sd huesca
La receta de Míchel para el tramo final de la SD Huesca
El técnico azulgrana pretende mantener el juego que venía desarrollando su equipo incidiendo en aspectos como el control de las transiciones.
Ha sido así desde el primer minuto y quiere que continúe del mismo modo hasta el último. Míchel Sánchez tomó las riendas de la SD Huesca el pasado verano con la idea clara en su cabeza de cómo debía ser el juego que desarrollase su equipo, unas líneas maestras con las que estaba convencido que podría devolver a los azulgranas a Primera División y que, a falta de once partidos, le ha permitido marchar cuarto en la clasificación a cinco puntos del ascenso directo y con solo dos jornadas, una de ellas la primera, fuera de la zona de ‘play off’. Por ello, ahora, lejos de plantearse rupturas abruptas de cara al tramo final de la competición, que en el caso de los azulgranas arrancará el viernes a las 19.30 en Málaga, durante los tres meses de parón el técnico ha aprovechado el tiempo para perfeccionar el estilo junto a sus colaboradores y estudiar la manera de reforzar los puntos débiles. El ex del Rayo siempre ha hablado de que quería un Huesca reconocible y a ese equipo tan solo tiene previsto introducirle matices.
Para Míchel, que los jugadores entiendan y ejecuten sobre el césped perfectamente lo que él quiere resulta esencial. Su estilo defiende que no es fácil de ser automatizado, especialmente en ataque, pero que una vez que se consigue resulta diferencial. Por ello, aún cuando durante la concentración de Benasque a finales de julio, o incluso antes, el grupo estaba todavía por hacer con un buen número de refuerzos pendientes de ser fichados, él ya incidía en lo que quería.
Lo siguió haciendo durante el confinamiento con conferencias telemáticas personalizadas con los jugadores y lo volvió a hacer con la vuelta al Pirámide en cuanto tuvo ocasión recuperando las antes habituales sesiones de vídeo al aire libre y dando charlas tácticas.
Y, como es lógico, en las últimas semanas su mensaje no solo ha querido que cale mediante la teoría, sino también con la práctica. El balón pronto estuvo muy presente aún cuando los entrenamientos todavía eran individualizados y después los ejercicios relacionados con la posesión y con la salida controlada del balón han sido constantes, al igual que aquellos con los que se buscaba mejorar las finalizaciones frente a la meta contraria.
No ha sido algo que ni mucho menos sea una casualidad. La presión que muchos rivales como el Almería de la tercera jornada y el Rayo Vallecano han ejercido sobre el inicio de las jugadas azulgranas les han puesto en serios aprietos llegando a costar puntos y victorias. También la puntería ha sido uno de los debes haciendo que en el momento en el que a competición se detuvo los altoaragoneses fuesen el bloque menos goleador de los seis primeros aún a pesar de ser el equipo que más veces dispara de la categoría, 146.
En cuanto al desempeño defensivo, ha insistido en que hay que recuperar la firmeza perdida. Aunque con 32 tantos en contra siguen siendo de los mejores en este apartado, lo cierto es que, hasta el 2-0 con el que tumbaron al Fuenlabrada en su último partido por el momento, habían transcurrido trece jornadas sin dejar la portería inmaculada. Para tratar de solucionar el problema, el dominio de las transiciones se considera clave así como poder recuperar rápido el balón para hacer daño.
Y, por encima de lo que suceda en una mitad del campo u en otra, como elemento clave para que el plan salga a la perfección aparece la concentración, algo que falló en los instantes finales de citas como la de Gerona. Al igual que está ocurriendo en la Bundesliga, sin público en la grada, el ambiente con el que se va a encontrar el futbolista en el estadio será muy distinto al acostumbrado. De ahí que Míchel ya haya alertado de que va a ver más espacios y tiempo para pensar. Saber aprovecharlo será esencial.
