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El lío del penalti entre Eugeni y Álvaro Giménez se lo carga Jim a sus espaldas

Ambos jugadores discutieron por ser el lanzador de la pena máxima que tuvo a su favor el Real Zaragoza ante el Málaga y que supuso el empate auno. El técnico, desde el banquillo, ordenó que lo tirase el debutante Eugeni.

Eugeni y Álvaro Giménez, en el momento de discutir por el balón antes de lanzar el penalti contra el Málaga.
Eugeni y Álvaro Giménez, en el momento de discutir por el balón antes de lanzar el penalti contra el Málaga.
José Miguel Marco

Quedó feo que Eugeni y Álvaro Giménez discutieran durante un minuto por ver quién tiraba el penalti que supuso el 1-1 en el minuto 63 y que, al final, lo ejecutó el primero, el debutante y recién llegado al equipo. Siempre que sucede esta escena, recurrente en el fútbol desde sus inicios, cabe la duda de si se trata de un malentendido, de una rivalidad interna o de un capricho individual que rompe lo programado.

En la noche de este sábado, a partido concluido, Juan Ignacio Martínez 'Jim', el entrenador del Real Zaragoza, salió al paso de inmediato para rebajar cualquier posible tensión y, una vez más, se autoinculpó del caso y del espectáculo que se vivió con estupor desde las gradas y a través de la televisión: Giménez –al que le habían hecho la pena máxima– cogió enseguida el balón para ser él el lanzador; Eugeni fue a quitárselo, diciéndole que lo tiraba él; y Jim desde la banda tuvo que mediar para indicarle a Álvaro que lo tiraba el ‘8’.

«Es una acción mal hecha por mi parte. Antes del partido se lo hemos comentado a Eugeni y, probablemente, Álvaro no se ha enterado. Pero creo que Borja Sainz sí (es otro pateador de penaltis, algo que ya hizo en Lugo en su día). El malentendido lo ha comprendido el jugador después. Siempre es positiva esa ambición de querer ayudar al equipo», explicó Jim en tono conciliador, con su virtual traje de apagafuegos. 

Álvaro Giménez, un especialista en todos los equipos donde ha militado con anterioridad a su llegada en verano al Real Zaragoza, falló un penalti decisivo en esa misma portería el día del Huesca, en octubre, en un partido que acabó 0-0 y que tuvo en sus botas, en el minuto 85, la posible victoria blanquilla. Y, además, el ariete ilicitano tiene el peso sobre sí de no haber marcado aún un solo gol en La Romareda como zaragocista (los cuatro que lleva han sido a domicilio). Por eso, Giménez tenía ganas de romper con ese doble vector negativo que pesa sobre él en este mal año en Zaragoza. 

Por su parte, Eugeni, fichaje de invierno recién llegado para tratar de solucionar las carencias de la línea de medios y del gol, quería empezar su andadura zaragocista con gol, con confianza, con galones. Ahí estuvo la disquisición. Y Jim, en la distancia y tras no haber quedado claro en la previa quién lanzaba el penalti en caso de darse el caso, acabó siendo el culpable de otra cuestión espinosa en un pasaje del día a día del equipo. Él mismo se fiscalizó públicamente. Todo por la tropa. 

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