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SD Huesca-Amorebieta: El Alcoraz pide otro triunfo
Los azulgranas deben superar al colista para mantener la pujanza en la ajustada carrera por la salvación.
La batalla por la permanencia se mantiene abierta y nadie enseña la bandera blanca. La SD Huesca la sufre desde una situación pujante gracias a dos meses de rendimiento notable que le han servido para sacar la cabeza y resistir los embates de rivales en un gran momento, sobre todo Cartagena y Alcorcón. Para seguir con pulso firme se considera esencial mantener la firmeza recobrada en un Alcoraz a donde este domingo acude el Amorebieta (18.30, LaLiga TV Hypermotion), un colista que no quiere descolgarse y al que los azulgranas quieren alejar. Ganar supone quitarse un enemigo de encima.
Los oscenses marcan con 28 puntos la delgada línea de la permanencia y a nueve se encuentra el conjunto vasco, que se presenta con ánimos renovados después de haber derrotado al Elche el pasado fin de semana. Si se valora la victoria de la primera vuelta en Lezama (0-1), las cuentas son sencillas de realizar: vencer levantaría un muro insalvable entre la SD Huesca y el Amorebieta. En el contexto actual no se desprecia ni un solo minuto de fútbol y se saluda la posibilidad de eliminar de la ecuación a uno de los cuatro equipos que hay que dejar por detrás cuando llegue el mes de junio.
Por eso, los de Antonio Hidalgo afrontan este partido con responsabilidad y sin un exceso de confianza. La categoría de plata asiste boquiabierta al despertar del Cartagena, que ya suma tres puntos más, y el Alcorcón disputa este domingo un derbi en casa del líder, el Leganés, de pronóstico incierto. El Alcoraz acoge así a la SD Huesca como un espacio seguro donde dibujar la salvación después de que se haya recobrado el idilio perdido con los aficionados. Los azulgranas han ganado tres de los cuatro últimos choques locales, a Racing de Ferrol, Cartagena y Alcorcón, y acumulan tres empates a domicilio. Dicho de otro modo, solo han perdido una vez en lo que va de 2024.
El centrocampista japonés Kento Hashimoto no se entrenó este sábado debido a unas molestias en la espalda, lo que complica su concurso. Todo apunta a que se unirá así a las ausencias de los lesionados Javi Mier y Rubén Pulido, por lo que los azulgranas volverán a recurrir a un jugador del filial, Fernando Guerrero, que ya viajó la pasada jornada a Elda.
En las últimas semanas se han asentado unas constantes que contemplan una defensa de cuatro -cinco con Gerard Valentín en labores de carrilero profundo por la derecha-, dos centrocampistas y tres puntas. En la zaga, la duda reside en si se mantiene a Martos o regresa Ignasi Vilarrasa al lateral zurdo, y en si Juanjo Nieto continuará con esa multifunción que le lleva a apoyar a Óscar Sielva y Javi Martínez en la zona medular. Hidalgo recupera a Iker Kortajarena después de cumplir su partido de castigo pero sigue sin poder contar con el lesionado Javi Mier.
Arriba, la irrupción de Elady le reserva una plaza fija, y la confianza del técnico en Joaquín Muñoz avala al andaluz. La tercera pieza será Obeng, el más conectado de los tres en el Pepico Amat, con opciones asimismo para Vallejo. Está de vuelta Jovanny Bolívar después de sus tres goles en el Preolímpico y entre dudas con su papel de azulgrana.
Hidalgo ha ajustado el engranaje de una plantilla de la que conoce sus limitaciones y sabe explotar sus fortalezas. Alrededor de un sistema defensivo depurado, con dos porterías a cero consecutivas y diez en lo que va de campaña, construye un bloque que trata de encontrar la llave de la fiabilidad ofensiva. Además, quiere que todos los futbolistas se sientan útiles y nadie se desconecte. De ahí que la pasada jornada en Elda diese entrada en el once a un Iván Martos que no había sido titular desde octubre o que recuperase a Samuel Obeng tras su gol agónico y salvador al Alcorcón. Aquella explosión de júbilo en el minuto 93 ejerce ahora de guía para mantener el pulso con el respaldo de la grada.
