El Mudayyan, un hotel familiar con alma turolense

Su céntrica ubicación y la historia que atesora atraen a los huéspedes después de que hace 15 años viera la luz.

Roche Murciano, en la cripta de la iglesia medieval, ahora convertida en un salón de té.
Roche Murciano, en la cripta de la iglesia medieval, ahora convertida en un salón de té.
Antonio García/Bykofoto

Roche Murciano y su familia querían un hotel que reuniera la esencia de Teruel y lo consiguieron. Con esta premisa y una ubicación privilegiada -a un paso de la plaza del Torico y muy cerca de la estación de tren- nació El Mudayyan, que 15 años más tarde se ha convertido en uno de los alojamientos con mayor nivel de ocupación de la capital mudéjar, concretamente un 88% de media anual.

"Casi todos los días se llena", puntualiza Roche Murciano, gerente del establecimiento junto con su madre y su hermana. De hecho, se trata de un hotel familiar que arrancó en 2006 con ocho habitaciones y ahora dispone de 21. Tras el paréntesis obligado por la pandemia de coronavirus, el alojamiento ha recuperado su pulso original en apenas unos meses.

Todo comenzó al planificar la decoración del hotel. El interiorista al que contrataron se quedó prendado de la Catedral de Teruel en su primera visita a la ciudad y trasladó a los cabezales de las camas los motivos florales y figurativos que aparecen en el artesonado del templo, por muchos calificado como la 'Capilla Sixtina' del mudéjar. Las réplicas se hicieron a mano y con gran detalle, por lo que el huésped siente que tiene ante sí un pedazo de la famosa techumbre medieval.

El nombre mismo, 'El Mudayyan', es un guiño al pasado de la ciudad. Esta palabra árabe, de la que deriva el término 'mudéjar', significa 'aquel a quien se ha permitido quedarse' y con ella se reconocía como legítimos residentes a los musulmanes vencidos en los territorios reconquistados por los reyes cristianos en el siglo XV, siempre que cambiaran de religión.

A Roche Murciano y a los suyos no les faltó arrojo para tirar hacia adelante con su proyecto ni siquiera cuando llegó la crisis de 2008. Fue así como, a las dos casas iniciales de la calle Nueva de Teruel con las que pusieron en marcha su pequeño hotel -una heredada y la otra adquirida-, sumaron en 2011 una tercera vivienda contigua que les permitió ampliar la capacidad del establecimiento. No era un inmueble cualquiera. Su fachada de baldosas rectangulares en color verde y pomposos balcones está considerada de estilo premodernista y algunos estudiosos la atribuyen al famoso arquitecto de principios del siglo XX Pau Monguió.

Pero incluso sus sótanos atesoran fragmentos de la historia turolense que sorprenden a los huéspedes y a los propios vecinos que tienen la ocasión de conocerlos. Tras el desayuno, todos los clientes son invitados a recorrer, de la mano de la madre de Roche Murciano, María José Martín, la zona subterránea del edificio y allí se encuentran con vestigios de gran valor.

"Cuando se impuso Internet para realizar las reservas, la difusión de las características del hotel fue muy rápida y eso nos ha beneficiado"
El pasadizo se ha convertido en un atractivo para los clientes
El pasadizo se ha convertido en un atractivo para los clientes
Antonio García/Bykofoto

Allá abajo se conserva el arranque de la estructura pétrea de una iglesia del siglo XIII. Pero no solo eso. Parte de lo que hoy es el hotel fue en la Edad Media la casa de un cura 'racionero' -repartía dinero a los pobres- que mandó construir un pasadizo que conectara la sacristía de la vecina iglesia de El Salvador con su vecina vivienda para no tener que salir a la calle en su ir y venir desde el templo a su vivienda. Ese conducto secreto todavía puede verse. Por último, los sótanos de El Mudayyan conservan restos de unos baños judíos.

Convertido casi en un museo sobre siglos pasados en Teruel, las imágenes de El Mudayyan circulan por las redes y captan la atención de los viajeros más curiosos. "No fueron fáciles los inicios, porque nadie nos conocía, pero poco después, cuando se impuso Internet para realizar las reservas, la difusión de las características del hotel fue muy rápida y eso nos ha beneficiado", recuerda Murciano.

Once trabajadores componen la plantilla del exitoso El Mudayyan. Los responsables del establecimiento dieron el salto al mundo del alojamiento sin apenas red. La venta de pescado y la agricultura eran los oficios de los abuelos de Roche, si bien en 1997 la familia se lanzó a abrir un restaurante en Albarracín que supuso el escalón intermedio hasta crear el hotel.

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