La pobreza severa crece debido a la pandemia y ya la sufren más de 81.000 personas en Aragón

La factura eléctrica recrudece la situación y unos 1.650 hogares más han accedido al bono social. Los gerentes de servicios sociales piden agilizar las ayudas para mitigar el impacto de la covid.

Dos furgonetas cargan alimentos este pasado viernes en el Banco de Alimentos de Zaragoza
Dos furgonetas cargan alimentos este pasado viernes en el Banco de Alimentos de Zaragoza
Francisco Jiménez

Al inicio de la pandemia de coronavirus, un total de 81.519 aragoneses (el 6,1% de la población de la Comunidad), vivía en una situación de pobreza extrema. Así se desprende del segundo informe ‘El mapa de la pobreza severa en España. El paisaje del abandono’ de la Red Europea contra la Pobreza (Eapnes), presentado esta semana con datos de todo 2020. Un colectivo que ha aumentado en 5.126 personas respecto a 2019. Este número muestra una parte mínima de la realidad actual, ya que los datos de renta de los hogares se obtienen con un año de retraso y será más adelante cuando se refleje el duro impacto económico de la crisis sanitaria. Porque por culpa de la covid, la situación lejos de mejorar ha empeorado todavía más.

Aunque la curva del paro lleva medio año de bajada, las entidades no perciben que las necesidades y las solicitudes de ayuda sigan de momento la misma tendencia. Según la Encuesta de Condiciones de Vida de 2000, publicada recientemente por el Instituto Nacional de Estadística, al menos el 18,5% de los aragoneses (245.937 personas) están en riesgo de exclusión social. Para España este porcentaje fue del 26,4%.

Los costes históricos que la luz está marcando este 2021, con un nuevo récord de 154,16 euros/MWh previsto para hoy, recrudecen las penurias que pasan las familias vulnerables, que buscan soluciones para ahorrar en el recibo. Entre las opciones disponibles está la del bono social eléctrico. En lo que va de año, 1.649 hogares más han accedido a esta ayuda que supone un descuento en la parte del consumo de entre un 25% y un 50%. Hasta el pasado 3 de septiembre, según los datos facilitados por Endesa, había 28.098 perceptores, un 6,2% más de los que estaban registrados a finales del año pasado, 26.449. También existe desde hace dos años un bono social térmico, financiado por el Ministerio de Transición Ecológica, que se concede automáticamente a los beneficiarios del eléctrico, para los gastos de calefacción, agua caliente o cocina.

La pobreza energética crece

Elegir entre pagar la factura o comer es una disyuntiva cada vez más frecuente. Así lo percibe en su día a día María Pérez, trabajadora social de Cáritas en el barrio de Torrero-La Paz de Zaragoza. "Durante unos meses dejaron de hacer cortes de luz, fue un alivio, pero ahora llegan ya avisos. Nos hemos encontrado con recibos con hasta 12 euros de descuento por el bono social eléctrico que hay familias que no pueden afrontar de ninguna manera", explica. Se negocia con las compañías que las abonen de forma fraccionada, pero lo más habitual es tener que recurrir a una ayuda municipal, aunque no todos pueden acceder porque o la compañía no tiene convenio con el Ayuntamiento o el servicio está a nombre de otra persona. Pérez estima que los casos de pobreza energética se han podido incrementar hasta un 20% en los últimos meses.

Hasta finales de agosto el Banco de Alimentos de Zaragoza ha repartido 2.776.532,40 kilos de comida, un 13% más que el año pasado por las mismas fechas
Hasta finales de agosto el Banco de Alimentos de Zaragoza ha repartido 2.776.532,40 kilos de comida, un 13% más que el año pasado por las mismas fechas
Francisco Jiménez

Algunas entidades, como la Asociación de Gerentes de Servicios Sociales, reclaman que los ayuntamientos agilicen la concesión de las ayudas de emergencia social y se eliminen trabas burocráticas. "Es necesario modificar la norma para que queden exceptuadas de la Ley de Subvenciones y no se traten como tales , y vincular su concesión y pago a un procedimiento más ágil basado en la prescripción del profesional de los servicios sociales - explica su presidente, el aragonés José Manuel Ramírez-. La media que tardan los ayuntamientos en abonar una de estas ayudas es de un mes, pero en algunos tardan hasta dos. Y estamos hablando de cubrir necesidades como comer, vestirse, pagar el alquiler o evitar quedarte sin luz".

"El número de familias que reciben alimentos no para de crecer"

El Banco de Alimentos de Zaragoza es un buen termómetro para pulsar las carencias materiales de los hogares. A finales del pasado agosto había repartido 2.776.532,40 kilos de comida, un 13% más que el año pasado en el mismo periodo de tiempo. Los alimentos los distribuye a través de 155 entidades y llegan a 25.815 personas, frente a las 23.022 de 2020. Son datos que maneja su director, José Ignacio Alfaro. "El número de familias que reciben alimentos no para de crecer. De momento no parece que a corto plazo el número vaya a estabilizarse o descender", asegura.

Mientras, al comedor de la parroquia del Carmen asisten diariamente una media de 220 personas tras el incremento de usuarios que se produjo en verano, cuando se llegó a los 280. "Hemos percibido que vienen algunas parejas jóvenes sin hijos que hasta ahora no habían necesitado este recurso", cuenta Ramón Maneu, delegado parroquial para la obra social.

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