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El Real Zaragoza se hunde poco a poco y solo empata, 1-1 y de penalti, ante un flojo Málaga

Los andaluces se adelantaron por medio de Antoñín y el debutante Eugeni empató a falta de media hora de pena máxima en otro deficiente partido de los de Jim, que no reaccionan.

Se hunde poco a poco el Real Zaragoza en las arenas movedizas de la clasificación. No sabe ganar, no hace daño a los rivales en La Romareda y, en esta ocasión, cosechó otro empate (el 15º) ante un flojo Málaga, que también vino en fase de crisis a la capital aragonesa. La sensación que dejó este nuevo patinazo como locales es de quiebra futbolística sobre el campo, de falta de unos mínimos tácticos y técnicos que puedan ser pasaporte hacia una reacción que no llega y, por el contrario, parece cada vez más lejana.

Nervios a flor de piel. Tensión en 360 grados en cada punto de La Romareda. El equipo de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ no funcionó ni con los refuerzos invernales, dos de los cuales fueron titulares, Eugeni y Sabin Merino. En términos globales, nada cambió respecto del desastre de temporada que se está administrando en vena a la afición zaragocista: pasividad, juego previsible, ausencia de imaginación, nulos recursos ofensivos y, claro está, ceguera ante el gol. Y eso que el inicio del partido tuvo cinco minutos de efervescencia blanquilla gracias a una batería de córneres seguidos, pero fue el efecto gaseosa más claro visto últimamente. Se esbafó el contenido en un abrir y cerrar de ojos y el Zaragoza desapareció.

En frente, el Málaga del inefable Natxo González, también revolucionado en su alineación sumido en otra crisis pareja, tampoco hizo nada digno de ser destacado. Jugar andando, ante la falta de combatividad de un Zaragoza demasiado expectante (grave pecado de Jim en un día así), fue su misión desde el pitido inicial. Y aprovechar un fallo garrafal de Petrovic en una salida desde atrás para marcar el 0-1 en el minuto 25 por medio de Antoñín -por el que preguntó Torrecilla por si quería venir a reforzar a los zaragozanos en enero- fue su mérito. Lluís López quedó retratado en el encare del delantero andaluz por su lentitud y falta de contundencia al corte, igual que le ocurrió el lunes pasado en Ibiza en el 2-2 de Castel. Qué central tan blandito, tan impropio. Ni una sola vez más pisó el área aragonesa el Málaga con peligro… ni sin él. Pero le bastó para irse con el 0-1 al descanso. Cuánto le penaliza la impericia y la falta de calidad de sus hombres a este paupérrimo Zaragoza de nuestros días de sufrimiento.

Sabin Merino jugó caído a banda izquierda. Ya lo había sugerido Jim horas antes. Y casi marcó en el minuto 1, cabeceando un centro de Francho que Barrio echó a córner junto al larguero. Repitió el portero malacitano a la salida de ese saque de esquina en el 2, en un paradón tras testarazo de Lluís López. Los centros de Eugeni eran caramelos, templados, bien tirados. Pero nadie lo aprovechó. Francés cabeceó otro balón parado igual en el 4, flojo, a las manos del portero. Hubo quien se ilusionó con este arreón inicial, pero fue un espejismo, una falsedad. Todo era postizo, sin jugadas de por medio. De eso, el Zaragoza no tuvo en los primeros 45 minutos ni un ápice.

El marro de Petrovic que generó el 0-1 rompió el ánimo, ya quebradizo, de los de Jim, mucho más cuando la bronca en la grada, que ya tiene tintes de crónica en las actuales coordenadas generales, tiñó de bulla y desdén el medio ambiente del duelo. Solo Eugeni, en una falta lejana, rozó la portería de Barrio, que echó la pelota a córner junto a la escuadra derecha en el minuto 33. Otro balón detenido. Sin rasmia en la presión, sin capacidad para combinar tres pases seguidos, el Zaragoza era un equipo muerto. El Málaga lo tenía hecho a poco que jugase con inteligencia, por más que faltase más de medio partido. En otro córner, postrero en el 42, Lluís López remató casi sin querer y el balón no llegó ni a portería. Era la metáfora de un equipo romo, que va de mal en peor en sus apariciones en el calvario de La Romareda.

Sainz fue un desastre. Álvaro Giménez, una isla lejana. Francho y Petrovic, dos timoneles sin timón. Eugeni, tuvo destellos sin seguimiento de nadie. Sabin Merino, quiso más que pudo. Francés, como lateral derecho, no dio la profundidad debida porque él tiene cabeza de central. Chavarría, por el otro lado, fue de más a menos claramente. Se necesitaba un cambio radical para aspirar a puntuar, no digamos a ganar. Y Jim pensó que, de entrada, Narváez le podía arreglar las cosas. Lo metió en vez de Sainz al inicio del segundo tiempo. Fue su primer parcheo.

Narváez y las gotas de clase de Eugeni agitaron un poco el juego de ataque zaragocista, aunque sin ver portería en los primeros minutos de la reanudación. El Málaga, con su raquítica propuesta de verlas venir, de control al detalle de los espacios y el balón, se bastaba, como en la primera mitad, para no sufrir apenas. Es muy sencillo doblegar a un equipo tan plano como este Zaragoza. Incluso para un adversario tan escaso de argumentos ofensivos como mostró ser el andaluz.

Pasado el cuarto de hora, un rayo de esperanza cayó del cielo. Centró al área Francés y Cufré agarró de la camiseta claramente a Álvaro Giménez en la búsqueda del remate. El árbitro pitó el penalti sin dudar. Lo quiso tirar Giménez, que sabía que debía estrenarse aún en La Romareda. Pero Jim le dijo que no. Que lo tiraba Eugeni. Y el catalán debutó con gol, pues engañó a Barrio con potencia para hacer el 1-1 en el 63 y abrir la puerta a la necesaria remontada. Al Málaga ya no le servía la racanería de Natxo. Y el Zaragoza tenía media hora por delante para cambiar su método.

Jim metió en el campo a falta de 20 minutos a Nano y Azón en vez de los desdibujados Giménez y Merino, cuyo debut se quedó muy recortado en prestaciones, alejado de la portería. Hacía falta un nuevo despertar. El empate no sacaba de pobres, como es bien sabido. El Málaga empezó el repertorio de interrupciones de rigor. El llamado ‘otro fútbol’. El ambiente volvió a revolverse en las gradas según el guion y, justo en ese minuto 77 de las protestas, Paulino rozó el 1-2 en una contra rápida que concluyó con un chut que rozó el palo derecho por fuera. En el esprint final del duelo, Jim apostó por Grau y Vada como balas últimas en pos del milagro. Eugeni y Francho fueron los sacrificados. Quizá quitar al autor del gol no fue buena idea, pues era el único que daba cosas distintas.

Le faltó clarividencia al Zaragoza después de hacer el 1-1. No atiende a reactivos este equipo. Debió haberse volcado en el área de un Málaga de poca presencia y no se hizo. Vada, en el 84, cabeceando alto un centro de Francés, fue el primero en amagar algo parecido a una ocasión de peligro. Muy poca metralla cuando son tan necesarios los tres puntos. Febas le dio algo de verticalidad a los visitantes, que llegaron a asustar un par de veces más a Cristian Álvarez, inédito toda la tarde. Se llegó a los 4 minutos de aumento entre la histeria y la impotencia de unos y otros. Sobre todo entre el zaragocismo.

Son ya 15 empates en 26 jornadas. El récord en La Romareda es de descenso irremediable. Este dato no conviene esconderlo. Es brutal, superlativo. Solo ha ganado el Real Zaragoza dos partidos de 13. No se sostiene ya bajo ningún concepto esta dinámica. El Málaga, además, fue uno de los equipos más justitos que ha pisado el estadio desde agosto. El paladar sigue agriándose día a día y nada cambia. Sin victorias, no habrá solución. Y ya son siete jornadas seguidas sin lograr una de esas.

Resumen en vídeo del Real Zaragoza - Málaga

Un momento del partido entre el Real Zaragoza y el Málaga en La Romareda
Un momento del partido entre el Real Zaragoza y el Málaga en La Romareda
José Miguel Marco

Ficha técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Francés, Lluís López, Jair, Chavarría; Petrovic, Francho (Vada, 79), Eugeni (Grau, 79); Sainz (Narváez, 46), Sabin Merino (Nano, 73); y Álvaro Giménez (Azón, 73).

Málaga CF: Barrio; Víctor Gómez, Lombán, Peybernes, Cufré; Ramón, Escassi; Paulino, Antoñín (Febas, 59), Jozabed; (Vadillo, 59) y Roberto Fernández (Brandon, 81).

Árbitro: Hernández Maeso (Comité Extremeño). Amonestó a Cufré (62), Escassi (69) y Petrovic (82).

Goles: 0-1, min. 25: Antoñín. 1-1, min. 63: Eugeni, de penalti.

Incidencias: Tarde fría en Zaragoza, con 8 grados tras un día de sol. El césped presentó un aceptable estado. En las gradas hubo alrededor de 17.000 espectadores que protestaron con fuerza contra los dirigentes de la SAD.

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Partido Real Zaragoza-Málaga, en directo
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