El balón sigue siendo esencial en la SD Huesca

Ha sido la norma desde la llegada de Míchel Sánchez y su cuerpo técnico a la SD Huesca y ahora, en la vuelta a los entrenamientos en el Pirámide tras dos meses de confinamiento, ésta no ha variado. El balón sigue siendo elemento indispensable en los ejercicios que están llevando a cabo los jugadores de forma individualizada. Hizo acto de presencia el lunes en el primer día de la fase 2 del protocolo que marca los pasos hacia el reinicio de la competición en junio y volvió a hacerlo este martes.

Uno de los mantras del técnico es que su equipo debe ser protagonista en los partidos y para ello considera que se debe dominar el esférico, quiere que sus jugadores estén más que familiarizados con él y por ello incluso en las fases de preparación más centradas en el aspecto físico el cuero no falta. Ya durante la pretemporada esta manera de plantear el trabajo sorprendió gratamente a los jugadores y ahora, aún a pesar de las restricciones que conllevan las medidas de seguridad para evitar posibles contagios de covid-19, se está manteniendo.

No en vano, tras 59 días encerrados en sus casas, aunque el plan de ejercicios elaborado por el preparador físico David Porcel y el readaptador Jordi Carracedo ha mantenido en forma a los azulgranas, existía la preocupación de no estar empleando el balón. Una carencia que podía conllevar pérdida de tacto con él. Así, más allá de los circuitos centrados en la conducción, también se están desarrollando ejercicios en los que los compañeros han sido sustituidos por vallas de publicidad, cajones de madera y bancos de los que los hombres de Míchel se valen para enviar y recibir el balón. Un alivio también en cierta medida para los jugadores que estaban deseando volver a pisar el césped. “Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Disfrutemos de cada instante de este deporte, porque nunca sabremos cuál será el último. Cómo te echaba de menos”, ha afirmado al respecto Jorge Pulido en sus redes sociales.

Aunque la intención es que las primeras sesiones tengan un componente más de adaptación al terreno de juego y las exigencias concretas del fútbol, la idea es que con el paso de los días lo técnico y lo táctico vayan ganando peso. De hecho, hacia el final de la semana, los jugadores podrían comenzar a realizar tareas pensadas de forma más específica para las características de sus correspondientes demarcaciones.

El tiempo alejados del campo y de la competición ha sido mucho y se quiere que la puesta a punto sea rápida. En el club se considera que las once jornadas que restan serán muy diferentes a las anteriores y que aquellos conjuntos que logren protagonizar un buen arranque tendrán mucho ganado.

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