Víctor Fernández y ese "sí o sí"
Víctor Fernández subió ayer el nivel de exigencia. El entrenador del Real Zaragoza dio toda la trascendencia del mundo a la visita de esta tarde del Tenerife a La Romareda. No es un partido más, no es un día cualquiera en la oficina. El técnico lo elevó a la categoría de final, con ese "hay que ganar sí o sí" que lanzó desde la sala de prensa, pero con la intención de que el eco de su frase resonara en el vestuario.
El Real Zaragoza hace siete jornadas que no sale victorioso de un campo de fútbol. Sin embargo, la distancia con el descenso apenas se ha reducido en un par de puntos desde entonces, hasta el inicio de este fin de semana. El entrenador sabe que el indulto que está dando la competición a su equipo no va a ser eterno, y que en algún momento la zona de descenso comenzará a apretar de verdad. Por eso ese "sí o sí", porque cuando la presión del descenso ahoga en serio, la reacción de los equipos es una incógnita. La sensación que ha dado esta plantilla es de responder regular a las situaciones de exigencia, por lo que parece mejor no arriesgar demasiado.
Víctor Fernández anda estos días intentar elevar la autoestima de los suyos. La plantilla del Real Zaragoza no es tan buena como pareció ser en las primeras cinco jornadas, pero seguramente tampoco sea tan mala como ha demostrado desde entonces. El entrenador centra sus esfuerzos en intentar liberar a los suyos de los corsés que les aprietan. Los quiere más sueltos, más atrevidos, más valientes, con un poco más de chispa.
Ayer anunció que quiere más jugadores en el área. La Romareda lo lleva pidiendo toda la temporada. El partido de hoy, casi 20 días después de la llegada de Víctor Fernández al banquillo, será una buena prueba para comprobar si el entrenador del barrio Oliver le va dando otro aire al equipo, o si lo de este Real Zaragoza se queda como un problema de remedio imposible.
