Doukouré, una baja sensible en la SD Huesca para el tramo final

Era la alternativa a Mosquera, una variante válida para Mikel Rico y alguien muy apreciado dentro del vestuario. La lesión de Cheick Doukouré fue la mala noticia de la victoria de la SD Huesca del jueves ante la UD Las Palmas (1-0) por el agujero que deja en el equipo tanto en el plano futbolístico como en el personal. Corría el minuto cinco cuando el centrocampista, sin que hubiese contacto con ningún rival, cayó sobre el césped de El Alcoraz. Los gritos de dolor y los lamentos enseguida hicieron ver que lo ocurrido era grave y las pruebas médicas que se le realizaron posteriormente lo confirmaron, su tendón de Aquiles izquierdo se había roto, requerirá cirugía y tardará meses en volver a jugar.

Lo que en cualquier otro futbolista supondría un más que serio contratiempo, en el caso del centrocampista costamarfileño adquiere tintes de calvario. El jugador cedido por el Levante había reaparecido tras el parón después de 16 meses de baja a raíz de una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda que sufrió el 24 de febrero de 2019 durante un encuentro de los granotas frente al Real Madrid. Después de poder realizar la pretemporada con cierta normalidad, llegó al Huesca en el último día del mercado de verano. Sin embargo, los problemas en esa articulación no pararon de sucederse impidiéndole vestirse de corto hasta la visita al Málaga de la jornada 32 en el duelo que supuso el regreso a la competición de los azulgranas tras el confinamiento.

La incorporación de Doukouré se entendió como la de alguien que debía ponerle caros los minutos de juego a Mosquera para cumplir con esa función de ancla en la que Míchel ha empleado al gallego. Sin él disponible, el ex del Deportivo casi no ha descansado a lo largo del curso. Solo se ha quedado sin jugar en dos jornadas y es, tras Pulido, el futbolista con más minutos en sus piernas de la plantilla, 3.043.

Cuando Doukouré comenzó a ver la luz reincorporándose a los entrenamientos en grupo llegó el parón, lo que le dio más tiempo para recuperarse e hizo que fuese considerado como un auténtico refuerzo de cara al tramo final. Siempre muy enérgico y con grandes deseos de volver a competir cuanto antes, desde el cuerpo técnico y los servicios médicos se le tenía incluso que refrenar.

En La Rosaleda, Míchel le dio seis minutos sustituyendo a Ferreiro. Ante el Albacete fue titular formando pareja en la medular con Rico, aunque acabó siendo cambiado en el 60’ y con el Cádiz entró a dos minutos para el final en su última actuación hasta la visita de la UD Las Palmas. En total, La Liga le contabiliza 74 minutos disputados como azulgrana, una cifra que apuntaba a ir en aumento en los próximos compromisos.

Los dos últimos partidos del Huesca, además del cruce con los canarios, la victoria con el Real Zaragoza, han tenido un desarrollo similar: una primera parte de dominio a través del control del centro del campo seguida por una segunda en la que se hacía patente el desgaste físico. El propio Míchel lo reconoció el jueves. Y es ahí donde el costamarfileño iba a jugar el papel de aportar músculo fresco. De hecho su inclusión en el once contra los de Mel tenía el firme propósito de dar descanso a Mosquera.

Ahora, cuando esto se quiera realizar, la opción más natural, si no se quiere tocar el dibujo táctico, será recolocar a Mikel Rico, otro jugador al que se le están dosificando los esfuerzos. Siempre titular, el de Las Palmas fue el segundo de los últimos seis duelos que jugó completo. Cabría la opción de buscar un refuerzo al ser la rotura del tendón de Aquiles una lesión de larga duración. Sin embargo el tiempo corre en contra de ello. Habría que conseguir la autorización para inscribir un nuevo jugador y encontrarlo antes de que la temporada regular finalice el 19 de enero, algo que impide el reglamento de la Federación Española al estarse ya fuera de plazo; a 48 horas de la jornada 38, a cinco del final, no es posible abordar esta vía.