No quiere esperar demasiado tiempo Fran Escribá para introducir al amplio reparto de nuevos fichajes en el engranaje principal del equipo. Es año de restauración casi integral del vestuario del Real Zaragoza, tanto en nombres como en métodos y pautas en las rotaciones en los onces iniciales. Y el inicio de la liga, demasiado aprontado últimamente con la puesta en marcha de la liga con antelación a la Virgen de Agosto, obliga al entrenador del Real Zaragoza a pensárselo poco. No hay demasiado espacio para demoras o decisiones conservadoras con ninguno. Si están aptos, a jugar. Y cada vez más.

En el partido de la jornada 1, el de anteanoche ante el Villarreal B en La Romareda, cuatro futbolistas del cada vez más extenso reparto de nuevos miembros del plantel señalaron su primera muesca en su currículum zaragocista dentro del once inicial. Fueron Sinan Bakis, Maikel Mesa, Toni Moya y Marc Aguado, este último con el matiz de tener pasado zaragocista en su fútbol base hasta su cesión al FC Andorra hace tres años, pero sin haberse estrenado en la liga de Segunda División nunca con el primer equipo zaragocista(sí lo hizo en su día en unos minutos de un partido de Copa en Tarragona, pero siendo miembro del filial, el Aragón).

En el discurrir de la segunda parte, Escribá dio la alternativa también a otros dos noveles refuerzos con el uniforme del Real Zaragoza: Germán Valera y Sergi Enrich. No cabe incluir en el listado a Víctor Mollejo, por más contratación reciente que sea, pues en su caso se trata de una continuidad palmaria tras haber jugado ya el año pasado como cedido del Atlético de Madrid.

Seis de los ocho posibles debuts a fecha 12 de agosto los puso en escena ya Escribá. Solo se quedaron inéditos –por ahora– los dos franceses, la pareja más desconocida y experimental de los fichajes llevados a efecto por Juan Carlos Cordero, el director deportivo: el portero Gaetan Poussin y el lateral zurdo Quentin Lecoeuche.

El guardameta sí estuvo en el banquillo, pero su rol es inicialmente el de suplente mientras Cristian Álvarez mantenga su elevado nivel de prestaciones de los últimos muchos años. Por ahora, salvo que surja alguna incidencia en la figura del argentino, será complicado que Poussin corte la cinta de entrada oficial a los anales del Real Zaragoza. Por su parte, Lecoeuche ha sido el gran damnificado de una pretemporada bastante calmada en cuestión de lesiones relevantes. Una molesta y dolorosa fascitis plantar en un pie ha arruinado su verano y aún no se sabe cómo es sobre el césped el rubio y menudo lateral galo. Fue, ante el Villarreal B, el único descarte de la primera plantilla, pese a llevar ya varios días entrenándose con el grupo.

Y de cara al próximo viernes, cuando está datado el partido de la jornada 2 frente al Valladolid, de nuevo en La Romareda, Escribá tendrá a mano conceder el séptimo debut con el escudo del león para una nueva pieza de la reconstrucción de la caseta blanquilla: el defensa central Santiago Mouriño, cuya cesión desde el Atlético de Madrid se hizo oficial 24 horas antes del estreno liguero.

Es la tendencia del metamorfoseado Real Zaragoza, que ya se percibe hoy en día con bastante nitidez y que, cuando transcurran las próximas 19 fechas del calendario y el mercado de verano se cierre, será aún más ostensible y contundente. Y es que aún falta por salir, al menos, Manu Molina, y han de venir un extremo para jugar por la izquierda y otro hombre punta ‘diferente’ que dote a la vanguardia de armas que ahora no existen: juego a los espacios, velocidad en los terrenos de desborde cara a cara de las defensas cerradas y llegada a la zona del gol más por aparición que por presencia.

Si todo transcurre según el libro de ruta escrito por Cordero hace tres meses, es casi seguro que Escribá pueda hacer un once inicial con todos los fichajes recién llegados en este verano de 2023 a partir del 1 de septiembre. Hasta ahí, las once caras nuevas, se pretende llegar.

De entrada, el primer día, ya hay seis que han aumentado el elenco histórico del club. Las demás irán sumándose sin pausa. Y es que el perfil de la mayoría de los refuerzos que busca y ejecuta Cordero este verano es único: que aporten rendimiento inmediato. Este año no se traen suplentes asumidos de antemano o esos llamados complementos del fondo de armario. El fin es el contrario.