Vuelve el fútbol –o el sucedáneo en el que se ha convertido últimamente este espectáculo de Segunda División– al estadio de La Romareda. En horario de sobremesa, a las 16.15, el Real Zaragoza recibe al Tenerife, sin haber logrado los aragoneses escapar en los últimos dos meses (menos cinco días) del remolino de malos resultados que han derivado en una crisis severa.

Porque la última victoria data del lunes 5 de febrero, aquel afortunado y celebrado 3-0 al Sporting de Gijón en el que los asturianos donaron los tres tantos a los zaragocistas (uno en propia puerta incluso) y generaron un equívoco en la figura del entrenador, Julio Velázquez, y sus valedores, que creyeron aquel día haber encontrado El Dorado y su sagrado lago dorado. Craso error.

Como consecuencia de que, desde esa fecha, el Real Zaragoza ha enlazado siete partidos seguidos con dos simples empates y cinco derrotas como cosecha, el evento de hoy acarrea por sí solo, sin que nadie lo fuerce, valores supremos en su repercusión. Son los de esta tarde de estreno del horario de verano (ojo con esto, pues es un domingo en el que todo se aprontará una hora por lo tanto), tres puntos contra la histeria colectiva.

Es, probablemente, la última oportunidad, con los pies aún en tierra más o menos firme, de la que van a gozar los de Víctor Fernández para poner punto final a la caída libre en la tabla que experimentan desde aquel inicio de febrero. Este sábado, tras el empate del Cartagena en el campo del líder Leganés, los zaragocistas perdieron una posición más. Iniciarán el duelo de hoy desde el 16º escalón en la clasificación. Ya solo hay dos equipos que ejercen de puente con la zona roja, la del temido descenso a Primera RFEF.

Y, además, fruto del empate del Albacete contra el Huesca (que pudo ser peor, pues los manchegos fueron un rato ganando a los azulgranas), la cota de puntuación del descenso ya ha subido a 33. Es decir, que anoche el colchón de distancia de los zaragocistas con el desastre había quedado disminuido en un punto más, de 6 pasó a ser de 5.

En ese paquete de colistas, el Andorra también ganó 1-0 al Mirandés, por lo que los pirenaicos suman 32 puntos y siguen encareciendo la salvación, poniendo a equipos como el Zaragoza en muy serios aprietos de no mediar ya mismo su reacción y consiguiente huida de la electrocución letal.

Quienes hace dos meses o, quizá, algo menos, consideraban ofensivo barajar la opción de meterse en este jaleo de la parte baja, se supone que sufrirán algún episodio de rubor, aunque sea en la intimidad. Sería lo suyo tras haber errado el tiro de modo tan exagerado en este proyecto descarrilado. Ya no es tiempo de hacer como el avestruz, conviene sacar la cabeza de debajo del ala ante los pronósticos que no gusta oír ni leer y ponerse a buscar remedios consistentes.

De momento, el bálsamo primero, el único que sirve para marcharse a casa a cenar el domingo con el pulso calmado, es volver a ganar de una vez por todas. Todo lo que no pase por una victoria frente al Tenerife alargará la mala racha e, indefectiblemente, aumentará el riesgo de colapso a corto plazo.

Víctor acomete en este escenario lleno de nervios y vértigos su tercer partido al frente del equipo. El técnico aragonés, en sus dos primeros episodios, no ha podido revivir aún al muerto que le dejó Velázquez hace 18 días: derrota en casa 0-1 con el Espanyol y empate, 0-0, en Miranda. Como todo el mundo rumia, el problema de la falta de gol es la razón de tanta desidia y el origen de los peores peligros vigentes.

El Real Zaragoza prepara el partido frente al Tenerife de este domingo

Fernández tiende a repetir once inicial y sistema. Eso sí, con la vuelta de Francés –tras su paso por la selección– al eje de la zaga en vez del errático Lluís López. El entrenador dejó abierta la puerta ayer a un segundo cambio. No parece probable, pero Grau podría entrar en vez de Moya o Aguado. Y hasta se discutió sobre la titularidad de Azón en vez de Bakis, aún inédito ante las porterías. Pero Víctor dijo ver al canterano más como revulsivo.

El Tenerife, que ha malvivido todo el curso en la parte gris de la tabla, tiene 4 puntos más que los zaragocistas (42 por 38) y aún busca firmar la permanencia. Con los exzaragocistas Ángel y Roberto López extramotivados, será un rival duro.

Es una cita frontera para el Zaragoza. O sale de este lance con un chute de vida o entra de lleno en la lista de espera del forense.