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La ficha de extracomunitario de Kagawa ejerce en contra del japonés

El mediapunta, que llegó hace un año con la vitola de estrella del Real Zaragoza, puede verse desplazado ahora por la necesidad de liberar su puesto de extranjero.

Shinji Kagawa, en la mañana de este martes, entrena en solitario en la Ciudad Deportiva tras regresar de Japón después de una semana de permiso extra.
Tino Gil/Real Zaragoza

Shinji Kagawa, veterano internacional japonés (trimundialista) de 30 años, que llegó hace 13 meses al Real Zaragoza del Borussia Dortmund para ser la impactante estrella del equipo y de toda la Segunda División por las credenciales que portaba en su pasaporte futbolístico, es un jugador que puede salir del equipo aragonés en cualquier momento una vez transcurrida, sin grandes brillos, su primera temporada en Zaragoza.

Tiene un año más de contrato, según se firmó el compromiso en agosto de 2019, en medio de una ambiente de euforia e impacto social que ocupó espacios incluso en franjas habituales de la Primera División, nunca de la Segunda en la que habita contra natura el Real Zaragoza desde 2013. Pero no es seguro que lo cumpla. Al contrario, según pasan las horas, la sensación de que Kagawa va a dejar el equipo blanquillo de aquí al 5 de octubre –fecha en la que finaliza, de manera extraordinaria por la pandemia, el mercado de verano en 2020– aumenta exponencialmente.

Hay dos vectores que ejercen su influencia para que Kagawa pueda terminar su vinculación con el Real Zaragoza en los próximos días. Uno, su salario. Alto, de los más caros en la planificación del nuevo año 20-21. En torno a los 400.000 euros dentro de un límite global para la plantilla que rondará los 6 millones (más de dos menos que el utilizado el curso pasado). Y el otro es de índole normativa y burocrática, pues como japonés Kagawa ocupa plaza de extracomunitario en el fútbol español, teniendo en cuenta que en Segunda División solo se pueden tener dos fichas de ese tenor. La pasada campaña, las ocuparon él y Dani Torres, colombiano, que llegó en enero.

Si las negociaciones múltiples que están abiertas en pos de contratar los refuerzos que aún faltan se acaban encaminando al fichaje de algún futbolista que necesite espacio como extracomunitario, cosa que es más que posible, Kagawa se verá impulsado hacia fuera. Mucho más si, a la vez, ese fichaje relevante también requiere de un esfuerzo económico superior a la media del equipo.

Lalo Arantegui, al frente de la dirección deportiva, se ha afanado, en la primera ráfaga de operaciones para mutar el proyecto futbolístico del Real Zaragoza, en fichar jugadores nuevos. Lo primero, esta vez, ha sido traer caras nuevas. Hasta siete ya han sido presentados: Jair, Vuckic, Chavarría, Bermejo, Zanimacchia, Narváez y Adrián González. Además, en el cupo de novedades, cabe añadir a los promocionados desde la cantera: Francho y los cuasi debutantes Francés, Baselga y Nick. Según anunció Lalo Arantegui la semana pasada, al menos han de faltar a estas alturas dos fichajes más: un delantero centro y un extremo de enjundia.

En sentido contrario, el de vaciar en la medida de las necesidades el vestuario, apenas se ha dado salida a Delmás –traspasado al Cartagena– y al inédito Bikoro, prestado al Numancia. Los que ya no están es porque se iban solos nada más acabar el último partido del curso: los Burgui, Torres, Pereira, Blanco, Puado, Soro, El Yamiq, Linares... como antes, a la fuerza, fue arrastrado fuera del equipo antes de tiempo Luis Suárez.

Cuadrar presupuestos y fichas

Según se acerca el momento de perfilar y rematar el cupo de nuevos fichajes, en todas las revoluciones –como la que está experimentando ahora de nuevo el Real Zaragoza–, el área deportiva y la dirección general tendrán que medir al milímetro los presupuestos, los balances, los números. A tanto gasto nuevo deberá corresponder igual cantidad de dinero liberado en otras fichas actualmente activadas. Y, ahí, Kagawa asoma como pieza prescindible. Tanto por el dinero en sí como porque, además, la condición de extracomunitario lo deja en situación vulnerable en los planes de Lalo y el club.

Hay otro jugador que, de seguir en la plantilla, ocuparía otra ficha de extranjero: el joven extremo Raí Nascimento, brasileño, que viene de cuajar una excelente temporada en el Ibiza de Segunda B y que, con una ficha muy asequible, pese a apuntar otro verano más a salir del plantel zaragocista en un principio, tiene sus opciones de quedarse si a Baraja le convence (habría que revisar su contrato, pues solo tiene un año más de compromiso firmado). El extracomunitario que primero saldría, si el mercado que falta así lo requiere, tiene nombre japonés: Kagawa. Sería una maniobra de, al menos, doble efecto favorable a la reestructuración del equipo, con prevalencia de lo económico por encima de insistir en la apuesta deportiva que, sin éxito, fue el año pasado el nipón.