Seguridad regulatoria, que vendrá impuesta de la UE, y más inversión en microrredes de distribución es lo que necesita España para «poder convertirse en la Arabia Saudí de Europa en energías renovables». Es lo que ha venido a decir Ramón López, agregador de demanda energética del grupo ASE al participar en la jornada ‘Generación distribuida y energía fotovoltaica’, organizada por Switching consulting y ASE en el Seminario de Zaragoza y con participación de la Universidad de Zaragoza.

«Antes del 1 de enero de 1998 nadie compraba luz, y a partir de la liberalización se crea un mercado con un flujo económico por encima de 50.000 millones. Ahora, al entrar vigor el pasado 5 de abril el Real Decreto 244, que regula el autoconsumo, los usuarios van a producir su propia electricidad, dejarán de consumir del mercado mayorista y van a ser excedentarios». La fotovoltaica es una tecnología disruptiva ya que los costes de generarla se han abaratado mucho, ha anticipado el directivo de ASE.

A su juicio, esta apuesta requiere de claridad normativa y nuevos modelos de gestión de la demanda. «Si Dinamarca, Holanda o Alemania obtienen el megawatio/hora de renovables a 52 euros, en España el coste es de 38 euros. Hay un diferencial de 12 euros y si hasta ahora hemos sido la cenicienta de las renovables, ahora las cosas pueden cambiar», pronosticó. Eso sí, «habrá dos modelos, ahora enfrentados, que tendrán que convivir: el de microrredes de distribución de la energía con el del monopolio que tienen cuatro grandes operadores», ha añadido Ramón López. «Ese tabique tendrá que caer», ha advertido.

En relación a la normativa sobre autoconsumo ha puesto de relieve que «el diferente tratamiento que la legislación atribuye al consumidor que toma la decisión de instalar su propio sistema de generación de electricidad debe aclararse y, sobre todo, simplificarse. Los consumidores deben poder conocer, con exactitud y de forma sencilla, los derechos y obligaciones que tal decisión conlleva, ya que requiere de una inversión importante y tiene consecuencias a largo plazo», ha remarcado López.

«Nos encontramos en una encrucijada en la que debemos decidir si nos mantenemos en el modelo primigenio, relativo a la generación centralizada, o emprendemos un camino que permita el tránsito a la generación distribuida, dado que lo más probable es que convivan ambos modelos», ha explicado por su parte José María Álvarez, gerente de Switching Consulting.

«Lo de la generación distribuida tenemos que llevarlo al unísono instaladores, comunidades y Administración central», ha recomendado por su parte Sergio Mostajo, jefe de la sección de Energía Eléctrica de Zaragoza en el Gobierno de Aragón: «A los kits enchufables les tengo mucho miedo».

David Cambra, arquitecto técnico especialista en eficiencia energética, ha reconocido que están investigando para dar el salto a integrar sistemas de autoproducción eléctrica en la Universidad de Zaragoza e incluso crear una microrred entre varios campus, pero confesó que es complejo. A la dificultad que entraña se ha referido también un responsable de Mercazaragoza: «Tenemos 40.000 metros cuadrados de cubierta libre y nos estamos planteando convertirlos en productores de energía. Solo en el matadero tenemos mucho consumo».

Algo parecido estan analizando desde Tranvía de Zaragoza cuyos directivos se plantean si montar un planta fotovoltaica o construirla o cogerla en ‘renting’ dado que tienen un consumo masivo. Asimismo, BSH e Ibercaja han defendido alternativas para el autoconsumo, si bien han reconocido que «la incertidumbre es total» y muchas lagunas tanto en normativa como en vertidos a la red impiden avanzar.

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