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Culio, Braian Rodríguez o Kaboré, historias zaragocistas en cierre del mercado de fichajes 

El Real Zaragoza acostumbra a estar activo en las últimas horas del mercado de fichajes, que termina esta medianoche. En la última década, ha concretado operaciones bajo la bocina, pero también se le han escurrido otras en el último minuto. 

Juan Culio durante su polémica presentación con el Real Zaragoza.
Juan Culio durante su polémica presentación con el Real Zaragoza.
Heraldo

El mercado de fichajes apura este lunes 1 de febrero sus últimas horas en el fútbol español. La segunda y última ventana para incorporar nuevos futbolistas termina esta medianoche a las 23.59, una franja en la que el Real Zaragoza cerrará la plantilla definitiva con la que afrontará los últimos meses de competición. Prácticamente toda una segunda vuelta en la que el objetivo principal es conquistar la permanencia en Segunda División después de un inicio de curso marcado por la inestabilidad deportiva. 

El último futbolista que el Zaragoza contrató en las últimas horas del mercado fue Dani Torres, firmado hace justo un año. El mediocentro colombiano llegó procedente del Alavés y se comprometió con el club hasta final de temporada. Torres fue anunciado al mediodía, por lo que su contratación no apuró a las horas finales del mercado. Junto a él, en invierno llegaron El Yamiq y Pereira, a los que luego se les uniría Burgui tras la lesión de larga duración de Javi Ros. Todo ello antes de que la pandemia hiciera saltar por los aires la temporada aragonesa. 

Antes, en 2018, el que completaba la plantilla en enero era Bruno Perone, central que llegó procedente del Nástic de Tarragona. Su contratación, pactada con los catalanes desde la noche anterior, también se anunció a primera hora de la tarde, facilitando así su inscripción en La Liga, cuestión fundamental para los equipos en los últimos años. 

Frenético fue el cierre de mercado de enero de 2016, con el Zaragoza inmerso en una crisis de resultados y tras relevar Carreras a Popovic en el banquillo. El día fue intenso en las oficina del club, con diferente toma de decisiones en las entradas y salidas. Aquella jornada, además, se confirmó la lesión para mes y medio de Jesús Vallejo, lo que llevó al entonces director deportivo, Narciso Juliá, a firmar a Alberto Guitián hasta final de temporada. Un Guitián que precisamente se despidió la semana pasada de su segunda etapa en el vestuario aragonés. 

Antes de cerrarse esta operación, el Zaragoza encarriló el fichaje de Culio, que llegó desde Las Palmas. Eddy Silvestre, que era el gran objetivo de mercado, se decantó por el Córdoba y el club aragonés acometió entonces la polémica contratación de Culio. Además de Guitián y Culio, el club incorporó en aquel mercado invernal a Dongou, Ros, Lanzarote y Campins.

Dos cierres de mercado con fiasco incluido

En 2014, con Jesús García Pitarch al frente de las operaciones deportivas del Zaragoza, el cierre de mercado fue harto complejo. Pitarch no logró la entonces pretendida desvinculación contractual de José Mari, Movilla y Paredes, cuestión obligada para acometer la deseada llegada de un punta. El delantero elegido era Braian Rodríguez, cuya incorporación ya estaba pactada con su club, el Betis, y el propio futbolista desde hacía una semana. Sin embargo, la operación estaba supeditada, para obtener el OK de La Liga, a la salida de alguno de los contratos relevantes de la plantilla: José Mari, Movilla o Paredes. Las salidas de Lucas Porcar y Jorge Ortí, acometidas aquel día, no fueron suficientes para que Braian Rodríguez vistiera de zaragocista. De este modo, el área de control presupuestaria de La Liga frenó un fichaje que ya estaba pactado. 

Igual de agitado fue el cierre de mercado de 2013, un día marcado en rojo por el club para tratar de mejorar una plantilla con la que capturar la permanencia en Primera División de la mano de Manolo Jiménez. En una noche frenética, el Zaragoza firmó las incorporaciones de Adriá Carmona (Milan) y Rubén Rochina (Blackburn Rovers). Ellos se unieron a José Fernández, Bienvenu y Rodri, cinco incorporaciones, casi todas de perfil ofensivo, pero el club aragonés se dejó en el minutero la más importante para su entrenador Manolo Jiménez: un mediocentro.

El club aragonés intentó convencer durante todo el día a Cirigliano (River Plate) después de tener un acuerdo con su club en una ofensiva final que no cristalizó. Tampoco se concretó su alternativa, Kaboré (Olympique de Marsella), cuya incorporación estaba acordada, pero la documentación de la operación entró fuera de tiempo, pasada la medianoche, a las 00.04. Su agente aseguró entonces que la documentación llegó cuatro minutos tarde y el Zaragoza alegó entonces que los papeles no tenían la firma del jugador. En cualquier caso, fue un fichaje frustrado, clave entonces en los planes deportivos de Jiménez. Son algunas de las historias zaragocistas en el casi siempre frenético cierre del mercado de fichajes invernal. 

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