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Cómo comprar una casa y conseguir una hipoteca sin ahorro previo

Tener claro el tope de presupuesto es fundamental para valorar todas las opciones de vivienda y financiación.

Los inquilinos tienen derecho a una deducción derivada de su gasto en el alquiler.
Los inquilinos tienen derecho a una deducción derivada de su gasto en el alquiler.
Pixabay

El portal Idealista ha lanzado una reflexión que afecta de manera esencial a una de las decisiones más importantes que se toman en la vida; la adquisición de una vivienda propia, el cómo, el cuándo y a qué precio. Para empezar es imprescindible una reflexión realista y una valoración precisa de las posibilidades de cada cual: el nivel de ahorro previo para la entrada, la proyección de ingresos en los años siguientes al acto de compra, el factor familiar a la hora de buscar apoyos, el destino de la compra (primera vivienda o inversión)… lógicamente, cuanto mayor sea el ahorro inicial, más llevable podrá ser la hipoteca, pero también es posible acceder a la financiación sin ese colchón previo. El porcentaje de racionalidad e ilusión debe ser siempre favorable al primer punto; asumir cargas que luego no podrán soportarse es una condena.

Lo habitual es que una hipoteca cubra el 80% del precio de la vivienda, por lo que el otro 20% debe conseguirlo el comprador. Hay que contar además con un 10% adicional para los gastos de las diversas transacciones de la hipoteca, los impuestos… si no se tienen ahorros previos, una buena idea puede ser comprar un piso del banco elegido para la financiación, que suelen ofrecerse a precios mucho más bajos a otros similares en el mercado, con hipotecas más blandas y la posibilidad de que la financiación supere ese 80%. Por otro lado, si se aporta otra vivienda sin hipoteca o con saldo pendiente muy bajo como garantía, el banco hipoteca las dos propiedades y también suele financiar más del 80%. Obviamente, existe un riesgo al hipotecar otra propiedad, por lo que esta alternativa nunca debe ser la primera opción.

Más opciones para obtener una hipoteca sin ahorro previo

También se puede pedir un préstamo personal para ese 20% faltante, pero ahí también hay riesgos, ya que se asumen obligaciones mensuales en ese préstamo y en el pago de la propia hipoteca. Además, no todos los bancos lo admiten a la hora de conceder la hipoteca. Ahí debe contarse con la garantía de un ingresos suficiente y sostenido, algo complicado a día de hoy, máxime si la situación financiera de la persona compradora le lleva a elegir esta alternativa.

El aval es otra solución lógica, que supone poner en riesgo los bienes de otra persona. En este caso lo mejor es adherirse a la figura del aval parcial, que solo garantiza parte del préstamo y no la totalidad ni durante toda la vida de la hipoteca. Por otro lado, un intermediario financiero puede ser una ayuda magnífica para localizar la mejor hipoteca en cada caso, teniendo en cuenta la situación económica y laboral del comprador. Obviamente, hay que tener claro desde el principio el coste de esa asesoría.

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