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Lecoeuche sigue sin ser inscrito y Molina inicia su séptima semana sin hallar destino

El lateral zurdo francés, uno de los fichajes del verano, aún no tiene la licencia activada en La Liga. El mediocentro, el único de los transferibles que todavía no ha salido, apura los últimos 15 días del mercado.

Manu Molina, con una pesa, lleva a cabo un ejercico de fuerza junto a Grau en el entrenamiento de este 15 de agosto.
Manu Molina, con una pesa, lleva a cabo un ejercico de fuerza junto a Grau en el entrenamiento de este 15 de agosto.
Toni Galán

Lecoeuche y Molina son, a 15 de agosto, dos futbolistas del Real Zaragoza que, en el día a día de los entrenamientos, destilan rarezas en su situación de presente dentro del equipo. 

A solo tres días de la disputa del segundo partido de la liga 23-24, el Real Zaragoza tiene sin inscribir en la competición al lateral izquierdo Quentin Lecoeuche, uno de los nuevos fichajes del verano, procedente del Valenciennes galo, de la Segunda División de ese país. 

Más allá de que el defensor haya estado lesionado prácticamente desde su misma llegada, con una fascitis plantar en un pie que le ha arruinado por completo la pretemporada (no jugó un solo amistoso ni pudo ir a la concentración principal, en San Pedro del Pinatar, Murcia), sorprende que, entre la enorme batería de nuevas diligencias de fichas que ha tenido que acometer la SAD zaragocista en los últimos 10 días en la sede de La Liga, no haya entrado la de Lecoeuche. 

Por ser nuevos futbolistas del club y venir de otros en su anterior contrato, el Real Zaragoza ha debido registrar antes del inicio del torneo a Aguado, Maikel Mesa, Bakis, Moya, Sergi Enrich, Valera, Poussin... y al citado Lecoeuche que, por ahora, no está en el listado. El club no ha aportado una razón concreta para que esto sea así. Se alude a la falta de prisas, dado que Lecoeuche aún no está apto para poder ir convocado, parece ser, pese a que lleva dos semanas trabajando con el resto. 

Ahora, con la oficialidad del fichaje del central Mouriño, que también deberá ser inscrito en La Liga si se desea que debute el viernes (en 72 horas) contra el Valladolid, va a volver a surgir un nuevo termómetro sobre Lecoeuche: debería ir de la mano de Mouriño a la hora de poner en orden sus papeles. Lo contrario sería doblemente llamativo.

Molina, siete semanas a la espera de un destino

La segunda anomalía de los entrenamientos recientes del Real Zaragoza la supone la permanencia de Manu Molina en la plantilla, después de que el primer día del regreso vacacional, el 3 de julio, fuese advertido de que no entra en los planes del club y que debe buscarse otro destino. El centrocampista andaluz ha empezado su séptima semana de trabajo con el equipo zaragocista sin hallar todavía una salida efectiva. Se ha quedado como el último de los transferibles que sigue encasquillado en las gestiones del director deportivo, Juan Carlos Cordero.

Igual que Molina empezaron el verano otros futbolistas: Larrazabal, Vada, Vigaray, Sabin Merino, Eugeni, Quinteros, Igbekeme... piezas con contrato en vigor que fueron avisados de que el nuevo proyecto no tenía hueco para ellos y que había que negociar y solventar su rescisión contractual, bajo el mecanismo que fuese posible acordar. Todos lo han hecho, menos Molina. 

Al onubense le restan 15 días para solucionar su situación. Su alto salario, en torno a los 250.000 euros de ficha anual, dificulta el arreglo. Fue fichado el verano pasado del Ibiza por requerimiento personal del entonces entrenador elegido para abanderar el primer año de la nueva propiedad, Juan Carlos Carcedo, al que el director deportivo del momento, Miguel Torrecilla, concedió tal antojo. Ninguno de los tres protagonistas principales de aquella maniobra ha tenido fortuna en el Real Zaragoza. Todo lo contrario.

Molina ha rechazado varias ofertas surgidas en estas siete semanas, tanto de España como de otras ligas extranjeras. No ha sido posible casar los intereses de todos los implicados. La última, del Juárez de México, que pareció ser la buena hasta que se disolvió in extremis antes del fin de semana. Alguna deberá ser la buena a partir de ahora.

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