economía

Cuidadoras, el valor de un trabajo invisible

Mejores condiciones para un sector muy feminizado y poco valorado son las que ha logrado el convenio de Ayuda a domicilio, una pequeña parte de todo el empleo no remunerado que soportan las mujeres y que permite el sistema.

Trabajadoras y delegadas del servicio de Ayuda a domicilio en Zaragoza . Natividad Cires, de CC. OO. Aragón; María Tremps, de UGT Aragón, y Mª José Esteban, de CC. OO. Aragón. En medio, Angelica Mazo, secretaria de Servicios Sociales en la Fesp de UGT; Bernadette Anchent, de UGT: Yolanda Villar, de UGT, y Eli Placer, de UGT
Trabajadoras y delegadas del servicio de Ayuda a domicilio en Zaragoza . Natividad Cires, de CC. OO. Aragón; María Tremps, de UGT Aragón, y Mª José Esteban, de CC. OO. Aragón. En medio, Angelica Mazo, secretaria de Servicios Sociales en la Fesp de UGT; Bernadette Anchent, de UGT: Yolanda Villar, de UGT, y Eli Placer, de UGT
S.E.

Si se cuantificase en términos monetarios el trabajo de los cuidados en España –que realizan mayoritariamente las mujeres de forma no remunerada –, equivaldría al 14,9% del PIB de nuestro país. Así lo atestigua el informe sobre el trabajo decente de la OIT, que pone sobre la mesa Gabriela Delsignore, profesora de Sociología de la Universidad de Zaragoza y coordinadora de Idesca (Instituto de Estudios Sociales para el Cambio). Pese a este casi 15% del PIB que representaría, el coste real que para España supone la economía de los cuidados (a mayores, niños, dependientes,...) es muy inferior. "Es apenas el 1,5% del PIBel gasto en servicios sociales; en el conjunto del Estado alcanza unos 15.000 millones de euros", constata Gustavo García, coordinador en Aragón de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales.

"De la atención pública a los mayores en residencias entre el 60% y 65% lo prestan las cuidadoras y en domicilios, más del 90%", añade García, y sin embargo, su trabajo aunque muy necesario está muy poco valorado. "Venimos de una cultura en la que las mujeres asistían a los mayores en casa y solo al desamparado se le sacaba fuera, pero ahora las familias no son como antes y la esperanza de vida se ha disparado, con lo que los cuidados van a ser un sector de actividad económica al que habrá que inyectar cada vez más recursos". Es "escandaloso", admite, tener a "6.000 aragoneses en lista de espera para ser atendidos" y lamenta que no se hayan aprobado unos Presupuestos Generales que incrementaban la partida para dependencia en Aragón y que habrían supuesto crear 538 nuevos empleos en un sector que ha generado en los últimos años 5.908 puestos de trabajo directos.

Del delantal a la bata de auxiliar

"Hay mucha lista de espera, pero seguimos siendo trabajadoras de segunda", critica Bernadette Anchent, delegada de UGT y presidenta del comité de empresa de Domusvi –una de las compañías que lleva la contrata del servicio de Ayuda a domicilio en Zaragoza–. Atenderles en su casa es "uno de los mejores sistemas", dice, aunque les toca hacer de todo: "Somos hijas, enfermeras, asistentas, gestoras de la luz, el agua, los cheques comida", confiesa. "Hace 26 años, cuando empecé a trabajar, no había ni convenio. Esto ha sido una lucha de las trabajadoras dando el callo para que nos quiten el delantal y nos pongan la bata de auxiliares", denuncia María José Esteban, de CC. OO. "Ayudar a los mayores requiere mucho esfuerzo físico y las mutuas ni siquiera nos reconocen como enfermedad profesional las bajas que sufrimos por trastornos músculo-esqueléticos", lamenta. "Nos vamos haciendo mayores. Con una media de 50 años y más de dos décadas en esto, queremos dignificar nuestro trabajo, que se reconozca y que el movimiento 8M sirva para darnos visibilidad".

900 trabajadoras en Aragón

Yolanda Villar, delegada de UGT, afirma que son unas 900 trabajadoras en Zaragoza las afectadas por el convenio provincial de ayuda a domicilio firmado recientemente. Aunque, reconoce, han mejorado algo sus condiciones, su "ocupación sigue siendo de las peor remuneradas". Será, apunta, por "ser mujeres, invisibles y trabajar solas entre cuatro paredes". "No hay hombres en este trabajo. Somos las grandes olvidadas, pese a representar el 95% del empleo en el sector asistencial", apunta María Tremps, de CC. OO., y presidenta del comité de empresa en Clece, otra de las contratas que lleva la Asistencia a domicilio en Zaragoza. Aunque a todas les gusta su trabajo, piden más apoyo y que se dignifique la economía de los cuidados. "No tenemos equipo. Cada una en el domicilio que le asignan ha de lidiar con los problemas que le surgen", explica Anchent, satisfecha de que este convenio incluya mejoras.

Mejoras en el convenio

Y es que el nuevo marco laboral, según Angélica Mazo, secretaria de Servicios Sociales en la Fesp de UGT Aragón, recoge "la reducción de jornada de 1.800 horas a 1.755 anuales y el refuerzo de la estructura salarial para que se vea incrementada la retribución de este sector, fuertemente feminizado, que pasará de percibir unos 800 euros brutos mensuales a más de 1.000 euros, es decir, un 20% más superando así el salario mínimo interprofesional". Ahora lo que nos interesa, afirma, Mª José Esteban, de CC. OO., es que el Ayuntamiento en el pliego de la contrata que saque "aplique ya estas nuevas condiciones". "Llevábamos cinco años sin que nos subieran nada", recuerda Tremps. "Hay muchas que están de mañana y de tarde, para hacer al final, en la semana solo 20 horas", critica Mazo. "Intentamos con la patronal y el Ayuntamiento regularizar los horarios, pero no hubo manera". "Somos la segunda contrata más grande en Zaragoza", subraya Anchent, por lo que el pliego del Ayuntamiento tiene que recoger las nuevas condiciones del convenio. Es la DGA a través del programa individual de atención (PIA) –que clasifica a los ancianos por nivel 1, 2 o 3 de dependencia– la que financia esta Ayuda a domicilio, "un servicio histórico del Ayuntamiento", además de la ayuda a dependencia en los niveles 1 y 2, destaca Mazo.

Sí, dice la socióloga Delsignore, "la Administración costea dos horas por semana de ayuda a domicilio o cuatro, pero ¿quién cubre el resto de horas del día y de la noche?", se pregunta: "No he escuchado a ningún partido político que esté hablando de cómo, progresivamente, llegar a ese casi 15% del PIB que supondrían los cuidados en España si se pagasen, que siguen siendo soportados por mujeres, la mayoría sin remunerar".

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