Será un escenario distinto, con reglas nuevas y también con dinámicas diferentes a las vividas hasta que la competición se detuvo en marzo. Cualquiera de los miembros de la SD Huesca a los que se les ha cuestionado en los últimos días sobre qué competición prevén de cara a las once jornadas que restan para dar por concluido el curso coinciden en señalar que las referencias anteriores al parón pueden servir de muy poco y que uno de los vectores fundamentales será el cómo se afronten los primeros compromisos y los resultados que se obtengan entonces. A este respecto, los azulgranas se pondrán de nuevo en marcha en La Rosaleda frente al Málaga. Es decir, lejos de casa.

El conjunto de Míchel, que tras 31 jornadas es cuarto a cinco puntos del ascenso directo, se ha visto lastrado hasta el momento por sus números como visitante. A domicilio ha sumado 12 puntos, el segundo peor bagaje de toda la liga, y de ellos, solo dos se han obtenido durante la segunda vuelta. Para poder aspirar a las cúspide de la tabla, objetivo que ni mucho menos se rehuye, es más que necesario revertir la situación.

“El primer partido es a domicilio, algo que tenemos que mejorar y para lo que nos hemos estado mentalizando”, señaló la semana pasada David Ferreiro, el último jugador azulgrana que se ha manifestado hasta el momento públicamente y voz autorizada dentro del vestuario. No en vano es uno de los capitanes y el jugador que más temporadas consecutivas lleva en el vestuario.

Por delante, el Huesca tiene seis citas en campo ajeno. Es decir, la mayoría no serán en El Alcoraz. Además de en Málaga, también debe presentarse en Albacete, Zaragoza, La Coruña, Santander y Gijón. De todos ellos, evidentemente, el más llamativo es el derbi aragonés, que, sin público, se verá deslucido. Esa falta de aficionados en las gradas se prevé como un factor que puede resultar desequilibrante. En la jornada ya disputada el pasado fin de semana en la Bundesliga alemana, primera de las grandes competiciones puesta de nuevo en marcha, cuatro de los cinco primeros clasificados lograron la victoria con marcadores amplios. El único que no lo hizo, el Leipzig, empató a uno con el Friburgo. Los resultados vinieron a reforzar una teoría que indica que jugar sin público beneficia a los conjuntos de la zona alta.

En este caso el Huesca, que ante sus hinchas, conviene recordarlo, presumía de ser el mejor local de la categoría, tan solo debe visitar a uno de los otros seis primeros clasificados en estos momentos, el ya mencionado duelo en La Romareda, enmarcado en la jornada 36. Entre los otros cinco aparece un aspirante a entrar en la promoción de ascenso, el Sporting, con el que se cerrará el curso en El Molinón, y cuatro conjuntos metidos en la pelea por la salvación.

El Málaga, el primero de ellos, será el oponente de la jornada 32. Los andaluces, dentro de un ejercicio convulso a todos los niveles, son 15º con tres puntos de ventaja sobre el descenso. La siguiente vez que los altoaragoneses hagan las maletas será para ser recibidos por el Albacete, que marca la permanencia empatado con el Deportivo, ya en zona de descenso y al que habrá que visitar tras el choque de rivalidad regional con los blanquillos. Después, entre el viaje a La Coruña y el último a Gijón se realizará el trayecto a Santander. El Racing cierra la tabla a siete puntos de la salvación. Mientras tanto, por El Alcoraz desfilarán el Mirandés, el Cádiz, la UD Las Palmas, el Alcorcón y el Numancia.

La última vez que la SD Huesca se impuso como visitante fue en la jornada 18 frente al Alcorcón (0-2) el 30 de noviembre. Desde entonces, fuera de su estadio solo ha capturado otros dos puntos, los empates con el Elche y el Oviedo. En ambos, disputados en enero, el marcador fue de 1-1 después de que el triunfo se escapase en el descuento. Después, llegaron las derrotas con la Ponferradina (3-1), el Girona (1-0) y el Rayo (2-0), una trayectoria sobre la que los azulgranas han meditado y a la que están decididos a poner fin.

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