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Pau Sans ya es uno más en el Real Zaragoza

El joven punta canterano seguirá en dinámica del primer equipo con Fran Escribá. Se incorpora así al amplio abanico de delanteros ya empleados por el entrenador en su sistema 4-4-2

Foto del entrenamiento del Real Zaragoza en la Ciudad Deportiva
Foto del entrenamiento del Real Zaragoza en la Ciudad Deportiva
JAVIER BELVER

Giuliano Simeone, Iván Azón, Pape Gueye, Víctor Mollejo, Miguel Puche… y Pau Sans. El jovencísimo futbolista de 18 años es la última aparición en la doble punta de Fran Escribá. En apenas tres meses, seis atacantes distintos han desfilado ya por la posición, dentro de ese 4-4-2 de sello tan personal instaurado por el entrenador valenciano desde su llegada en noviembre. Con Mollejo lesionado para varias semanas, con Azón también fuera de servicio también por una dolencia muscular y con Pape Gueye deslizado al final de la fila por la debilidad de su fútbol; el papel de Pau Sans cobra valor y relevancia, sobre todo, después del potencial insinuado en el partido contra el Alavés. Sans llegó, debutó y convenció. De tal modo lo hizo, que esta semana va a seguir incrustado entre los futbolistas del primer equipo.

En el entrenamiento de ayer, en la jornada de regreso al trabajo, el delantero juvenil fue el único canterano que reforzó la primera plantilla (descontando a Rebollo o Luna, jugadores con licencia de filial, pero integrados en la dinámica de Fran Escribá).

El técnico valenciano, después de algunas semanas escrutando y valorando la opción de Guillem Naranjo, goleador del Deportivo Aragón, que ha entrado en varias convocatorias y viajó hace tan solo diez días a Andorra en la expedición, se ha decantado de forma decidida por Pau Sans y, como ya anunció al terminar el encuentro contra el Alavés, la intención es que continúe bajo su paraguas esta semana. Como se observó en la sesión de ayer, el delantero juvenil es uno más y su viaje a Málaga está asegurado salvo que medie algún contratiempo.

Sin embargo, la idea del cuerpo técnico, en coordinación con el club, es seguir dándole cuerda, al menos hasta que Azón se rehabilite de su lesión y regrese con plenas garantías al equipo. Ahora mismo, no hay un plazo marcado, pueden ser dos semanas -partido contra el Burgos el domingo 26 de febrero- o hasta tres -partido frente al Lugo el 5 de marzo en el Anxo Carro-.

De este modo, Pau Sans va a seguir en dinámica del primer equipo y será el peso de su fútbol lo que le vaya ampliando plazos de continuidad o no. Escribá ya fue claro el sábado pasado: “Estoy satisfecho, pero ya digo que me lo esperaba porque lo habíamos visto entrenar con nosotros y nos parece que es un chico que tiene muchas posibilidades. Me alegro de que haya debutado. Es la nota positiva del partido. Nuestra idea, si todo va bien, es darle continuidad”.

Esto es lo que pregonó Escribá de puertas hacia afuera, pero su mensaje de puertas hacia dentro es el mismo. Pau Sans le gusta, y le gusta mucho. Lo considera un delantero con las características ideales para su modelo de juego. Un punta móvil, activo, punzante, intuitivo y de comportamiento vertical. Por eso, ha optado por él y no por Guillem Naranjo, que presenta otros rasgos de delantero. No le hizo falta mucho tiempo a Escribá para detectarle sus capacidades y entender que Sans tenía hueco en un equipo, además, con varias bajas en el ataque.

En la semana de preparación de partido que arrancó ayer, Pau Sans constató que Escribá va en serio. Piensa en él ya como una pieza aprovechable en el medio plazo, empezando en Málaga, donde cualquier escenario es posible con el delantero juvenil, incluso que sea el acompañante de Giuliano Simeone en la doble punta. Quizá Escribá haya encontrado en casa, en las filas del equipo juvenil, la pieza necesaria ante la lesión larga de Mollejo y los persistentes problemas musculares de Iván Azón. Entre la obligación de esa coyuntura y la oportunidad de quien descubre algo desconocido, el técnico considera ya a Pau San como una pieza de utilidad.

Los seis de Escribá

Hasta el momento, las circunstancias, los rendimientos y los contratiempos han impedido a Escribá estabilizar su pareja de delanteros en el sistema 4-4-2 con el que ha revestido el equipo. Un dibujo -y un modelo de juego- en el que esos dos futbolistas conforman un mecanismo esencial en el engranaje colectivo. De la simbiosis de esos dos puntas depende buena parte del funcionamiento ofensivo de Escribá. Sin embargo, no termina de dar con esa pareja. Simeone y Mollejo ha sido la más utilizada, trasladando arriba el técnico al manchego como una de sus medidas más genuinas. Sin embargo, siempre se ha observado esa fórmula como eventual ante la baja de Azón. Sus lesiones apenas han dejado que el aragonés acompañe a Simeone en la delantera desde el principio en el partido contra la Ponferradina.

Fran Escribá no ha podido contar con su pareja predilecta más allá de ese rato hasta que Azón se echó la mano al muslo en el encuentro contra los bercianos. Pero ahora tampoco puede recurrir a su plan B con Mollejo, recién operado del tobillo. La siguiente solución ha sido Puche, titular en punta, no en banda, contra el Alavés. Es otra alternativa, quizá más antinatural. Pero el técnico tiene clara su postura con Pape Gueye, la otra pieza que ha pasado por la doble punta en este tiempo y la que menos adaptabilidad ha presentado a la exigencias y funciones de la posición. Y así hemos llegado a Pau Sans.

Su caso representa una luz en un equipo que ofrece pocas razones para el entusiasmo. Pero su debut también posee una trascendencia deportiva: el equipo necesita con urgencia su fútbol vivo, astuto, rematador y goleador. En cierto modo, un chico de 18 años recién cumplido es observado como el indicado para subsanar unas carencias de una plantilla profesional. Una responsabilidad sobrevenida: Pau Sans es una ilusión, pero también es el síntoma de que algo no ha funcionado.

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