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Real Zaragoza: faltan tres victorias para igualar el récord más bajo de la década

A nueve partidos para el final de la liga, el Real Zaragoza del curso 22-23 suma solo nueve triunfos en 33 jornadas; la cota mínima desde 2013 se establece en 12.

Larrazabal, Lluís López, Gueye, Jair y Vada, en el último entrenamiento en La Romareda.
Larrazabal, Lluís López, Gueye, Jair y Vada, en el último entrenamiento en La Romareda.
José Miguel Marco

El Real Zaragoza 22-23, el actual, el dirigido por Juan Carlos Carcedo al principio y, después, desde noviembre, por Fran Escribá, solo ha ganado nueve de los 33 partidos de liga disputados. Visto desde el prisma opuesto, este equipo que lleva todo el año caminando por las proximidades de los puestos de descenso, no ha logrado la victoria en 24 de las 33 citas ligueras ya consumadas.

Este balance, a falta de solo nueve partidos para la conclusión de la temporada, lo tiene ubicado a tres victorias de igualar el récord más bajo de está última década concatenada en Segunda División, que viene desde 2013. Un registro que quedó establecido en 12 triunfos, tanto el año pasado bajo la batuta de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’, como hace seis campañas, donde aquel cianótico equipo pasó por tres manos distintas: Luis Milla, Raúl Agné y César Láinez.

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Como es fácil recordar, por la cercanía de lo sucedido, fueron dos años de padecimientos en la parte más delicada de la clasificación. En ambos, el Real Zaragoza salvó la categoría en los últimos lances de la competición, con distintas singularidades dignas de análisis más detallado.

Porque, en los balances finales de cada anualidad, el apartado de victorias es el que más peso específico tiene a la hora de calibrar si un equipo tiene o no éxito, pero no es el único. En el otro platillo de la romana, el de las no victorias (reúne empates y derrotas), el volumen que alcanza el segmento de las igualadas dota de más o menos valor los triunfos. Hay una relación íntima entre esos dos parámetros para, de un vistazo, saber el rendimiento general de un equipo.

Por eso, con 12 victorias, el Real Zaragoza de hace seis años estuvo mucho más cerca de despeñarse a Segunda B y acabó el 16º con 50 puntos con el agua en los labios. Mientras que el año pasado, con las mismas 12 victorias, finalizó en el puesto 10º con 56 puntos. La diferencia radicó en que en un caso empató 14 veces y en el otro, el reciente, batió su récord histórico llegando a 20 partidos en tablas.

Al equipo que dirige hoy Escribá le faltan aún tres triunfos para equipararse a los casos con mayor escasez de partidos ganados en un mismo año. Si no alcanzase, como mínimo, esos tres réditos en los nueve partidos que faltan para el término del torneo, marcaría un nuevo récord negativo en la historia en Segunda División en esta etapa moderna y larga que, por ahora, no tiene fin. El calendario que queda por delante para definir sus retos le pone por delante, fuera de casa, al Levante, Eibar, Oviedo e Ibiza; y en La Romareda, al Granada, Racing de Santander, Cartagena, Las Palmas y Tenerife.

Con 13 victorias, también problemas

En el ranquin de registros de escasas victorias, en el siguiente escalón del récord menor de los 12 triunfos hay tres casos con 13 que dan forma al repóquer de años con serios problemas de permanencia en Segunda División en este largo periplo del Real Zaragoza tras su caída de Primera en 2013. Para que el Real Zaragoza alcance hoy en día las 13 victorias, obviamente, habrá de ser capaz de ganar cuatro de los nueve partidos que faltan para el final.

Hace dos años, cuando Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ hizo el milagro de la salvación tras recoger al equipo muerto clínicamente tras los pasos previos de Rubén Baraja e Iván Martínez, aquel Real Zaragoza terminó ganando 13 partidos. También logro 13 el grupo de hace cuatro campañas, donde el milagrero fue Víctor Fernández en una segunda vuelta de masaje cardiaco con final feliz después del destrozo llevado a efecto por Imanol Idiakez y Lucas Alcaraz con anterioridad. Y, antes, en el debut en Segunda nada más dejar la élite, el caótico curso que dirigió desde las bambalinas en director general Jesús García Pitarch y que sufrieron en el banquillo Paco Herrera y, después, Víctor Muñoz, la película también llegó al fin con 13 triunfos.

El reparador caso Jim acabó con 50 puntos. El restaurador de Víctor Fernández lo hizo con 51. Y el del padecimiento de Víctor Muñoz alcanzó los 53. Como en los paradigmas citados, los de los dos años con solo 12 victorias, los matices los aportaron los empates de cada temporada concreta, que fueron 11, 12 y 14 respectivamente.

En este sentido, como orientación accesoria a el dato principal (el que dice que el Real Zaragoza actual solo ha ganado nueve de 33 partidos jugados), se observa que a falta de nueve jornadas el equipo que ahora tutela Escribá tiene en sus alforjas ya 13 empates. Es decir, ha superado –en este grifo de rentas de uno en uno– el que fue balance global de los equipos de Jim y Víctor Fernández y va a moverse con seguridad en la cota del plantel que gobernó Víctor Muñoz en mayo de 2014.

Con esas 13 victorias (necesario recordar que son cuatro más que las que ahora mismo tiene escrituradas el Real Zaragoza), aquellos equipos blanquillos acabaron en el puesto 14º, en el caso del primero de Herrera-Muñoz, y en el 15º en las dos otras ocasiones, tanto en el curso de Idiakez-Alcaraz-Fernández como en el de Baraja-Iván-Jim.

Matemáticas orientativas

Más allá de que la morfología de la liga este año apunte quizá, a priori, a un posicionamiento final más barato en la zona media-baja de la clasificación (es decir, que con menos puntos de lo habitual se pueda obtener una mejor ubicación en la tabla definitiva), algo que está por ver, estos datos del histórico de la última década ayudan a establecer el vínculo entre victorias (y empates) y el puesto final que aguarda al Real Zaragoza dentro de nueve partidos.

Asimismo, sirven de orientación fiel, pues la base son las matemáticas, para marcarse las obligaciones mínimas que habrán de lograrse en las nueve jornadas que restan para que todo acabe. Mucho más si, entrando finalmente en materia puramente futbolística del presente más rabioso, se aprecia a un Zaragoza justo de fuerzas e inspiración que, además, ha de medirse con seis de los siete primeros clasificados, con casi todo el bloque de favoritos que pugnan a muerte por el ascenso.

Quiérase o no, es tiempo de quinielas, de cálculos, de hipótesis. Qué sería del fútbol sin estos aderezos. ¿Ganará esos tres partidos que le faltan al Real Zaragoza para llegar a la docena y no ser el peor de la década? Ese es el reto.

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