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El Toni Moya que fichó el Zaragoza

El impacto de Víctor Fernández en la mejora del rendimiento de algunos futbolistas lo representa como nadie el centrocampista balear

Fotos del partido Levante - Real Zaragoza
Fotos del partido Levante - Real Zaragoza
Moisés Castell / Prensa2

Aletargado durante casi toda la temporada y de un fútbol más guadianesco que regular; Toni Moya se está desperezando. Es, posiblemente, el jugador sobre el que el cambio de entrenador más impacto ha tenido. Víctor Fernández le ha traído la primavera a este centrocampista de perfil completo, con porte y elegancia en el uso del balón, y con un golpeo privilegiado del que apenas se habían tenido notas durante toda la temporada. El golazo que le clavó al Levante es muestra de ello: de primeras, le metió el interior a una pelota que fue directa a la escuadra. Sin duda, uno de los goles de la temporada.

Uno de los efectos de nueva propuesta de juego del equipo ha sido el incremento del rendimiento de ciertos jugadores. Futbolistas mejorados con el idioma establecido por Víctor Fernández. Unos más, otros menos; pero hay piezas que se están recuperando, acercándose poco a poco al umbral de su nivel. Podemos aquí hablar de Francés, aún mejor de lo que ya estaba; de Germán Valera, avivado jugando más cerca del área y cuando el equipo corre; de Maikel Mesa, de Sinan Bakis, más entonado en los últimos días… Pero es Toni Moya el futbolista que ha saltado a un escalón superior con mayor fuerza ejerciendo como gestor y motor del centro del campo del Real Zaragoza.

El balear ha repartido dos asistencias y metido un gol en las dos últimas jornadas. En toda la temporada no había sumado ‘estadística’ alguna en su cartilla de rendimiento. De no asistir y marcar en todo el curso, ha romper a hacerlo en los dos últimos partidos.

Frente al Tenerife, se encargó de repartir goles a los demás. Primero, a Francés, desde el saque de esquina. Luego, comandando con aplomo e inteligencia una contra que culminó Azón tras un pase suyo. El gol llegó en Valencia, con ese disparo con comba que cogió la velocidad y el vuelo de un bólido. Pero no solo en ‘números’ ha crecido Toni Moya. También está descubriendo varias de las características latentes todo el año en su repertorio, dormidas, pero no manifestadas: su amplio radio de acción en el campo; su presencia física; su lectura del juego; su golpeo… Pero sobre todo su capacidad para superar líneas adversarias con conducciones interiores potentes y enérgicas y darle, así, metros a su equipo. En este aspecto, destaca su habilidad para el regate, pero no por finura o talento técnico, sino más por fuerza y empuje. Toni Moya, de hecho, es el sexto jugador de la categoría con mejor porcentaje de regates completados.

Fichado el pasado verano como apuesta para robustecer el centro del campo, venía de cuajar un gran año en el ascenso del Alavés. Allí, firmó tres goles y cuatro asistencias, aceptables números para un mediocentro. De esos precedentes, aún no había rastro en el Zaragoza. Pero la llegada de Víctor ha marcado un punto de inflexión en su año.

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