economía

Salarios, pensiones y cesta de la compra: así influye la subida del IPC

Los trabajadores que tengan pactados incrementos de sueldo según la inflación se beneficiarán de un alza mayor que el año pasado, pero las empresas advierten de que puede suponer la "asfixia" para algunas.

Protesta de la Coordinadora en defensa del sistema público de pensiones.
Protesta de la Coordinadora en defensa del sistema público de pensiones.
Oliver Duch

La vida sigue subiendo impulsada por los precios de la electricidad. La escalada de la luz, sobre la que no se ve el final a corto plazo, ha impactado en el Índice de Precios al Consumo (IPC) en agosto En Aragón, la inflación ha encarecido la cesta de la compra un 3,7% en agosto, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha confirmado este martes el encarecimiento de los precios. El lado positivo, si lo tiene, es que este índice se utiliza de referencia para actualizaciones de sueldos como las que se pactan en los convenios colectivos o de las pensiones, tras la última reforma que volvió a este sistema. Una cara con otras cruces ya que las empresas dicen que se puede poner en peligro la recuperación y el Gobierno tendrá que soportar más carga para pagar la nómina de la Seguridad Social.

La subida de los salarios tomando como referencia el IPC se pacta en algunas empresas como vía para que no haya un desfase entre los precios y los sueldos. No en todas las empresas se recoge y no siempre asegura que se vayan a ajustar. De hecho, la subida media pactada en los convenios se situó un punto y medio por debajo de la inflación en julio, según datos del Ministerio de Trabajo.

"Hay subidas que están pactadas antes del tirón de la inflación", explica Pablo Castillo, secretario de Acción Sindical de CC. OO. Aragón. En esos casos en los convenios, que suelen abarcar varios años, se calculó una subida en función de los datos que había entonces. En 2020, la pandemia de covid-19, con el parón en seco de la actividad económica, hizo que bajara la demanda de electricidad o petróleo y con ello los precios. El año terminó en negativo, con el IPC rozando el cero, pero  en 2021 el arranque de lleno de la actividad en muchos sectores ha supuesto el efecto inverso con la inflación por encima de la prevista. Recalca que se pueden pactar "cláusulas de revisión salarial ante subidas no previstas", para que si toca un incremento salarial se ajuste a la inflación.

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CC. OO. Aragón viene considerando "imprescindible" mantener el poder adquisitivo salarial e incrementar los salarios más bajos. En su última valoración sobre el IPC incluyen como medidas para conseguirlo seguir negociando incrementos salariales y "elevar los salarios más bajos". Junto a UGT Aragón insisten en la necesidad de subir el salario mínimo (SMI) y derogar la reforma laboral, promesas del actual Gobierno sobre las que todavía no ha alcanzado un acuerdo con las patronales y los representantes sindicales.

Pablo Castillo (CC. OO.): "Hay factores que tiran al alza de los precios, pero podemos ver que no son los salarios, sino las subidas energéticas"

"Hay factores que tiran al alza de los precios, pero podemos ver que no son los salarios, sino las subidas energéticas o alimentarias, en parte por el consumo energético. No son los salarios los que son un factor inflacionista", señala Castillo.

Ante estas peticiones, las patronales alertan de que la economía todavía no se ha recuperado del envite de la crisis sanitaria. "Es un esfuerzo que aparentemente no parece muy importante, pero que lo es cuando los márgenes están tan reducidos", asegura sobre la subida de salarios con un IPC alto el presidente de Cepyme Aragón, Aurelio López de Hita. "Ese pequeño esfuerzo puede suponer una vuelta más en el tornillo de la asfixia de muchas pequeñas empresas", advierte.

Aurelio López de Hita (Cepyme Aragón): "Ese pequeño esfuerzo puede suponer una vuelta más en el tornillo de la asfixia de muchas pequeñas empresas"

El portavoz de las pymes aragonesas añade que "todavía no nos hemos recuperado de las consecuencias de la pandemia y está habiendo factores que influyen en el desenvolvimiento normal de las empresas". Apunta a costes fijos que se están disparando como las tarifas eléctricas, la falta de microchips, el encarecimiento "brutal" de los fletes del transporte, que hace que los productos de importación incrementen su precio.

Para Castillo, aunque "siempre hay incertidumbres, la sensación es que se está recuperando la economía bastante bien", por lo que cree que las empresas no deberían tener "ningún problema" en subir salarios. Considera que no se ha recuperado la pérdida de derechos con la crisis anterior, mientras ya han vuelto a subir los beneficios empresariales.

López de Hita lamenta que mientras suben los costes fijos "nos estamos preocupando de pequeñas cuestiones para distraer la atención, como el salario mínimo". Reconoce que "todos estamos de acuerdo en que se tiene que cobrar un salario digno, pero no se puede repercutir al 100% al coste de las empresas". Por ello, pide que el Gobierno estudie medidas para aliviar la carga de las empresas, como bajar el pago de impuestos, "si le recargan más el coste de la masa salarial". Y ahí entraría la subida del salario mínimo que se negocia actualmente. Este se sitúa ahora en 950 euros al mes.

Sobrecoste en el presupuesto familiar

La actual situación de precios al alza hace que se puedan estirar menos los presupuestos familiares y llega cuando el 45% de los hogares ha sufrido una pérdida de ingresos durante el año pasado, según la encuesta sobre solvencia familiar de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Llenar la cesta de la compra es más caro cada día. "Con el fin del verano ha aparecido el fantasma de la inflación. Asistimos a un récord tras otro en la factura de la luz, pero también a un incremento histórico del precio de los carburantes, el gas natural o el butano", advierte Alejandro Marín, delegado en Zaragoza de OCU. La asociación calcula que solo por estos conceptos los consumidores van a pagar un sobrecoste de 505 euros.

Alejandro Marín (OCU): "Un escenario inflacionista sin que lo salarios y pensiones suban al mismo ritmo, genera que las familias tengan menor renta disponible, disminuyendo su capacidad de compra, de ahorro e inversión"

Marín alerta que los consumidores afrontan una "doble factura" ya que ese incremento se empieza a trasladar al resto de productos y servicios. Suben los costes de producción y transporte de productos de alimentación y lo hacen también los precios de la comida y las bebidas no alcohólicas. "Esto es un dato preocupante por cuanto afecta directamente a las economías más vulnerables", considera. La mayor subida de precio ha sido del aceite con un 20%, seguido del agua mineral, los refrescos y los zumos (7,4%), la fruta fresca (4,6%), los huevos (3,5%) y la carne de ave (3,0%), según el IPC de julio a nivel nacional.

"Un escenario inflacionista sin que lo salarios y pensiones suban al mismo ritmo genera que las familias tengan menor renta disponible, disminuyendo su capacidad de compra, de ahorro e inversión", indica Marín. Pero aunque suban igual que la inflación, la asociación apunta que "crecer al mismo ritmo evidentemente puede ser un alivio casi siempre temporal para las familias, pero entran en juego multitud de factores económicos".

Así, las familias con menos recursos no solo sufren un "empobrecimiento generalizado" sino que tienen "serias dificultades para pagar las facturas de los suministros, pagar su renta del alquiler o hipoteca, así como llenar su nevera cada día", pone como ejemplo. Estas dificultades para afrontar los costes diarios, que siguen engordándose, hacen que los pensionistas tampoco vean un alivio en que la próxima revalorización de sus prestaciones será más del doble que el año pasado.

La reciente reforma de las pensiones ha incluido que la subida de cada año en enero se vincule al IPC, como se calculaba hasta 2013. Mientras el año pasado se aplicó un 0,9% fijado por el Gobierno, este puede elevarse entre el 2% y el 2,5%, según cómo quede la inflación media de todo 2021. La Seguridad Social tendrá que desembolsar unos 1.900 millones por esta paga y otros 3.200 millones extra por la nueva subida de 2022.

Desde la coordinadora para la defensa del sistema público de pensiones (Coespe) en Aragón, se viene señalando que para las pensiones mínimas de 600 euros, la revalorización no resuelve las dificultades para llegar a fin de mes. Pide la "garantía de los suministros básicos" como la energía, el agua y el  transporte, los principales gastos que hacen difícil llegar a fin de mes con prestaciones bajas. Este lunes han vuelto a concentrarse en la plaza del Pilar y mantienen la manifestación convocada a nivel nacional el próximo 16 de octubre en Madrid.

El precio de la electricidad seguirá marcando la subida del resto de productos. La energía está presente en todos los procesos productivos y no todos tienen margen para reducir más su factura. "Una granja, una panadería o un bar no pueden elegir entre horas valle o punta, porque tienen que consumir cuando toca", señala el presidente de Cepyme, que mira con preocupación que el kilovatio haya llegado a 170 euros la hora y se hable de llegar a 200. "Quien piense que no va a influir en la producción comete una torpeza".

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