REAL ZARAGOZA

Bebé, el sueño aplazado de Cordero para el extremo, sigue aún activado

El veterano punta luso-caboverdiano no jugó un solo minuto este pasado sábado con el Rayo Vallecano, su club. La entidad rayista acaba de fichar a De Frutos para jugar en su misma posición.

Bebé, en el penúltimo partido del año pasado ante el Cartagena, con el dorsal 4 del Real Zaragoza.
Bebé, en el penúltimo partido del año pasado ante el Cartagena, con el dorsal 4 del Real Zaragoza.
Toni Galán

Thiago Manuel Días Correias ‘Bebé' sigue siendo el sueño de Juan Carlos Cordero, director deportivo del Real Zaragoza, para ocupar el extremo zurdo del equipo aragonés en la temporada que acaba de comenzar este fin de semana. Y en el ecuador de agosto, con 18 días de mercado todavía por delante, ese anhelo sigue activado en una parte importante del cerebro del ejecutivo zaragocista.

Es posible todavía, desde el prisma del Real Zaragoza, barajar con fundamento un porcentaje de posibilidades que permitan repetir el fichaje del luso-caboverdiano. Un veterano punta de 33 años, que tan buen rendimiento dio y tan decisivo fue el año pasado cuando Cordero lo captó en enero para salvar la crisis invernal del equipo, que sobrevivía peligrosamente en la frontera de los puestos de descenso a Primera RFEF con evidentes síntomas de carestía de gol y escasa generación de peligro en las áreas rivales.

De entrada, se observa como síntoma generador de optimismo el hecho de que Bebé no fuese utilizado por el entrenador del Rayo Vallecano, Francisco Rodríguez, en el estreno liguero de los franjirrojos en el campo del Almería, donde ganaron 0-2. El lisboeta fue suplente y no fue elegido en la batería de las cinco sustituciones.

Paralelamente, como dato de mayor envergadura, asomó el pasado viernes la confirmación oficial de que el Rayo Vallecano acababa de fichar a Jorge de Frutos, del Levante. Se trata de un extremo derecho de 26 años que llega al club rayista con marcada vitola de titular. Es decir, va a ocupar el mismo lugar en el que se desenvuelve Bebé habitualmente.

Uno de los movimientos que el Real Zaragoza estaba esperando en las últimas semanas en el Rayo es precisamente este que se ha consumado con De Frutos: que Bebé pueda quedar visiblemente orillado en su papel dentro de la plantilla vallecana y, ante la evidencia de que su participación va a ser residual en Primera División, sea el propio futbolista y su entorno quienes den el paso definitivo en la recta final del mercado para solicitar su nueva salida hacia Zaragoza.

Bebé fue feliz en los cuatro meses que vivió y jugó en el Real Zaragoza la temporada pasada. En Vallecas llevaba largo tiempo sin ser un futbolista relevante y en el club aragonés retomó las sensaciones que los jugadores con aura en algún momento de sus carreras necesitan percibir en tiempos de crisis: se sintió, porque así fue considerado por el equipo y la afición zaragocista, una pieza indispensable, estelar, de alto rango en Segunda División.

En Zaragoza fue cabeza de ratón. En Vallecas es cola de león. La única razón que lo tiene hoy en día ubicado al revés del sentido común de las cosas es el dinero. Poderosa razón, por otra parte. Su contrato con los rayistas, que aún tiene dos años más de duración por delante, está en el ras propio de la división de élite española, con un salario anual con siete cifras, bastante por encima del millón de euros. Este es el principal escollo a solucionar por el Real Zaragoza desde el primer momento en el caso Bebé.

El de Lisboa sabe que en Zaragoza, si vuelve, sería mascarón de proa y que sus minutos podrían duplicar tranquilamente los que tenga en el Rayo, adonde ya ha regresado con el estigma de haber tenido que salir previamente al no contar el año pasado para el anterior técnico, Andoni Iraola. Pero la traba económica necesita de una fórmula accesible y cabal que pueda afrontar el Real Zaragoza.

Cordero sabe, desde que Bebé retornó a Madrid en mayo, que este asunto, si se resuelve en positivo para el equipo aragonés, ha de ser aguardando al vértigo de los últimos días del mercado, a las posturas últimas de fuerza de los protagonistas ajenos e indispensables: el jugador, sus agentes y el club matriz, el Rayo Vallecano.

Se acerca el momento de la verdad. Y Bebé todavía está a mano, no descartado. A Cordero le falta el extremo izquierdo. Lo ha dejado para el final. No es casual.

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