ya que la agricultura supone el 51,6% del VAB del sector aragonés, en el que sus explotaciones agrícolas alcanzan un tamaño medio de 53 hectáreas. Su tejido industrial está compuesto por 1.043, pero se trata de un sector muy atomizado en el que el 60% son microempresas.

Cuenta con un potente sector porcino que le ha convertido en el primer productor de todo el territorio nacional, pero también ocupa puestos de podio con el número de hectáreas y producción de cereales. Y aunque con menor presencia, no es desdeñable la importancia del cultivo de fruta dulce, de gran valor añadido, liderando incluso la producción de algunas de las especies más valoradas por el mercado, como la cereza.

En 103.851 hectáreas del total de las dedicadas al cultivo se practica agricultura ecológica, una técnica agraria que ha crecido de forma exponencial el pasado año, en el que se contabilizaron 1.658 operadores en la Comunidad.

Es su sector muy competitivo dada su alta productividad que combina con unos bajos costes laborales unitarios y además, el sector agroalimentario aragonés puede sacar pecho de su dinamismo exportador, que el pasado año se tradujo en unas ventas al exterior por valor de 2.818 millones de euros. Con ello se anotó además un superávit de 1.902 millones de euros.

Estas son las cifras que dan identidad al sector agroalimentario aragonés. Dichas así pueden parecer tan solo fríos números con los que resulta difícil calcular la importancia (o no) de esta actividad productiva tanto en el total de la economía de la región como en el peso que esta supone en el conjunto del sector nacional. La respuesta la da el ‘Observatorio sobre el sector agroalimentario de las regiones españoles’, un amplio documento de análisis, que edita Cajamar en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), en el que se ofrece información comparativa por comunidades atendiendo a campo temáticos como la demografía empresarial, indicadores estructurales agrarios, valor añadido y producción, empleo, productividad y competitividad, consumo de alimentos, inflación, nivel de precios, comercio exterior y medio ambiente.

Y en esa comparativa -en la que hay que tener en cuenta que por sector agroalimentario se entiende la totalidad de la cadena de producción, desde la activida primaria, pasando por la industria transformadora hasta llegar a la distribución y comercialización tanto al por mayor como al mercado minorista- Aragón se coloca en puestos de cabeza, pero no siempre. También hay índices que le llevan al furgón de cola.

Aunque la agroalimentación aragonesa es variada es el porcino -con una ventaja indiscutible- el cereal y la fruta dulce, además de las aves de corral, las principales producciones de la Comunidad y suponen -gracias a esa potente ganadería- el 74,5% de toda la producción aragonesa. Pero son también las producciones -de las analizadas en el estudio de Cajamar e Ivie- en las que Aragón ocupa puestos de podio si se compara con las del resto del país. Escala hasta el primer lugar cuando lo que se analiza es la ganadería porcina, que supone el 46,2% del conjunto del sector en la región pero aporta el 25,9% del total nacional, seguido muy de cerca por Cataluña, con un 23,3% a la que ha superado en los últimos años debido al crecimiento exponencial de esta producción en territorio aragonés.

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Más de 800.000 hectáreas de cultivo se dedican a la producción de cereal en la Comunidad, lo que la convierte en la segunda productora española, solo superada por Castilla y León. Un cultivo que representa el 16,4% del total de cereales producidos en España, con una especie, la cebada, que a pesar de ser el sexto producto agrario en importancia en Aragón representa nada menos que el 20,4% del total de lo cultivado en España.

Y en terera posición se mantiene si lo que se analiza es la fruta dulce (12,2% de la fruta fresca del país) y de aves de corral (11,3%). En este último caso, señala el análisis, se da la paradoja de que la Comunidad apenas cuenta con un 2,6% del total de las explotaciones avícolas existentes en España, pero aporta el 11% de la producción de todo el territorio. Una circunstancia que también se repite en la ganadería de ovino-caprino. Aragón no cuenta con un número elevado de explotaciones, pero, pese a ello, se encuentra entre las seis comunidades con mayor producción de este tipo de carne.

En los vagones de cabeza se encuentra la Comunidad cuando lo que se compara entre los sectores agroalimentarios de España es su nivel de competitividad. El de Aragón es el quinto del país. Se lo debe a su destacada productividad. Alcanza los 43.500 euros por trabajador -más que la media nacional que se sitúa en 41.200 euros/trabajador-, pero es cierto que las diferencias son muy significativas si se analiza el sector primario (50.700 euros, muy por delante de los 43.200 del promedio español ) o la comercialización (35.500 euros frente a los 33.600 del total nacional), o si lo que se observa es la productividad industrial, que en Aragón se sitúa en penúltimo lugar (41.700 euros/trabajador) solo por delante de Baleares y muy lejos de los 60.000 euros de la media nacional.

A pesar de esa menor productividad en la industria, el sector agroalimentario aragonés, evidencian los datos del observatorio, se sitúa entre los cinco mas competitivos y supera en doce puntos porcentuales la media española que, a su vez, es un 29% más competitiva que la del conjunto de la Unión Europea. Se lo debe también al valor del coste laboral unitario (CLU), o lo que es lo mismo, la ratio entre el coste laboral por trabajador o coste laboral medio (CLM) y la productividad real por ocupado, de modo que "un incremento del coste laboral unitario implica una pérdida de competitividad", explica el director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas y director de la publicación, Joaquín Maudos. Y en Aragón, explica, la productividad es mayor y los costes laborales son menores.

Empleo

Aunque el empleo generado por el sector agroalimentario es importante para el conjunto del mercado laboral de la Comunidad -da trabajo a 83.271 personas con lo que aporta el 13,9% a la economía aragonesa- cuando se analiza en el ámbito nacional este indicador pierde posiciones y cae hasta la décima posición. Y eso que Aragón se sitúa entre los territorios que menos puestos de trabajo perdió durante el complicado 2020 e incluso se encuentra entre las zonas que incrementó la mano de obra en 2021 aunque el crecimiento sea apenas de un 0,03%. Su sector primario es el que pesa cuando se analiza la distribución del empleo. De los más de 83.000 empleados en el sector, el 44,7% lo hacen en la agricultura y ganadería, mientras que la comercialización emplea el 35,8%. El mercado laboral de la industria es el que menos peso tiene en el conjunto del sector agroalimentario, cuyo empleo supone el 19,5% del total.

El dinamismo del sector agroalimentario aragonés también se deja notar en los mercados exteriores. Dicho documento destaca que sus exportaciones no han dejado de crecer en los últimos años y representan, con un valor de 2.818 millones de euros, cerca del 20% de la comercialización fuera de las fronteras españolas. En 2021 se incrementaron un 6,7% respecto al ejercicio anterior, una cifra inferior a la media nacional, pero su crecimiento fue nada menos que del 21% en 2020.

Con estas cifras Aragón se coloca en la séptima posición del ranking nacional y representa el 4,8% del total de las exportaciones de la agroalimentación española, pero escala hasta la quinta posición cuando se habla de superávit, que se eleva a los 1.902 millones de euros.

Hay 1.064 empresas exportadoras en la región, un 16,8% más que un año antes. El porcentaje de crecimiento, evidencia el estudio, supera la media nacional, pero el sector aragonés cae hasta la décima posición de la comparativa cuando lo que se mide es el número de firmas con negocio en los mercados exteriores.

Medio ambiente y tecnología

Es bien sabido que la Comisión Europea ya va poniendo cifras a la sostenibilidad. Quiere que para 2030 al menos el 25% de la superficie agrícola europea esté cultivada en ecológico.

Queda mucho camino por recorrer pero se avanza. La superficie de agricultura ecológica creció en 2021 un 14,8% en el conjunto de España, porque -con la excepción de Galicia, Castilla-La Mancha y Madrid- se incrementó en todas las comunidades autónomas. Y en este aumento, Aragón se coloca a la cabeza, al registrar, con diferencia, el mayor aumento de superficie ecológica, nada menos que un 47,5% hasta las 104.000 hectáreas. Pese a ello, en números absolutos la superficie aragonesa representa el 3,7% del total regional -cae hasta la séptima posición-, un porcentaje muy alejado de aquellos que lucen las regiones que están en cabeza, como Andalucía (49,2% del total), Castilla-La Mancha (14,7%) y Cataluña (9,7%).

Si la innovación es ya un reto en todas las actividades productivas, lo es más en la agroalimentación "por las características y particularidades de cada una de las fases de la cadena alimentaria, en especial el sector primario cuya actividad se desarrolla en el ámbito rural von difícil y limitado acceso". explica Maudos. Pese a ello, de los 445 grupos operativas con los que se desarrolla en España está innovación, 24 se realizan en la Comunidad Autónoma. Y son 14 los proyectos innovadores en marcha en Aragón del total de 698 proyectos que existen en todo el territorio nacional.

A pesar de su dinamismo investigador, la región no ocupa en este caso posiciones de liderazgo, pero si aparece entre las seis comunidades autónomas -junto con Cataluña, Andalucía, Extremadura, Galicia y Madrid- en las que se ubican las consideradas este año por el impacto de actividad como las 16 principales ‘agrotech’ españolas.

Innovar para responder a la demanda y vender diferencia

Si el sector agroalimentario tiene planteados enormes desafíos es porque "el mayor reto de la humanidad es la alimentación". Con esta contundencia se manifestaba el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, durante la presentación en Zaragoza del ‘Observatorio agroalimentario de las regiones españolas’. Baamonde señaló que el "demoledor" informe de la FAO advierte que las necesidades de alimentación se van a incrementar en un 58% y señaló que "sin tecnología y sin innovación" será imposible responder a esta demanda. Porque no solo va a haber más habitantes y una mayor parte de la población con capacidad adquisitiva para alimentarse mejor sino que se augura que una parte importante de la producción tendrá como destino la fabricación de biocombustibles.

Si todo el mundo tendrá que conseguir una mayor producción, Europa con mayor razón. Porque el momento actual también deja enseñanzas de futuro. Para Baamonde, Europa tendrá que producir más porque no puede seguir dependiendo de mercados exteriores "que a veces colapsan".

Según las conclusiones del informe que expuso Baamonde, el sector agroalimentario -incluyendo en él desde la actividad primaria, la industria hasta la distribución-, no tiene un problema de competitividad. Es una cualididad que alcanza sin dificultades. Su complicación llega por el lado de la rentabilidad, señaló el presidente de Cajamar, que aseguró que los costes laborales son más altos en España porque la distribución está mayoritariamente basada en establecimientos de proximidad. En lo que respecta a los precios, y a pesar de la alta inflación, aseguró que "son más baratos que la media comunitaria".

Baamonde y Maudos presentaron el informe Zaragoza.
Baamonde y Maudos presentaron el informe Zaragoza.
Cajamar

La agroalimentación española tiene además, según el estudio realizado por esta entidad, "un problema de posicionamiento", lo que hace imprescindible una mayor inversión en marca y en innovación. Como ejemplo solo hay que mirar al resto de Europa, en España de cada 100 euros invertidos apenas 65 céntimos se dedica a la I+D+i, por lo que apenas se situa en el puesto 16 en el conjunto de la UE-27. "Sin innovación no se podrá vender la diferencia", advirtió Baamonde.

Es también un reto del sector agroalimentario que sus industrias ganen dimensión y sobre todo "hay que tener especial cuidado con la capitalización", matizó el presidente de Cajamar, que insistió en que hay que concienciarse de que hay que dar resultados y "ocuparse y preocuparse" de tener un balance adecuado y saneado -un mensaje que lanzó especialmente a las cooperativas-.

Como no podía ser de otra manera, durante su exposición Baamonde hizo referencia el cambio climático, que el sector agroalimentario esta sufriendo especialmente en propia piel. "No solo es un problema de falta de agua", señaló. También preocupa la floración (mucho más temprana), porque aunque, en su opinión, esta circunstancia se irá corrigiendo con el desarrollo de nuevas variedades más adaptadas a este cambio, "¡ojo! que va a tener importantes efectos en los cultivos", puntualizó.

Y en todo este contexto no se puede perder de vista la sostenibilidad. Un reto que, según Baamonde, tiene tres pilares: el económico, el social y el medioambiental. Y no es más importante el último que el primero. "A veces cuando se habla de sostenibilidad solo se piensa en el medio ambiente, pero si algo no es sostenible económicamente, simplemente no es sostenible", afirmó. Para conseguir este desafío, "hay que ser más eficientes", insistió el máximo representante de la entidad. Primero, porque los inputs tienen un coste muy elevado, pero también porque habrá que hacer frente a todos estos retos con muchos menos recursos, el principal el agua, que -como es evidente por el mínimo nivel de los embalses- "ya es un elemento muy escaso".

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