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Antonio Hidalgo contra Víctor Fernández: dos entrenadores, dos estilos en el derbi aragonés

El partido entre la SD Huesca y el Real Zaragoza se entiende desde las figuras de dos técnicos de diferentes trayectorias, métodos y maneras de ser

Víctor Fernández y Antonio Hidalgo dan indicaciones a sus jugadores del Real Zaragoza y la SD Huesca, respectivamente.
Víctor Fernández y Antonio Hidalgo dan indicaciones a sus jugadores del Real Zaragoza y la SD Huesca, respectivamente.
Moisés Castell/Carlos Gil Roig/Prensa 2

Antonio Hidalgo y Víctor Fernández colorean los banquillos del SD Huesca y Real Zaragoza que ya está en fogones, cocinándose para que el domingo, en El Alcoraz, el fútbol diga cuál es el camino que toma cada equipo en la recta final de temporada. Es un partido entre vecinos, entre rivales en apuros clasificatorios y entre desiguales tendencias, una alcista y otra declinante, pero también es un pulso entre dos entrenadores cortados por diferentes patrones y contratados este año con una misma intención: reactivar a sus equipos y darles un nuevo rumbo.

Desde los banquillos, ambos pondrán el rostro a sus equipo y protagonizará un duelo entre dos escuelas, dos métodos, dos trayectorias, dos formas de ser y entenderse a sí mismo… Un Antonio Hidalgo de perfil bajo, moderado, humilde y sencillo que busca abrirse camino en el mundo del fútbol profesional y a quien el Huesca le ha dado el escenario para hacerse notar con un fútbol moderno, fresco, detallista y meticuloso. Enfrente, estará Víctor Fernández.

Un técnico transformado en personaje, un referente del zaragocismo y una leyenda del club elevado sobre un pedestal, con un verbo atronador, una particular manera de entenderse a sí mismo y su papel en la vida del Real Zaragoza, astuto, habilidoso en las relaciones públicas y mediáticas, y capaz incluso de convertir a sus más viejos críticos en sus más firmes devotos. Amante del fútbol emocional, vistoso, ofensivo, con un modo de desarrollar el juego inspirado en otros tiempos y métodos: Víctor Fernández estira su longeva carrera en el único lugar en el que puede hacerlo: su Real Zaragoza. Ahí cumple su cuarta etapa, ahora en misión de salvación y con el objetivo de asumir poderes más amplios y dominantes en el futuro más inmediato de la entidad.

El Huesca-Zaragoza, de este modo, se personificará en dos entrenadores de perfil muy distinto. A sus 63 años, Víctor Fernández es el entrenador en activo con más partidos dirigidos entre Primera y Segunda División. Su historial en ligas españolas incluye 639 encuentros, a los que hay que sumar u sinfín más en otros países (Portugal o Bélgica), y en otras competiciones (Copa del Rey, torneos europeos..). En total, 856 partidos. Una cifra portentosa, histórica, fiel reflejo de su significado como entrenador en la era contemporánea.

Hidalgo: un entrenador emergente

Más modesta es la trayectoria (67 partidos en Segunda) de Antonio Hidalgo, de 45 años, quien fuera futbolista efímero del Real Zaragoza en la temporada 2008-2009. Inicio su trayectoria en el Sabadell, entidad a la que ascendió a Segunda, categoría en la que debutó en el curso 20-21. En el club arlequinado se ganó la admiración de tal modo que se le mantuvo en el puesto pese a que el equipo acabó descendiendo.

Allí era querido, reconocido y valorado, y aún completó una temporada más en Primera RFEF. Puso fin a esa etapa y el Sevilla, atento a su vocación y su emergente carrera, le dio el banquillo del filial hasta que la SD Huesca le llamó el pasado otoño. Después de un acuerdo entre clubes, Hidalgo relevó al Cuco Ziganda.

El club oscense decidió mirar al futuro y darle el banquillo a un técnico con poco bagaje, pero con muy buena consideración dentro del fútbol español. El riesgo tomado con una apuesta de este tipo se ha convertido en una oportunidad. El Huesca se nutre ahora del trabajo y las ideas de uno de los entrenadores de moda en Segunda, ya en la carpeta de objetivos, sobre todo, del Valladolid para la próxima temporada. Antonio Hidalgo ha tenido un impacto integral en el Huesca, su mano ha mejorado la calidad táctica del equipo; ha afianzado su faceta defensiva; ha corregido defectos ofensivos; ha impulsado el rendimiento de varios jugadores a niveles superiores (Vilarrasa, Javi Martínez, Kortajarena, Nieto…) y ha rescatado el de otros (Valentín, Sielva…)… Su influencia ha sido esencial en la resurrección de la SD Huesca, es el autor de la escalada en la tabla huyendo del descenso.

No ha sido fruto de revoluciones invernales en el mercado ni de otras causas: el Huesca respira gracias a Hidalgo, quien le ha dotado de un modelo vanguardista y flexible en lo táctico, cambiante en función de la fase del juego, cuidadoso en los detalles, estudioso con los rivales…

Un fútbol sustentado en un rendimiento defensivo sobresaliente, rocoso, muy difícil de doblegar. Al igual que el Zaragoza tiene su déficit en el gol, pero el Huesca, desde la intensidad, el ritmo alto y la verticalidad ha ensanchado su cuerpo competitivo. Si Antonio Hidalgo ha hecho crecer al Huesca desde la defensa; Víctor Fernández trata de rescatar al Zaragoza desde el ataque. En ese antagonismo residen la claves de este duelo de técnicos en el partido del domingo.

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