real zaragoza

Victoria en Vitoria o dificultades para el Real Zaragoza

El equipo aragonés afronta otro desplazamiento ante un rival caído de Primera con la presión de verse cerca de la zona de descenso y cada vez más lejos de la cabeza.

Juan Carlos Carcedo, con su asistente de ordenador al lado, en un pasaje del entrenamiento del equipo.
Juan Carlos Carcedo, con su asistente de ordenador al lado, en un pasaje del entrenamiento del equipo.
Francisco Jiménez

La vida se ha metido ya en noviembre y el Real Zaragoza de Sanllehí, Torrecilla y Carcedo no reacciona. Empezó torpe, prosiguió desorientado y hasta aquí ha llegado sin agradar a casi nadie, más allá de los eruditos del ‘cosito’. Así llamó recientemente Juan Román Riquelme, estrella argentina (de las buenas) que hoy es director deportivo y vicepresidente del Boca Juniors en Buenos Aires, al tubito cibernético que cada futbolista porta en su espalda, dentro de un sostén, para dar forma al ‘big data’ y llenar de datos, cifras, esquemas, diagramas, curvas de Gauss, teorías, teoremas, dibujos gráficos, tablas excel y demás pautas del neofútbol que están llevando a este deporte a unos terrenos irreconocibles.

Es mucho más sencillo, real y entendible decir que el Zaragoza juega feo, mal, que no gusta a su afición, que pierde mucho más que gana, que no sabe marcar goles ni generarlos, que su defensa no es consistente y que vive en la zona baja de la clasificación, cada vez más cerca de la zona de descenso y, asimismo, cada vez más lejos de la cabeza. Esto es lo que sucede. Sin más aderezo. ¿O no?

Y de ahí ha de salir cuanto antes, empezando por el partido de esta noche de viernes en Vitoria ante el Alavés (21.00), donde lo que no sea una victoria –no es un juego de palabras– será sinónimo de dificultades. Y no pocas. Esto es el idioma del fútbol universal, aquí, en Inglaterra (cuna del invento), en Brasil, en África, en el Golfo Pérsico y en cualquier campo de tierra de regional del último rincón del orbe. Lo demás son dialectos o, mejor, jergas. Carcedo tiene el crédito en números rojos. Torrecilla no tiene ni crédito. Y Sanllehí, por estos dos condicionantes, lo que tiene es un problema morrocotudo.

Paralelamente a esto y al importante duelo de esta –otra– velada de viernes en el viejo y mítico Mendizorroza (remozadísimo, un encanto desde hace una década larga), podemos seguir escuchando hablar de bloque bajo, bloque medio, bloque alto. De que el Zaragoza está convenciendo en su ‘performance’. De que fulano ha mandado el balón lateralizado a banda. De que mengano es un futbolista muy fuerte a nivel condicional que reporta y da control de ida y vuelta. O que zutano potencia jugar por dentro para buscar el desborde al moverse mucho por todo el carril. Todo esto, prometido, está recogido de algunos ensayos y narraciones sobre los partidos del Real Zaragoza actual.

Parangoneando al catecismo, estas diez afirmaciones (pueden ser cincuenta si se quiere), que provocan alergias a quienes disfrutaron siempre del fútbol por su estética, su pasión y su espectáculo, se encierran en dos: el Zaragoza de nuestros días aburre y asusta por su falta de calidad; y quienes aún osan defender semejante ataque al sentido común futbolístico deberían explicar los porqués.

Carcedo tiene las bajas de Azón y Bermejo, aún fuera de órbita por sus lesiones musculares. Y en su alboroto constante de método, de alineaciones, de sustituciones (es tremendo que hayan pasado más de tres meses de liga y aún ande el técnico en busca de un ideal), el zaragocismo está ya preparado para cualquier nueva revolución, retoque o alteración ostensible del once inicial. En realidad, es algo secundario vista la planicie global.

El Alavés da respeto por venir de Primera, donde jugó en las anteriores seis temporadas. Y porque es, emparejado con el sorprendente y vecino Burgos, el líder actual de Segunda División. Si le gana al Zaragoza, casi lo doblará ya en puntuación en apenas 15 jornadas. Pero también viene de patinar dos veces, con sendos 0-0, en su campo ante Sporting y Albacete. Este es el asidero de la fe. Porque de no ganar, vienen curvas.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión