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La reconstrucción de Julio Velázquez para Valladolid

Las bajas obligan a un giro al entrenador y el equipo apunta a recuperar la defensa de cuatro con el regreso de Jair Amador.

Entrenamiento del Real Zaragoza en la Ciudad Deportiva tras la derrota ante el Amorebieta
Entrenamiento del Real Zaragoza en la Ciudad Deportiva tras la derrota ante el Amorebieta
Ruben Losada/FotografiArte

Julio Velázquez, más por obligación que por otra cosa, deberá cambiar el paso en el partido de Valladolid, cita a la que llega en la cuerda floja y bajo riesgo de despido si no obtiene la victoria. Para tan trascendental cita para su figura, las sanciones por acumulación de amarillas de Mollejo y Mouriño, además de la posible ausencia por lesión de Francho, fuerzan al técnico a replantear su equipo, en fondo (nombres) y forma (dibujo táctico). Los ensayos de la semana apuntan a dos medidas principales. La primera, el regreso a la línea de cuatro defensas y al 4-2-3-1. Y la segunda, como consecuencia de ello y la bajas, la vuelta de Jair Amador al eje de la zaga.

 El hispanoluso sería así la pareja de Lluis López, pues Alejandro Francés se desplazaría al costado, como falso lateral izquierdo, cerrando como tal en defensa y formando, con balón, como una especie de tercer central en la construcción del juego. Así las cosas, Zedadka completaría la línea de atrás. La baja de Francho dejaría a Velázquez las cosas despejadas -no le encaja Jaume Grau- para reunir a Marc Aguado y Toni Moya en el doble pivote, con Maikel Mesa como mediapunta. Valera y Azón -suplente el pasado domingo contra el Amorebieta- son fijos en dos de las tres plazas atacantes. Si Francho llega a tiempo, podría jugar tirado a la derecha, pero como no parece probable, esa última plaza ofensiva apunta a ir a Manu Vallejo.

Si algo ha caracterizado las últimas semanas del Real Zaragoza es la rigidez y la insistencia de los planes de Julio Velázquez en un cuerpo muy concreto y exclusivo de futbolistas. En el último tramo, pese a que las debilidades de su juego se han acentuado, el equipo apenas ha variado de nombres. Velázquez ha delimitado su toma de decisiones a 12-13 futbolistas, pero las bajas previstas para Valladolid le van a obligar a reformar su planteamiento más allá de lo habitual. Los sancionados Mollejo y Mouriño han sido fijos en los últimos meses -aunque Mouriño fue suplente en Villarreal- y el dudoso Francho es elemento capital para el entrenador. El Zaragoza se puede encontrar así en Pucela sin tres hombres principales.

Hasta la fecha, Velázquez ha cerrado el equipo a un grupo de jugadores que apenas ha permitido variaciones. Son los 12-13 titulares del técnico. El portero Edgar Badía; los defensas Zedadka, Francés, Mouriño, y Lluis López; los medios Marc Aguado, Francho Serrano, Toni Moya y Maikel Mesa; y los atacantes Azón y Mollejo, a los que se les ha unido Germán Valera tras culminar la recuperación de su reciente lesión muscular. En función del sistema táctico y del planteamiento, sobre esos nombres ha girado la selección de Velázquez para los partidos en el último mes. Si acaso, cabe incluir también en la ecuación a Lecoeuche, que fue titular en Villarreal.

Velázquez se ha cerrado a esa guardia de 12-13 jugadores. Esto ha tenido sus damnificados: Jair Amador, Jaume Grau, Manu Vallejo, Sergi Enrich y Fran Gámez apenas han tenido presencia en los últimos encuentros. Destaca el caso del lateral derecho, pendiente de renovar aún, con pocas paletas para ello, de hecho, pues Gámez era uno de los zaragocistas más en forma del arranque del año y quizá el jugador más potenciado por el sistema de Velázquez.

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