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La SD Huesca toma impulso en El Alcoraz

Las dos victorias seguidas en casa han mostrado a un equipo azulgrana en progresión con un juego cercano a lo que persigue su técnico Cuco Ziganda.

Los jugadores del Huesca aplauden a la grada tras su triunfo del domingo ante el Málaga
Los jugadores del Huesca aplauden a la grada tras su triunfo del domingo ante el Málaga
Verónica Lacasa

Era una oportunidad que daba el calendario que la SD Huesca ha sabido aprovechar. El conjunto de Cuco Ziganda ha salido reforzado de los dos compromisos consecutivos que ha afrontado en El Alcoraz en las dos últimas semanas y que ha solventado con victoria, el 3-0 ante el Ibiza y el 1-0 del domingo con el Málaga. Un tramo de la competición aún temprano y en el que nada se puede dar por seguro, pero al que se presentaba con la necesidad de disipar las dudas surgidas tras haber sufrido sus primeras derrotas. En ambos choques los azulgranas se mostraron solventes a través de un estilo de fútbol reconocible y perfeccionado respecto al de hace un mes cuando la Segunda División se puso en marcha. Los ejes que lo articulan, efectividad adelante y fortaleza atrás.

El Huesca es un conjunto que espera a su rival y que lo golpea con contundencia cuando tiene la ocasión. La tendencia a ceder el balón observada en las tres primeras jornadas, las del empate inicial con el Levante (0-0) y los tropiezos con el Cartagena (2-3) y el Albacete (2-1), se ha incrementado en los dos compromisos siguientes sin importar que en ellos fuese el local. Mientras que en aquellos partidos el porcentaje de posesión superó el 40%, en los más recientes no ha alcanza esa cota. Ante el Ibiza se quedó en el 32% y con el Málaga, en el 38%.

Ello no quiere decir que los azulgranas no hayan sido los dominadores. Lo hicieron maniatando a sus oponentes, que, a pesar de tener la ilusión de ser ellos quienes llevaban la iniciativa, fueron incapaces de hacer daño. Ni los baleares ni los andaluces, con un arsenal con nombres como Rubén Castro, Gallar y Fran Sol, lograron batir a Andrés, que por otro lado no tuvo un excesivo trabajo. Solo recibió un tiro a puerta en cada uno de estos dos cruces por los siete a los que tuvo que hacer frente en Albacete y los cuatro de la visita del Cartagena. Ello, con un centro de la defensa que a priori era de circunstancias, la pareja Timor y Blasco, pero que no es descabellado que se consolide.

Adelante, la efectividad está siendo llamativa y no se circunscribe solo a los últimos encuentros. Para el total de siete goles que se llevan marcados en el actual ejercicio se han realizado doce tiros entre los tres palos. Es decir, el 58,3% ha acabado en la red. Contra el Levante fueron dos y ninguno subió al marcador. Con el Cartagena se contabilizó únicamente el de la diana de Kanté, dado que el segundo tanto lo marco Marc Martínez en propia. Frente al Albacete fueron tres parta un acierto. Ante el Ibiza tres de los cuatro resultaron imparables para su meta y el domingo lo intentó en la primera parte Escriche y en la segunda logró marcar Juan Carlos.

La mayoría de esos goles tienen elementos en común. Salvo el último, un lanzamiento desde la frontal, todos los demás se han producido dentro del área. Cuatro de ellos en remates de centros y dos ejecutando penaltis. También resulta interesante el momento en los que han llegado. Solo uno dentro del primer cuarto de hora, el 1-0 de Kevin Carlos ante el Ibiza, y cinco ya en la segunda parte, de los que tres se cantaron sobrepasado el minuto 80.

Los partidos, así, se cocinan a fuego lento y en ellos tienen trascendencia las sustituciones. El elenco de jugadores empleados ante el Ibiza y el Málaga ha sido prácticamente el mismo. El domingo se repitió el once de la semana anterior y desde el banquillo entraron también Sielva, Juan Carlos, Valentín y Kanté. Los que se fueron igualmente coincidieron en gran medida, Tomeo, Escriche, Soko y Kevin Carlos. Las únicas variaciones fueron Pulido en vez de Vilarrasa en los refrescos y Kento y no Mateu entre los que marcharon al vestuario.

La entrada del capitán resultó relevante dado que implicó un cambio de sistema. Del hasta entonces inamovible 4-4-2 se pasó a un 5-4-1 para terminar de abrochar el 1-0 y evitar errores como los que costaron las derrotas ante el Cartagena y el Albacete en el último minuto.

La próxima cita será una buena prueba para calibrar la madurez del grupo. El domingo toca visitar al recién descendido, colíder y aún invicto Alavés (16.15). Habrá que ver si Ziganda mantiene el plan o lo adapta a las circunstancias.

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