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Las teclas que tocó Jim en Oviedo

El entrenador del Real Zaragoza cambió este lunes una pieza por línea tras el desastre del Alcorcón: el portero (Ratón), un central (Francés), un volante (Eugeni) y un delantero (Narváez). El resto, reaccionó.

Jim rectifica detalles desde el banquillo durante el partido del lunes en Oviedo.
Jim rectifica detalles desde el banquillo durante el partido del lunes en Oviedo.
Aurelio Flórez/LOF

Hay satisfacción en el seno del Real Zaragoza tras el partido de este lunes en Oviedo. La plantilla, después de unas semanas de dejadez evidente, de no atender a las sugerencias del entrenador, Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ sobre la obligación de responder con competitividad a un final de liga descafeinado, mostró una pizca importante de orgullo y mostró una actitud de reacción que se quería ver.

El once inicial de los zaragocistas tuvo cuatro novedades. Jim tocó una tecla por línea, literalmente. Cambió el portero, un defensa central, un medio volante y un delantero. Purgaron el batacazo ante el colista y descendido hace semanas Alcorcón –derrota por 0-3 en La Romareda– Ratón, Francés, Eugeni y Narváez. No son casos iguales pero, de facto, sí que significaron las apuestas de Jim para remodelar el equipo en Oviedo. Retornó Cristian Álvarez a la portería. Lo hizo Lluís López al eje de la zaga. Volvió Grau al timón de la medular. Y regresó Bermejo.

Que vuelva el guardameta argentino, en el fondo, nunca será un movimiento radical. La portería es suya y solo la abandona por causas de fuerza mayor. Su actuación sobresaliente en el Tartiere, pese a ser una noche floja en defensa donde el equipo encajó tres goles y pudo haber recibido el doble con naturalidad, define su posición prevalente en el equipo.

El asunto del delantero de banda sí es más analizable. Narváez, cuya temporada es harto deficiente y ya no tiene arreglo, dejó su puesto a un Bermejo de altibajos, más bajos que altos desde agosto, que venía de un problema muscular del que rehabilitarse. Jim, excepto en una fase muy concreta de la primera vuelta en la que perdió la fe en el madrileño, siempre ha apostado en cuanto ha podido por este jugador, que en enero estuvo a una firma de un papel de irse traspasado a China ante su mala ubicación en los planes del equipo y su insuficiente rendimiento.

En la media, la vuelta de Grau se llevó fuera a Eugeni. Dos de los fichajes de invierno, de Torrecilla. El primero ha estado dos meses largos parado a consecuencia de un peligroso problema cardiaco que necesitó quirófano y que está restañado médicamente. El segundo, después de unos inicios blanquillos llenos de esperanza –fue clave a balón parado para los primeros triunfos pos navideños que dieron la vida al equipo– se ha desvanecido últimamente y preocupa por sus antecedentes. Eugeni necesita un hábitat agradable para rendir, algo de lo que no goza desde Albacete, hace un lustro. Es un jugador de clase, frío de talante, bueno en la estrategia y en el juego de pocos toques, pero con déficits serios cuando se trata de defender, replegar, ayudar y correr muchos kilómetros en la sombra.

El curioso descanso de Francés

El cuarto movimiento de Jim fue el más sorprendente: se cargó a Francés del equipo inicial, donde el joven canterano aragonés es fijo por derecho desde el año pasado. No estaba lesionado. Fue una decisión táctica, logística. Ni calentó el zaragozano durante la segunda mitad, fue el único que no lo hizo de todo el banquillo. Esta purga merece un tratamiento distinto en el análisis a los casos del portero, del centrocampista Eugeni o el punta Narváez.

Francés, cierto es, lleva unos partidos a la baja en su rendimiento, con disfunciones inhabituales tras una temporada en la que ha destacado normalmente sobre los demás. Pero no es eso lo que primó en Oviedo para que se quedase fuera, un tanto señalado como los otros tres colegas que dejaron el once inicial respecto del día del Alcorcón. En Francés hay otros matices que positivizan esta decisión de Jim. El ‘6’ blanquillo es, a ojos de todo el fútbol español, el principal activo de futuro del actual Real Zaragoza, tan deprimido desde antes del descenso de 2013. Y los tres partidos que restaban para el final antes de este de Oviedo son, a efectos competitivos, insustanciales en cuestiones mayores. Tras jugar casi todo, que Francés levante ahora el pedal es incluso aconsejable. Se evitan riesgos, de esos que carga el diablo. Además, Francés –junto a Francho– ha sido de nuevo convocado con la España sub-21 donde es también pieza habitual hace año y pico con De la Fuente. Tiene ante sí dos partidos oficiales para rematar la liguilla que da paso al Europeo. Que los juegue bien y descansado es bueno para él y para el Real Zaragoza, es un gran escaparate. Y, de paso, Jim le da bola a Lluís López, uno de los chicos de Torrecilla que sí necesita edulcorar una agria temporada en su debut zaragocista.

Con qué poco se arregla todo

Con estas teclas tocadas por Jim, el Real Zaragoza no ganó en Oviedo. Empató, 3-3. Pero es que no era cuestión cuantitativa, se trataba más de las formas que de las rentas. En La Romareda hace días que la gente es muy conformada. Se ha bajado el listón de exigencia con el paso de los años y la vara de medir y valorar está muy por debajo de lo que estuvo antaño, en los años normales, los de Primera, Europa, las finales, los títulos.

Por esto, este 3-3 y el modo de desenvolverse el equipo pasó el corte del aprobado, de sobras. Con esto, los ánimos ya se han atenuado en el inmenso enfado de todo el zaragocismo, fuera y dentro del equipo. Sabían los muchachos que no podían repetir en Oviedo otro espectáculo del que sentir vergüenza. Se notó la bronca de Jim en la Ciudad Deportiva, con el apoyo con portazo incluido de Miguel Torrecilla, el director deportivo, el pasado martes antes de un tenso entrenamiento.

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