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Zapater siempre vuelve
La situación del capitán ha cambiado drásticamente desde la llegada de Escribá. Es titular indiscutible para el valenciano.
En la temporada de Alberto Zapater hay un antes y un después de Fran Escribá. Hasta la llegada del técnico valenciano, el capitán apenas sumaba una titularidad. Ahora ya son cinco, y con protagonismo en el equipo; con actuaciones tan notables como la firmada la pasada jornada en el derbi territorial ante el Huesca.
Cerca de cumplir los 38 años, el centrocampista de Ejea de los Caballeros apenas contaba para Juan Carlos Carcedo, pero el cambio de banquillo ha influido en su temporada y, por consiguiente, en sus pensamientos de futuro.
Si hace unas semanas parecía evidente que esta era su última campaña, que la llama se estaba agotando, hoy nadie se atreve a ponerle fecha de caducidad al ‘21’. Y todo gracias a una mejoría vinculada al nuevo planteamiento de Escribá.
El hecho de jugar con un sistema 4-4-2 con doble pivote favorece las condiciones de Zapater. Mucho más, cuando el futbolista que le acompaña es Francho, un Francho que también ha dado un paso al frente y ha demostrado que la acumulación de jugadores por los pasillos centrales no le favorece.
Ambos necesitan espacio. Sufren cuando se les reduce al juego posicional. Prefieren tener metros que abarcar, terreno para incorporarse desde segunda línea y pisar posiciones de remate, como hiciera Francho Serrano en el último duelo ante el Huesca.
Escribá ha encontrado un centro del campo más equilibrado. Aunque Zapater es quien asume un rol más defensivo, los dos pivotes juegan prácticamente a la misma altura en la salida de balón, olvidando la fórmula de incrustar al medio centro como tercer central.
Así, el gran perjudicado es Manu Molina. El onubense ha pasado de jugarlo todo a ser prescindible. Tanto, que con Escribá tan solo ha sido titular en un partido, en el empate (0-0) contra el Albacete, y tampoco está siendo utilizado en las fases finales de los encuentros, cuando toca controlar el juego.
Incluso Jaume Grau ha terminado cayéndose del once titular, en otro movimiento que pone de manifiesto la predilección de Fran Escribá por un fútbol más dinámico, más directo, que le está trayendo grandes resultados.
El nuevo técnico ha demostrado que se puede confiar en su plan. Ha edificado un bloque competitivo (nueve puntos de 15 posibles y ninguna derrota en los encuentros que ha dirigido en liga hasta el momento) y le ha devuelto la confianza a jugadores que hasta hace poco rendían por debajo de lo que lo hacen ahora, entre los que se encuentra Alberto Zapater.
La estela de Violeta y Aguado
El capitán ya ha superado los 400 partidos con el Real Zaragoza. Juan Señor -369 encuentros con la camiseta blanquilla y 41 con la roja de España, siendo el aragonés más internacional- visitó la Ciudad Deportiva el pasado viernes para entregarle una camiseta conmemorativa. Nadie mejor que él para celebrar junto a Zapater una cifra que únicamente es superada por otras dos leyendas zaragocistas como José Luis Violeta, recientemente fallecido, y Xavi Aguado (473).
Mañana, en Leganés, el cincovillés tendrá la oportunidad de seguir ampliando esa cifra. Salvo sorpresa, será titular en Butarque, en un encuentro en el que Fran Escribá podrá contar con todos sus jugadores, aunque queda prácticamente descartado que se arriesgue con Iván Azón.
A pesar de que el canterano viene entrenando con normalidad en los últimos días, Fran Escribá, valorando que el equipo ya no volverá a competir hasta el 8 de enero, prescindirá de sus servicios una semana más.
Prefiere que termine de ponerse a tono durante las vacaciones, durante los 20 días que todavía quedan para la visita postnavideña a Miranda de Ebro, y es harto complicado que lo incluya en la convocatoria para el choque de mañana.
